Opinión

Principios, valores, creencias

Estos años  duros, (diría Roberto Giusti, QEPD) sin libertad de expresión, censurados y con toda clase de agresiones, limitaciones y humillaciones, han sido de un gran aprendizaje para quienes, no conocíamos esas prácticas de los neo-comunistas, aprendices de revolucionarios

 

Gloria Cuenca:

En estos días complejos, donde las fiestas están sumergidas en el desastre político-ideológico, pienso sin cesar en lo que anuncio en el título. Dirán mis amables seguidores y contradictorios lectores, ¿no se cansa de pensar en eso?  Con angustia me llego a preguntar: ¿Los valores no existen? ¿los principios desaparecieron? ¿Solo prevalecen algunas creencias? ¡mínimas! No es fácil, seguir viviendo con certeza y seguridad, en medio de la incertidumbre (alta desinformación), confusión diaria sobre nuestras perspectivas como nación, como país y especialmente, lo individual, como ciudadanos pensantes y acostumbrados a otra manera de vivir. No obstante, resulta que no es así. Eso es lo que trata de hacernos creer la infame propaganda comunista, exacerbada por los del G2 cubano.

Nunca, nuestro país había estado en una situación igual en los últimos tiempos, donde la ética y la moral, se impusieran sobre manipulaciones corruptas, burdas, mentiras y falsías como ahora.  Los principios, “conjunto de reglas que, por decisión, adoptamos como guía de nuestra vida”, imperan: la democracia, “no perfecta, si perfectible” (Luis Herrera, dixit), los valores, “es lo que se estima”: la libertad, la autonomía, la independencia y la soberanía del país, la propiedad privada y la libertad de cultos; finalmente, las creencias, “asumir y confiar en la verdad de teorías y religiones, sin que se demuestre, ni se compruebe la veracidad o autenticidad.”

Lo siento por el atajo de ¿resentidos? no resultó la maniobra que intentaron realizar contra quién de manera limpia, honorable, ética, valiente, con absoluto coraje se ha enfrentado desde la inteligencia, el conocimiento, la generosidad, la espiritualidad y la confianza en la justicia de su acción, con la protección de Dios y la Virgen de Coromoto, me refiero a nuestra líder MCM, sin ninguna duda.

Como saben, seguidores y lectores, he sido durante toda mi vida profesional, profesora de Ética y Legislación de la Prensa y, o, de la Comunicación en la Escuela de Comunicación Social de la UCV, con breves semestres en postgrados en la misma universidad, en la Simón Bolívar y en la Universidad del Zulia. Amo la asignatura, la disfruto, la he estudiado y seguido con pasión por más de 60 años. He investigado y escrito varios libros sobre el tema. Me han preguntado, en diferentes momentos: ¿no la fastidia, no se aburre de estudiar ese tema? Para nada. Siempre hay algo nuevo, constantemente aprendo y comprendo, algo desconocido.

Creo, con certeza, es una materia fundamental para el ejercicio sano y responsable de la profesión del periodista y la comunicación. La ciudadanía necesita, requiere tener la seguridad de que, la información noticiosa es veraz, confiable, segura para lograr la imprescindible “reducción de incertidumbre”. Sin lugar a dudas, estos años  duros, (diría Roberto Giusti, QEPD) sin libertad de expresión, censurados y con toda clase de agresiones, limitaciones y humillaciones, han sido de un gran aprendizaje para quienes, no conocíamos esas prácticas de los neo-comunistas, aprendices de revolucionarios, con malas costumbres, corruptos, narcos, represores y demás. Han sido 27 años donde a cada circunstancia se nos pretendió doblegar, obligar a perder la esperanza en recuperar la Libertad y la Democracia. Hubo quien no comprendió, se plegó a las vagabunderías del régimen, se convirtió en “enchufado”. Ahora, viven temblando sin saber como conservar las fortunas, “mal habidas”, las nuevas casas remodeladas y super protegidas.

Cada uno, es cada uno, se dice. Estos procesos del “socialismo del siglo XXI” han sido terribles.  Confío y espero, definitivos e importantes para el aprendizaje y el crecimiento, por la vía de los maestros negativos. Sí también de lo negativo se puede aprender. Por supuesto, sí se trata de gente con principios y valores Hubo, quien emigró, al ver el desastre. Mientras otros nos quedamos aquí, padeciendo molestias, agresiones, luchando, sobreviviendo y soportando toda clase de ignominias. Importante destacar, la trascendencia que tiene ser capaces de abrirse a las experiencias de aprendizaje, sin dudas, con confianza en una/o mismo para seguir adelante.

Aceptar que, la vida compleja y difícil de repente, nos da un martillazo, mientras en otras oportunidades, recibimos “agua de rosas y flores”. Pienso en los jóvenes, los que están aquí y los que están fuera. ¡Qué gran reto!¡Importante y necesario desafío! ¿Regresar para reconstruir a Venezuela? ¿Cambiar definitivamente su vida y seguir adelante? Cada persona, ciudadano/a, de cualquier opción mencionada o no, tiene que decidir según su conveniencia. No queda de otra.

Siempre que se puede elegir con libertad, no bajo presión, es un regalo de la vida. Esto no debemos, ni podemos olvidarlo. Analizar los pro- y contra. La conveniencia y el gusto, deben armonizarse: ni sólo conveniencia, ni exclusivamente, el gusto. También se vale, equivocarse; después rectificar, cambiar de opinión y apostar por otra solución diferente ¿y qué?

La auténtica y verdadera preocupación es lograr el objetivo socio-político, recuperar la Patria y que la situación individual, tan martirizada en esta etapa, nos permita seguir adelante con nuestra vida. Dios nos ayude, ampare y proteja mientras se termina de aclarar el panorama. Con Nuestra amada Virgen de Coromoto, lograremos lo mejor para Nuestra Tierra de Gracia.

¡Feliz Navidad! Así sea!.-

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