Nuestro papel como laicos según el beato Anacleto Gonzáles
Como laicos, tenemos un gran papel y responsabilidad en la Iglesia y en el mundo. El beato Anacleto Gonzáles nos enseña a vivir ese hermoso papel

El beato Anacleto González Flores, fue un laico mexicano que vivió durante la persecución religiosa del siglo XX. Sumándose a la lista de hombres valientes quienes dieron su vida por Cristo y ahora forman parte de la lista de los mártires mexicanos.
No fue sacerdote ni religioso, fue un hombre común que comprendió profundamente su vocación bautismal. Su vida y su martirio revelan un mensaje esencial: los laicos no son espectadores en la Iglesia, sino protagonistas de la transformación del mundo.

Hablar del papel del laico según Anacleto es hablar de compromiso, coherencia, valentía y fe vivida en lo cotidiano.
1El laico como constructor del Reino en lo cotidiano
Para Anacleto, la santidad no pertenece solo a sacerdotes y religiosos. La vida diaria es el lugar donde se construye el Reino de Dios:
La familia como primer campo de misión, en el trabajo como acto de servicio, en la participación social como acto de justicia y por supuesto en las relaciones cotidianas como oportunidad para compartir nuestra fe.
Él enseñaba que Dios actúa a través de personas comunes que aman sinceramente y cumplen su deber con rectitud. La santidad se vuelve real cuando transforma lo ordinario.
2El laico como responsable de su formación
Para Anacleto, una parte fundamental en la vida del laico debe ser la formación, pues no necesitamos estar en la vida consagrada para formar nuestra fe y conocer más sobre la Historia de la Iglesia, sobre liturgia o bien, Sagradas Escrituras.
Ya que para él la formación es la base del compromiso y una de las grandes preocupaciones de Anacleto fue la formación integral:
- Conocer la fe.
- Estudiar la verdad.
- Formar la conciencia.
- Discernir con criterio cristiano.
Por eso fundó asociaciones, círculos de estudio y programas de formación para laicos. Él afirmaba que un laico ignorante de su fe es débil ante la injusticia, mientras que un laico formado es luz y sal en el mundo.

3El laico como evangelizador
El beato Anacleto entendió que la evangelización no es solo predicar: es vivir de tal modo la fe que inspire a otros a acercarse a Cristo.
El laico evangeliza:
- Con su testimonio
- Con su profesionalismo honesto
- Con su vida familiar
- Con su compromiso social
- Con su participación activa en la comunidad parroquial
Anacleto despertó a miles de laicos a la misión, demostrando que todos somos responsables del anuncio del Evangelio.
4Rasgos espirituales que Anacleto propone al laico
El beato encarnó un estilo concreto de vida laical que sigue siendo un modelo:
- Coherencia: vivir lo que se cree, aun cuando es difícil.
- Valentía: no avergonzarse nunca de nuestra fe, sino todo lo contrario.
- Caridad social: buscar el bien común, no solo el propio.
- Mansedumbre: responder al odio con paz.
- Amor profundo a Cristo y a la Iglesia: incluso hasta dar la vida.
- Sentido de misión: saber que cada bautizado tiene una tarea única en la historia.
Estos rasgos convierten al laico en testigo real del Evangelio, por lo que es importante que recordemos que todo laico tiene un lugar importante dentro de la Iglesia y del mundo entero. –
Karen Hutch – publicado el 19/11/25-Aleteia.org




