Venezuela

La violencia atroz: Un mal que se multiplica en la sociedad venezolana

Cada vez se hacen más comunes hechos de violencia que entrañan muestras de crueldad y de odio hacia las víctimas

El pasado 19 de junio las autoridades policiales anunciaron la detención de una mujer, quien presuntamente se habría inducido el aborto cuando tenía siete meses de gestación y tras tratar de esconder el feto en un bolso por varios días y ver que era infructuoso el intento debido a que el cuerpo se descompuso, procedió a quemarlo para tratar de ocultar las evidencias de lo ocurrido, sin embargo fue descubierta y puesta a las órdenes de los tribunales.

Días más tarde, el jefe del Cicpc, comisario Douglas Rico, informó en rueda de prensa sobre la detención de una mujer presuntamente vinculada con otro caso similar, ocurrido en el estado Carabobo, donde se localizó el cadáver de un bebé, todavía con el cordón umbilical en la vía pública, la niña había sido ahogada por su madre tras el parto, la había metido en una bolsa y luego la sumergió en un tanque de agua para esconder el hecho.

Otra mujer fue capturada luego de que había sido denunciada de enviar fotografías pornográficas de su hija a un hombre a quien pretendía enamorar. La mujer decía que era virgen y enviaba las imágenes como prueba de su “pureza”.

El hecho más noticioso de las semanas pasadas fue el esclarecimiento, por parte de la fiscalía, de la desaparición del anciano dirigente oficialista Carlos Lanz, quien presuntamente luego de haber sido engañado y asesinado fue descuartizado y su cadáver dado como comida a un grupo de cerdos, aunque el caso estaría resuelto, muchas dudas quedan en torno a este hecho.

Kalinina Ortega, otra militante oficialista estuvo desaparecida por varios años, hasta que su cadáver fue localizado enterrado en el patio de su vivienda, el caso no ha sido resuelto por las autoridades policiales.

La violencia, que ha venido acompañando a la población venezolana a través de los años, al parecer ha extendido su influencia a otros sectores, la violencia atroz, esa que se caracteriza por el ensañamiento contra la víctima, ya no es exclusiva de maleantes y delincuentes, ahora puede estar en cualquier parte.

Maldad masificada
El abogado penalista, especialista en criminología, Luis Izquiel al respecto señala que estábamos acostumbrados a establecer una relación entre la atrocidad de los crímenes y las organizaciones delictivas quienes utilizan los crímenes atroces como mensajes hacia sus rivales en el mundo del crimen, autoridades o para los vecinos de una zona que controlan o pretendan controlar.

Se trataba de una conducta heredada del sistema penitenciario, de personas que tuvieron una pasantía en las cárceles venezolanas, donde se resolvían los problemas de esa manera y que caló entre las organizaciones criminales.

Las bandas aprendieron a usar la violencia extrema a modo de advertencia y de marcaje de territorios. Perpetran crímenes especialmente atroces contra sus rivales, crímenes que incluyen desmembramientos, quema de cuerpos, asesinatos con cientos de disparos, violaciones y carteles amenazantes. “Se trata de casos que ocurren en Venezuela, pero también en Colombia, México, El Salvador, entre otros con la acción de grupos armados, carteles y maras”.

“Esto tiene que ver, en mi criterio, con la pérdida de valores de una parte de la sociedad que cada vez se deshumaniza más y pierde respeto por la vida y por el cuerpo del otro. ¿Por qué ocurre esto? Por muchos factores: hogares desestructurados, visualización constante de un clima de violencia, mensajes de violencia desde lo más alto del poder político, adicciones a las drogas y el alcohol, impunidad para quienes cometen delitos, ausencia del Estado y sus órganos policiales y de justicia en buena parte del territorio nacional, todo es parte de un proceso que lleva años erosionando las bases de nuestra sociedad” acotó Izquiel.

Desaparecer el delito
Muchas veces el dantesco de los casos sucede porque los victimarios pretenden desaparecer el delito. El caso del dirigente oficialista Carlos Lanz podría ser una muestra de ello. Pero nos encontramos un especial ensañamiento contra el cadáver de la víctima, quien no solo fue desmembrada, sino que además fue lanzada como alimento para unos cerdos que después fueron sacrificados y consumidos. El objetivo sería no dejar evidencias del crimen, creyendo en la muy hollywoodense teoría de que sin cuerpo no hay homicidio.

Claro que se hace necesario un tipo de investigación particular para enjuiciar a una persona por desaparición forzada, deben encontrarse suficientes evidencias sobre su implicación en la desaparición y un Estado comprometido en no dejar el crimen impune, cosa que no es común en nuestro país, donde la impunidad roza el 90% de los casos.

Y es que en realidad, mientras no aparezca un cuerpo, no se puede abrir una averiguación por homicidio y muchos casos se mantienen en ese limbo por años, hasta que en una casualidad, alguna excavación termina desenterrando la mentira detrás de una desaparición.

Es por ello que vemos cómo de pronto se multiplican los hallazgos de cadáveres de neonatos en quebradas, ríos, basureros, algunos son quemados, o los casos de asesinatos cuyas víctimas enterradas en sus propias casas, los cuerpos que son localizados en zonas apartadas y de pronto los responsables son enjuiciados y puestos tras las rejas.

Algunos especialistas han expuesto que los casos de los crímenes contra neonatos, podrían reducirse si se legaliza el aborto, sin embargo al estudiar cifras de violencia contra recién nacidos en otros países en los que es legal la interrupción del embarazo, se observa que la violencia extrema contra bebés se mantiene.

“Yo creo que el daño social que hay acá es mucho muy profundo y difícil de revertir, en el caso de la violencia contra niños recién nacidos venezolanos, creo que es más por ignorancia que por una prohibición legal”, señaló el especialista

Violencia vicaria
El asunto es que los casos de maltratos tremendos, de abusos sexuales, de muestras extremas de odio parece que se multiplicaran, que de pronto nos encontrásemos ante casos más y más violentos y crueles, en especial contra bebés, niños y personas mayores, que son las que menos pueden defenderse. Además observamos que esta violencia no viene de bandas delictivas, sino de seres cercanos a las víctimas, madres, esposas, conocidos.

“En muchos de estos casos nos encontramos con situaciones de violencia vicaria, un tipo de violencia de género que es heredada. En otras palabras se ataca a los familiares cercanos de la pareja con el objetivo de hacerle daño, son los casos de los maltratos de niños con el fin de afectar a la madre o el padre, muchas veces se vuelca todo el odio contra bebés y niños que son abusados de maneras inimaginables para “aleccionar” a la pareja.

A veces los crímenes ocurren en común acuerdo entre uno de los padres de la víctima y su pareja, como el caso del pequeño Dayan González, torturado y asesinado en Guanare, estado Portuguesa.-

  • CARLOS D’ HOY/El Universal

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba