El Arzobispo Gänswein reitera la advertencia de Benedicto XVI sobre la “dictadura del relativismo”
Ex prefecto de la Casa Pontificia y secretario personal de Benedicto XVI durante muchos años, el Arzobispo Gänswein se basó en la filosofía del difunto pontífice al pronunciar el discurso de apertura de una conferencia que reunió a académicos, líderes cívicos, intelectuales públicos y clérigos para debatir los principios de la Declaración de Šiluva de 2021

Veinte años después de que el Cardenal Joseph Ratzinger alertara sobre una “dictadura del relativismo” —días antes de ser elegido Papa Benedicto XVI—, su antiguo secretario, Mons. Georg Gänswein, se hizo eco de esa advertencia en una reciente conferencia en Lituania.
Ex prefecto de la Casa Pontificia y secretario personal de Benedicto XVI durante muchos años, el Arzobispo Gänswein se basó en la filosofía del difunto pontífice al pronunciar el discurso de apertura de una conferencia que reunió a académicos, líderes cívicos, intelectuales públicos y clérigos para debatir los principios de la Declaración de Šiluva de 2021.
La declaración aboga por la defensa de los derechos humanos fundamentales, el fomento de la virtud y la promoción del bien común de la sociedad. Reconoce la importancia de una sociedad construida sobre los pilares de la verdad, los valores familiares, la dignidad humana y la fe en Dios, y desde entonces se ha convertido en un referente moral para los pensadores sociales católicos en Lituania.
La conferencia de Gänswein ofreció una profunda reflexión filosófica y teológica sobre la fe, la razón y el relativismo, aspectos que describió como un “tema constante en la obra de Ratzinger”. El arzobispo, quien ahora sirve como nuncio apostólico en los Estados bálticos, advirtió que cuando la fe o la razón se debilitan, esto inevitablemente conduce a “patologías y a la desintegración de la persona humana”.
Esta es la tercera conferencia dedicada a reflexionar sobre la Declaración de Siluva, publicada el 12 de septiembre de 2021, durante el festival mariano anual de la ciudad, la cual alberga un santuario dedicado a una de las primeras apariciones aprobadas de Europa.
El Arzobispo Kęstutis Kėvalas pronunció el discurso de apertura de la conferencia, instando a la vigilancia contra la tentación de experimentar con la naturaleza y la dignidad humanas. Recordó también a los asistentes que el santuario mariano de Siluva simboliza la fidelidad al orden divino en la creación.
“El lugar sagrado de Siluva invita al respeto por el orden que el Creador ha dado a este mundo”, afirmó.
Mons. Gänswein señaló que, ante los grandes desafíos actuales, como el pensamiento tecnológico y la globalización, el primer paso debe ser recuperar la plena amplitud de la razón. Describió la verdadera razón como intrínsecamente veraz, contrastándola con el relativismo, al que calificó como “una expresión de pensamiento débil y estrecho de miras… basado en el falso orgullo de creer que los seres humanos no pueden reconocer la verdad y en la falsa humildad de negarse a aceptarla”.
“La verdad nos hace libres”, añadió, citando Juan 8:32 y señalando que la verdad sirve como el criterio con el que los seres humanos deben medirse y que abrazarla requiere humildad.
El Arzobispo Gänswein concluyó advirtiendo que el relativismo —la mentalidad que define la modernidad, a la que describió como “un veneno insidioso”— finalmente socava la libertad humana. Impulsado por la autosuficiencia y amplificado por las redes sociales, el relativismo ciega a las personas ante la verdad y su propósito último, afirmó.
El verdadero objetivo de la humanidad, afirmó, es “llegar al conocimiento de la verdad, que es Dios, y así alcanzar la vida eterna”. Su discurso fue recibido con un prolongado aplauso.
La conferencia también incluyó una serie de charlas que invitaron a la reflexión sobre la identidad moral y política de Lituania, los desafíos de la democracia liberal, los cambios sociales postsoviéticos y el papel de la fe y la familia en la vida pública. Concluyó con una mesa redonda sobre la orientación moral de Europa, la libertad de expresión y la renovación de los valores cristianos en la sociedad.
El arzobispo de Vilna, Mons. Gintaras Grušas, recordó las palabras del Papa León XIV, quien afirmó que la Iglesia “no puede nunca eximirse de decir la verdad sobre el hombre y sobre el mundo, recurriendo a lo que sea necesario, incluso a un lenguaje franco, que inicialmente puede suscitar alguna incomprensión”. Subrayó que todos los cristianos, incluidos aquellos que participan en la vida pública, tienen el deber de defender la verdad, a la que describió como “no una idea abstracta, sino un camino por el cual la persona descubre la verdadera libertad”.
La conferencia fue organizada conjuntamente por la organización cívica lituana Laisvos visuomenės institutas (Instituto de una Sociedad Libre), el Sindicato Lituano de Trabajadores Cristianos y la Facultad de Teología Católica de la Universidad Vytautas Magnus.-
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.
 
				




