De concurso

Elías Farache:

Las situaciones que se viven en Israel, con Israel, entre Israel y sus amigos y enemigos, son realmente de mucha curiosidad. En casi todos los aspectos de la vida. Obedecen sin duda a la particularidad de ser un estado judío, el único del mundo. Y el país judío es a los demás países, lo que el judío como persona a la sociedad en la cual vivió o vive. Una serie de contradicciones, de anomalías, curiosidades, rarezas. Algunas de las anteriores, todas las anteriores y más.

El muy popular concurso de Miss Universo celebrado en Tailandia ha contado con la participación de Miss Palestina. Para todos los efectos, algo que resulta muy positivo y reconfortante. Es muy admirable que grupos nacionales acudan a eventos competitivos en los cuales los triunfos y derrotas no sean a través de acciones violentas. Nadie puede negar la belleza y gracia de Nadeen Ayoub, además de su reciedumbre de carácter al desfilar en traje de baño con una cobertura especial que significa modestia sin descartar su natural encanto.

Como es muy frecuente en eventos que nada tienen que ver con política, al menos en teoría, las condenas a Israel son algo común. Nada que no se esperase luego de dos años de guerra con Gaza, luego de los olvidados rehenes muertos y vivos de aquel impresionantemente lejano 7 de octubre de 2023. Mucha menos atención, o quizás ninguna, ha suscitado hasta el momento que la señorita Ayoub se casó con Sharaf Bargouti en el 2016. Shafraf es hijo de Marwan Barghouti, quien sirve condena de por vida quíntuple, por actos de terrorismo, en Israel. Ayoub trabajó en un gimnasio como entrenadora, propiedad de otro hijo del señor Marwan Barghouti llamado Qassam, hasta al menos el año 2020.

Las investigaciones periodísticas arrojan que Nadeem fue felicitada en la página de Facebook de su suegra, Fadwa Barghouti, esposa de Marwan, en julio de 2016, en ocasión de su boda. Aparece también siendo felicitada en el perfil de los graduados de Universidad de Birzeit en Ramallah, en 2018, con un título en geografía. Su suegra, Fadwa, posteó también en octubre de 2019, una foto del recién nacido de Nadeem a quien llamaron Marwan en honor a su abuelo. Por cierto, que mucho se ha hablado de los intentos para que Marwan Bargghouti hubiera sido canjeado en los recientes intercambios que pusieron fin a la guerra de Gaza, algo que contó con argumentos encontrados entre las partes.

La verdad que poco interesan los detalles del concurso a estas alturas. Lo positivo de la participación es otra cosa, y las circunstancias que rodean la vida de la joven miss llaman la atención. En lo personal y en lo colectivo.

Resulta que, por casualidades de la vida, nos enteramos de que Palestina cuenta con una ciudad como Ramallah en la cual hay más de una universidad. Que cuenta con páginas de graduados y redes sociales. Además, con modernos gimnasios, y compañías de seguros, en una de las cuales ha trabajado Sharaf Barghouti. Con la vida normal de nuestros modernos días en los cuales suegras y nueras, hermanos y cuñados, se felicitan públicamente en páginas de acceso libre para muchos. Pareciera que algunas situaciones y acciones que se atribuyen a Israel no son tales, y otras, aquellas positivas y hasta neutras, son absolutamente ignoradas y desconocidas.

Lo que ocurre con Israel es de concurso. No se puede ocultar la animadversión de algunos al estado judío, a su movimiento de liberación nacional que luchó por el establecimiento de un hogar nacional judío en las tierras bíblicas. El desconocimiento de realidades existentes, que se descubren por casualidad, y aun así pasan y pasarán por debajo de la mesa.

El drama del Medio Oriente se quiere atribuir, por algunos ya descaradamente, a la existencia de Israel. En negación abierta al derecho de existencia de un estado judío, de Israel. Es la posición preelectoral del flamante alcalde electo de Nueva York, Zohran Mandami, por citar la más relevante en estos días. La demonización de Israel no tiene límites, el descubrimiento de la cotidianidad de una Palestina también vibrante y pujante, con belleza y emprendimientos, universidades y modelos resulta en una refrescante contradicción. Esta historia de paparazis, trivial y con algo de chismografía, no encaja dentro del ambiente de satanización al que se ha visto sometido el Estado Judío.

Sí. Las contradicciones para con Israel son de concurso. Universal más que regional.-

Elias Farache S.

23 de noviembre de 2025