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¿Por qué La Piedad de Miguel Ángel es el símbolo definitivo de la fe y el arte ?

Esta obra maestra, que representa a la Virgen María sosteniendo el cuerpo inerte de Jesucristo tras la Crucifixión, sigue atrayendo la mirada y el espíritu de millones de peregrinos y amantes del arte anualmente

En el corazón de la Basílica de San Pedro reside una obra que trasciende el tiempo y la materia: La Piedad ( Pietà ), la escultura de mármol cincelada por un joven Miguel Ángel Buonarroti a finales del siglo XV. Esta obra maestra, que representa a la Virgen María sosteniendo el cuerpo inerte de Jesucristo tras la Crucifixión, sigue atrayendo la mirada y el espíritu de millones de peregrinos y amantes del arte anualmente.

Un diálogo entre el dolor y la belleza

Encargada por el cardenal francés Jean de Bilhères para su sepultura, La Piedad fue terminada por Miguel Ángel entre 1498 y 1499, cuando el artista apenas contaba con 24 años. Lo que distingue a esta escultura, de casi dos metros de ancho, no es sólo su perfección técnica, sino la profunda emoción que logra transmitir.

Miguel Ángel se apartó de las representaciones tradicionales, que solían mostrar a la Virgen como una mujer madura y afligida. En cambio, esculpió a una María serena y juvenil, cuyo rostro refleja una belleza idealizada y una tristeza contenida, no desfigurada por el sufrimiento. Su juventud, justificada por el propio artista como un símbolo de su incorruptibilidad y pureza, contrasta poderosamente con la anatomía perfectamente detallada y el abandono del cuerpo de Cristo.

«Es el bloque de mármol más pulido y acabado que existe en Roma», escribió el biógrafo Giorgio Vasari, destacando la asombrosa habilidad del escultor para dar vida a la fría piedra.

La única obra firmada

Un dato fascinante y poco conocido por el público general es que La Piedad es la única obra que Miguel Ángel firmó. Según relatan las crónicas de la época, el artista escuchó a unos visitantes comentar que la obra era de otro escultor. Indignado, grabó su nombre en la cinta que cruza el pecho de la Virgen: «MICHAEL ANGELUS BONAROTUS FLORENTINUS FACIEBAT» (Miguel Ángel Buonarroti, el florentino, lo hizo).

Un legado protegido

Originalmente situada en la Capilla de Santa Petronila, la escultura fue trasladada varias veces antes de encontrar su ubicación actual, cerca de la entrada de la Basílica de San Pedro, a la derecha de la nave central, justo después de pasar la puerta santa.

Su incalculable valor histórico y artístico motivó una medida de protección en 1972, después de que un ataque vandálico con un martillo causara daños significativos. Tras una meticulosa restauración, la obra se colocó detrás de un cristal blindado a prueba de balas, permitiendo a los visitantes admirar a una distancia prudencial, asegurando su conservación para las generaciones futuras.

La Piedad no es solo una representación de un evento bíblico; es un manifiesto de la capacidad humana para transformar el dolor en arte sublime. Continúa siendo, sin lugar a dudas, uno de los tesoros más grandes del Renacimiento y una parada obligatoria en la Ciudad Eterna.-

-El Impulso

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