La espada del Espíritu
En esta oportunidad nos corresponde tomar la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios

Rosalía Moros de Borregales:
En esta serie de artículos sobre la llamada Armadura de Dios, hemos venido haciendo un análisis de cada una de las piezas que conformaban la armadura de un soldado romano de la época (60-62 d.C.), de acuerdo a su correspondencia espiritual según el apóstol Pablo. Recordemos que Pablo se encontraba encarcelado en la ciudad de Roma, vigilado constantemente por soldados romanos. Fue basado en aquella brillante armadura que la inspiración del Espíritu Santo iluminó la mente del apóstol, y grabó en piedra, en su epístola a la iglesia en Éfeso, esta magistral instrucción.
“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” Efesios 6:13-18.
En esta oportunidad nos corresponde tomar la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. No los llevaré a lo largo de un análisis sobre el significado de esta pieza de la armadura, sino que les expondré mi valoración de la Palabra de Dios desde mi corazón, en un poema, un soneto, que representa la asignación de un reto de aprendizaje de la materia de Poesía, la cual es parte fundamental de mis estudios de Maestría en la ilustrada y antigua Universidad de Salamanca. Quisiera invitarlos a todos ustedes, mis queridos lectores, a que me acompañen con su apreciación en la sección de comentarios al final de este espacio; ya que la idea es analizar el impacto de la poesía en la reacción de los lectores.
Además, quisiera anticiparles que la séptima y última pieza de este conjunto es la oración, para lo cual desarrollaré para ustedes lo que he denominado La Ruta de la plegaria poética. A través de esta ruta recorreremos varios siglos de poesía espiritual y junto a ella nos inspiraremos para profundizar en la vida de oración. Así, pues, les expreso de todo corazón, mi agradecimiento por haberme acompañado en este camino para profundizar en los tesoros de la vida cristiana y los invito a disfrutar de este soneto.
SONETO:
La espada del Espíritu
Verbo divino, en el principio habitó.
Voz que ilumina, palabra creadora.
A través de los siglos tan sonora;
Que al alma en su soledad recitó.
Luz que en el alba resplandeces, la luz.
Del verbo pura gracia me sostiene;
El amor cura el mal que sobreviene.
Luz que en la oscuridad alumbras, luz.
Espada de dos filos que penetra;
Al corazón endurecido tocas,
Y surge la paz de tu viva letra.
Verbo que vive en mí, en ti mí anhelo.
En mí, fe se enciende por tu grandeza,
Y en ti, espada del Espíritu, vuelo.
Rosalía Moros de Borregales
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