Monseñor Carlos Cabezas ante muerte de jóvenes en Guayana: “No nos acostumbremos al horror”
El máximo representante de la Iglesia local manifestó su honda preocupación por el auge de la inseguridad, señalando que la juventud -el presente y futuro de la patria- está siendo diezmada por la crueldad

En un comunicado emitido por la Diócesis de Ciudad Guayana, el obispo monseñor Carlos Cabezas, expresó su consternación tras el hallazgo, este lunes 22 de diciembre, de los cuerpos sin vida de Alexander Alvarado y Ashleiker Ríos. El prelado, hablando en nombre de todo el clero y la comunidad eclesial, calificó el suceso como una manifestación de la “oscuridad” que atraviesa la región y envió un abrazo de fe a las familias de las víctimas, a quienes definió ahora como “hijos de la resurrección”.
Monseñor Cabezas denunció la consolidación de una “cultura de la muerte” en las calles guayanesas, donde la vida humana parece haber perdido su valor sagrado para reducirse a simples estadísticas. Según el obispo, este crimen no debe verse como un hecho aislado, sino como el síntoma de una “herida profunda” que afecta el tejido social y mantiene a las familias presas del miedo.
El máximo representante de la Iglesia local manifestó su honda preocupación por el auge de la inseguridad, señalando que la juventud -el presente y futuro de la patria- está siendo diezmada por la crueldad. Ante este escenario, monseñor Cabezas hizo un llamado urgente a las autoridades competentes, exigiendo no solo una investigación transparente y justicia expedita, sino un compromiso real para evitar que este hecho se hunda en el olvido de la impunidad que suele rodear estos casos.
En un párrafo especialmente dirigido a la ciudadanía, monseñor Cabezas instó a los guayaneses a “no acostumbrarse al horror”. El prelado advirtió sobre el peligro de que el odio endurezca los corazones de la comunidad y exhortó a un trabajo conjunto para rescatar valores fundamentales como el respeto, la fraternidad y la protección de la vida.
La misiva concluye con una poderosa reflexión teológica y civil: “La paz no es solo la ausencia de guerra, sino la presencia de la justicia”. Con estas palabras, monseñor Cabezas reafirma el papel de la Iglesia como voz de los que sufren y como actor que demanda del Estado el cumplimiento de sus deberes básicos de protección y derecho. Encomendó el alma de Alexander y Ashleiker a la misericordia divina bajo el amparo de la Inmaculada Concepción del Caroní, patrona de la ciudad.-
22 Dic, 2025 / Correo del Caroní




