“Nadie actúa a la perfección frente a los abusos”: Comisión vaticana urge a avanzar con transparencia
Los representantes de la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores participaron en la sesión de inauguración de la 81 Asamblea General de los obispos italianos, celebrada en Asís del 17 al 20 de noviembre y que coincidió con la V Jornada Nacional de Oración por las víctimas y los supervivientes de abusos en la Iglesia

Los representantes de la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores participaron en la sesión de inauguración de la 81 Asamblea General de los obispos italianos, celebrada en Asís del 17 al 20 de noviembre y que coincidió con la V Jornada Nacional de Oración por las víctimas y los supervivientes de abusos en la Iglesia.
El presidente de la comisión, Mons. Thibault Verny, reiteró en su discurso dirigido a la Conferencia Espiscopal Italiana (CEI) que, “frente al escándalo de los abusos sexuales, nadie puede afirmar que actúa a la perfección”, aunque precisó que “todos intentamos hacer lo mejor posible, reduciendo al mínimo el daño”.
En el contexto de la lucha contra los abusos dentro de la Iglesia, el arzobispo francés recordó el acuerdo Memorare Initiative, establecido entre la CEI y la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores que “marcó el inicio de una colaboración estructurada” para proteger a quienes están en riesgo y prevenir abusos.
Confesó que aún queda un largo camino por recorrer, en el que “no faltan incomprensiones y divergencias” y alentó a “a acompañarnos con prudencia y transparencia, en una dinámica de escucha sincera y aprendizaje recíproco”.
Exhortó también a evaluar y corregir lo que se debe mejorar, “señalar con transparencia las carencias en los sistemas de salvaguardia” y ofrecer respuestas profesionales “para fortalecer la credibilidad de la Iglesia”.
Una silla vacía como símbolo de las víctimas que se quitaron la vida
Mons. Thibault recordó el reciente encuentro entre víctimas de abuso de Bélgica con el Papa León XIV: “Había una silla vacía entre dos miembros del grupo; una señora explicó que era para su hermano, también víctima, que se había quitado la vida. Aquella silla representaba a él y a tantos otros que han hecho lo mismo a causa de los abusos sufridos”, explicó.
El prelado francés remarcó que “no existe un modelo único de abordaje” al hacer frente a los abusos y afirmó que “corresponde a cada Conferencia Episcopal asumir el tema, discernir y decidir autónomamente, según el contexto histórico y cultural local”.
“Estamos aquí para avanzar juntos y sostenernos mutuamente. Nos corresponde a cada uno mirar con valentía al pasado y reconocer la verdad de la situación: sólo así podremos sentar las bases para construir el futuro”, aseveró.
Por su parte, Mons. Alí Herrera, Secretario de la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores, destacó que “la indagación es un punto de partida y no un juicio: no mide el compromiso de las personas, sino que ayuda a entender dónde fortalecer la red y mejorar la comunicación”.
“Sólo la verdad, incluso cuando es dolorosa, puede convertirse en fundamento de renovación. Y esto requiere rigor e independencia; por eso, el trabajo científico y documentado, como el iniciado conjuntamente en Italia, sigue siendo esencial”, subrayó.
La oración se traduce en acción, conciencia y acogida
El obispo colombiano recordó que este 18 de noviembre se celebra la V Jornada Nacional de Oración por las víctimas y los supervivientes de abusos en la Iglesia, bajo el título “Respeto. Generar relaciones auténticas”, propuesta por el Papa Francisco frente a la negativa de muchas comunidades de fieles a reconocer la presencia de víctimas.
Mons. Herrera precisó que esta resistencia nacía a veces del miedo: “miedo a escuchar las terribles verdades que las víctimas nos cuentan; miedo a aceptar que nuestras comunidades no son perfectas y pueden ser también lugares de horror; miedo a no saber qué hacer, cómo consolar, cómo ayudar; miedo a confrontar a hermanos o hermanas que podrían haber cometido un crimen y al costo que ello podría tener para ellos y para nosotros”.
“Demasiado a menudo esta resistencia ha mantenido a muchos encerrados en silencio durante años, décadas, toda una vida”, lamentó. Sin embargo, afirmó que “días como este son un ejemplo de cómo la oración se traduce en acción, conciencia y acogida”.
En consecuencia, alentó a que las experiencias concretas del pueblo de Dios, que tocan “el sufrimiento y la esperanza de sanación”, entren en los espacios “donde se toman decisiones y se elaboran directrices universales”.
“Solo así la reflexión no queda en lo abstracto, sino que se arraiga en la vida y se convierte en instrumento de conversión pastoral. Esta colaboración entre investigación, pastoral y escucha de las víctimas es lo que permitirá madurar una Iglesia más creíble y atenta a los signos de los tiempos”, afirmó.
[Fuente: ACI Prensa]



