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Esta es “la primera lección para todo Obispo” de acuerdo al Papa León XIV

“Esta es la primera lección para todo Obispo: la humildad. No la humildad de las palabras, sino la que habita en el corazón de quien sabe que es siervo, no dueño; pastor, no propietario del rebaño”

El Papa León XIV señaló este domingo 26 de octubre cuál es “la primera lección para todo Obispo”, al presidir la ordenación episcopal de Mons. Mirosław Stanisław Wachowski, designado como nuevo Nuncio Apostólico en Irak.

En la ceremonia, celebrada la tarde del domingo, el Santo Padre reflexionó sobre el Evangelio de hoy —tomado del capítulo 18, versículos 9 al 14, del Evangelio de San Lucas—, y señaló que este pasaje “nos muestra a dos hombres que oran en el templo: un fariseo y un publicano. El primero se presenta con seguridad, enumerando sus obras; el segundo se queda al fondo, sin atreverse a alzar la mirada, y lo confía todo a una sola invocación: ‘¡Oh Dios!, ten compasión de mí, que soy pecador’”.

“Jesús dice que, en realidad, es él, el publicano, quien recibe la gracia y la salvación de Dios, porque ‘quien se enaltece será humillado y quien se humilla será enaltecido’”, continuó el Papa, destacando que “la oración del pobre atraviesa las nubes, nos recuerda el Eclesiástico: Dios escucha la súplica de quien se confía totalmente a Él”.

León XIV —que antes de su pontificado, siendo Cardenal Robert Prevost, fue prefecto del Dicasterio para los Obispos— destacó entonces que “Esta es la primera lección para todo Obispo: la humildad. No la humildad de las palabras, sino la que habita en el corazón de quien sabe que es siervo, no dueño; pastor, no propietario del rebaño”.

El Papa resaltó más adelante en su homilía que “el Obispo está llamado a sembrar con paciencia, a cultivar con respeto, a esperar con esperanza. Es custodio, no propietario; hombre de oración, no de posesión. El Señor te confía una misión para que la cuides con la misma dedicación con la que el campesino cuida el campo: cada día, con constancia, con fe”.

Irak: una continuidad apostólica que la violencia reciente “no ha podido apagar”

En Irak, la tierra a la que ha sido asignado Mons. Mirosław Stanisław Wachowski, el Santo Padre recordó que “allí, la Iglesia Católica, en plena comunión con el Obispo de Roma, vive en diversas tradiciones: la Iglesia caldea, con su Patriarca de Babilonia de los Caldeos y la lengua aramea de la liturgia; las Iglesias siro-católica, armenio-católica, greco-católica y latina”.

“Es un mosaico de ritos y de culturas, de historia y de fe, que pide ser acogido y custodiado en la caridad”, dijo.

“La presencia cristiana en Mesopotamia es antiquísima: según la tradición, fue Santo Tomás apóstol, después de la destrucción del Templo de Jerusalén, quien llevó el Evangelio a aquella tierra; y fueron sus discípulos Addai y Mari quienes fundaron las primeras comunidades. En esa región se ora en la lengua que Jesús hablaba: el arameo”, continuó.

El Papa subrayó que “esta raíz apostólica es signo de una continuidad que la violencia, manifestada con ferocidad en las últimas décadas, no ha podido apagar. Es más, la voz de cuantos en aquellas tierras han sido privados de la vida de modo brutal no decae”.

“Ellos hoy rezan por ti, por Irak, por la paz del mundo”, le dijo al nuncio que recibió la ordenación episcopal.

Recordó además que el Papa Francisco, en marzo de 2021, fue el primer Pontífice en visitar Irak, y destacó que su predecesor “llegó allí como peregrino de fraternidad”.

“Ser padre, pastor y testigo de la esperanza”

León resaltó el origen polaco de Mons. Wachowski: ”vienes de una tierra de lagos y bosques. En esos paisajes, donde el silencio es maestro, aprendiste a contemplar; entre la nieve y el sol, aprendiste la sobriedad y la fortaleza; en una familia campesina, la fidelidad a la tierra y al trabajo. La mañana que comienza temprano te enseñó la disciplina del corazón, y el amor por la naturaleza te hizo descubrir la belleza del Creador”.

Además, tuvo palabras de agradecimiento por el trabajo diplomático que “con discreción y competencia” llevó a cabo el nuevo prelado en años anteriores, tanto en Senegal como en Polonia y en Austria, así como en la Secretaría de Estado del Vaticano.

“Ahora el Señor pide que ese don se convierta en paternidad pastoral: ser padre, pastor y testigo de la esperanza en una tierra marcada por el dolor y el deseo de renacimiento. Estás llamado a combatir el buen combate de la fe, no contra los demás, sino contra la tentación de cansarte, de cerrarte, de medir los resultados, contando con la fidelidad que es tu rasgo distintivo: la fidelidad de quien no se busca a sí mismo, sino que sirve con profesionalidad, con respeto, con una competencia que ilumina y no ostenta”, expresó el Papa.

El Santo Padre alentó al nuevo nuncio “a custodiar los brotes de la esperanza, a alentar la convivencia pacífica, a mostrar que la diplomacia de la Santa Sede nace del Evangelio y se alimenta de la oración”.

“Sé siempre hombre de comunión y de silencio, de escucha y de diálogo. Lleva en tu palabra la mansedumbre que edifica y en tu mirada la paz que consuela. En Irak, el pueblo te reconocerá no por lo que digas, sino por cómo amarás”, aseguró.-

David Ramos

David Ramos/Aciprensa

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