¿Un sacerdote puede celebrar Misa en donde él quiera?
Un sacerdote católico, ordenado válidamente puede celebrar la santa Misa, pero, puede hacerlo en cualquier lugar que él quiera o algo se lo puede impedir?

Sabemos que, para que haya una Misa, se necesitan elementos indispensables: la materia: pan y vino; la forma: las palabras que se utilizan y que están en el Misal Romano; el ministro: un sacerdote u obispo; y el sujeto que recibirá el sacramento, que es toda la asamblea. Teniendo todo, ¿puede el sacerdote celebrar la Eucaristía en donde él desee?
¿Qué dice la Iglesia?
A pesar de todo lo anterior, no basta con el solo deseo del presbítero para celebrar la santa Eucaristía en cualquier parte. Debido a la altísima dignidad del sacramento, deben observarse ciertas disposiciones que están asentadas en muchos documentos emitidos por la Iglesia, entre ellos el Derecho Canónico y la instrucción Redemptoris Sacramentum.
En este último encontramos lo siguiente:
«La celebración eucarística se ha de hacer en lugar sagrado, a no ser que, en un caso particular, la necesidad exija otra cosa; en este caso, la celebración debe realizarse en un lugar digno». De la necesidad del caso juzgará, habitualmente, el Obispo diocesano para su diócesis (n. 108).
Con lo anterior, entendemos que, para que la santa Misa pueda efectuarse fuera de una iglesia, el sacerdote debe obtener el permiso del Obispo diocesano.
Así es que, si el presbítero tiene en mente celebrar la santa Misa en la playa, en el campo, un estadio o en cualquier otro sitio, debe consultarlo con el Obispo del lugar – porque puede tratarse de un retiro o de una reunión masiva como se acostumbra en estos tiempos -.

Él juzgará si se reúnen las condiciones necesarias para la celebración, porque es el responsable directo, como lo menciona la instrucción:
«Dado que tiene obligación de defender la unidad de la Iglesia universal, el Obispo debe promover la disciplina que es común a toda la Iglesia, y por tanto exigir el cumplimiento de todas las leyes eclesiásticas. Ha de vigilar para que no se introduzcan abusos en la disciplina eclesiástica» ( RS n. 177).
Por lo tanto, el sacerdote debe respetar la disciplina impuesta por la Iglesia para resguardar la integridad del Sacramento. Además, el ministro debe recordar, como lo menciona la nota Gestis Verbisqui en el número 26 que «las acciones litúrgicas no son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia».
Un requisito indispensable
Añadimos que existe un requisito indispensable para que el presbítero pueda celebrar la santa Misa en una parroquia o diócesis distinta a la suya: el permiso del párroco o del obispo. Ellos deben poder comprobar que el sacerdote está acreditado mediante la presentación de sus licencias ministeriales vigentes.
De este modo, podrá ser invitado a celebrar en cualquier iglesia católica:
«En la celebración o concelebración de la Eucaristía, ‘admítase a celebrar a un sacerdote, aunque el rector de la iglesia no lo conozca, con tal de que presente cartas comendaticias’ de la Sede Apostólica, o de su Ordinario o de su Superior, dadas al menos en el año, las enseñe ‘o pueda juzgarse prudentemente que nada le impide celebrar'» (CIC c. 903) (RS n. 111) .
Ojo con esta última indicación: «Nunca es lícito a un sacerdote celebrar la Eucaristía en un templo o lugar sagrado de cualquier religión no cristiana» (RS n 109).-
Mónica Muñoz – publicado el 20/11/25-Aleteia.org




