Un político agnóstico: «La obligación moral de quien cree en la libertad es defender a la Iglesia»
El viernes 10 de febrero el pleno del Parlament de Cataluña aprobó una moción de la CUP (formación independentista de extrema izquierda populista, con 9 diputados y 190.000 votos en 2021) para «revertir de forma inmediata todos aquellos bienes que hayan sido indebidamente inmatriculados en favor de alguna autoridad de la Iglesia Católica».
En la práctica, la moción no tiene ningún efecto, y si algo ha sido «indebidamente inmatriculado» debe probarse en tribunales. En enero de 2022 el Gobierno PSOE-Podemos, muy hostil a la Iglesia, dio por bueno un informe detallado de la Iglesia sobre inmatriculaciones en toda España, donde sólo había unos pocos casos erróneos o dudosos y ningún caso «indebidamente inmatriculado», por lo que este tema no tiene apenas recorrido legal ya.
La propuesta de la CUP un año después en el Parlament fue respondida con un contundente discurso de Nacho Martín Blanco, que es diputado autonómico de Ciudadanos desde 2017, periodista y politólogo y se define como liberal y agnóstico.
«Esta nueva moción de la CUP es un nuevo ejercicio de anticlericalismo gratuito, barato. Desde mi posición de liberal, agnóstico, salir a defender a la Iglesia me trae más perjuicios que beneficios. Pero les digo sinceramente que, como liberal, me siento en la obligación de defender a quien nadie defiende», dijo ante los gestos burlescos de los diputados de la CUP.
Diputados de la CUP en febrero de 2023 se ríen cuando el diputado Nacho Martín Blanco dice que «la Iglesia no tiene quien la defienda».
«La Iglesia no tiene quien la defienda, efectivamente y tiene mucha gente que la ataca«, insistió. «Me hacen [ustedes] aspavientos, pero si alguien saliese aquí a decir las barbaridades que se han dicho en este atril sobre la Iglesia Católica y las dijese sobre otras confesiones, sobre el Islam, o sobre cualquier otra confesión, todo el mundo se rasgaría las vestiduras. Insultar a la Iglesia Católica te da carnet, salvoconducto de progresía. Y sin embargo, insultar al Islam o a cualquier otra confesión, te convierte enseguida en miembro de la carcundia», denunció el diputado.
«Con mis convicciones liberales, agnósticas -yo no tengo la suerte de haber recibido la llamada de la fe- sinceramente, me resultaría muy fácil marcar distancia con la Iglesia. Pero creo sinceramente que es obligación moral de cualquier persona que defienda la democracia, la libertad de culto y de pensamiento, la libertad en definitiva, defender en este atril, en este Parlamento, en las instituciones catalanas y de España a la Iglesia Católica. Sí, creo que eso debe hacerlo un liberal que se precie», insistió.
Acto anticlerical de la CUP ante la catedral de Tarragona en 2017.
Sobre la propuesta de la CUP, dijo: «Es un ejercicio de anticlericalismo que suena a años 30, ese tremendismo, que si la Iglesia tiene privilegios… Inmatricular es solo registrar un inmueble en un registro, para que haya más seguridad jurídica. Ya sé que algunos aquí no son muy amigos de la seguridad jurídica y les genera un cierto miedo. Sobre todo les genera miedo el Estado de derecho», matizó.
«Este dogma de algunos partidos de extrema izquierda y nacionalistas del nacionalismo de cargar contra la Iglesia como si fuera la encarnación de todos los males se acabaría si entablaran una demanda pidiendo la propiedad de alguno de esos inmuebles que dicen reivindicar para el pueblo. Vayan a algún juzgado, y si algún tribunal les reconoce, contra la Iglesia, ese inmueble se acabó el debate».
«Ahí está el problema: ustedes no quieren que se les acabe este argumento tan socorrido para cargar siempre contra la Iglesia, contra España y todos sus odios inveterados. En vez de recurrir al estado de derecho y a los tribunales… no, nunca van a ir a un juzgado. Cuando les negara lo que piden, ¿de qué hablarían ya en el Parlamento? Obsesiones históricas, que si Franco vive, que si vivimos bajo el nacionalcatolicismo -doctrina de un ilustre religioso catalán, el obispo Pla i Deniel… Esa pretensión de que el franquismo fue una lucha de España contra Cataluña se les desmonta como un azucarillo».
«Esas muestras de anticlericalismo gratuito no aportan nada a nuestra sociedad ni al conjunto de nuestro país», concluyó el diputado
El nombre completo de Nacho Martín es Ignacio de Loyola Martín Blanco. Nació en Barcelona en 1982. Se licenció en Periodismo en 2008 en la Universidad Ramon Llull y en Ciencias Políticas en la Universidad de Barcelona en 2011. En las elecciones al Parlamento de Cataluña de 2017 fue elegido diputado por Ciudadanos (que obtuvo 36 diputados y 1,1 millones de votos) y mantuvo su escaño en el Parlament en las de 2021, cuando Ciudadanos obtuvo 160.000 votos y 6 diputados. Es profesor en Barcelona en la Universidad Abat Oliba CEU, fundación ligada a la Asociación Católica de Propagandistas.
Ha publicado la intervención en su canal de YouTube el periodista Xavier Rius, director del digital E-Noticies, otro agnóstico catalán que cree que la izquierda hace demagogia y populismo con su discurso anticlerical constante.
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