Lecturas recomendadas

Nuestra misión en la vida es Evangelizar

Noris Mercedes Díaz de Bustamante:

Y para ello es necesario e indispensable  conocer La Palabra de  Dios, La Biblia.

  “En el Evangelio se registra todo lo que Jesús hizo y enseñó” (He.1,1); sus acciones y sus palabras son la norma de la conducta del cristiano. Las virtudes que exige a sus discípulos las ha practicado Él en sumo grado, con la máxima perfección.  Y después de haber practicado, ha enseñado a ser como Él, su doctrina no hace más que precisar cuál debe ser la conducta del cristiano. Para que sea semejante a la suya. Por eso toda la tradición católica proclama que el camino de la santidad es la imitación de Cristo, el cual como enseña El Concilio Vaticano II- “nos dio ejemplo para seguir sus pasos” (QS 22).

San Juan de la Cruz escribe: “Lo primero traiga un ordinario apetito de imitar a Cristo, en todas sus cosas, conformándose con su vida, la cual debe considerar para saberla imitar y haberse en todas las cosas como se hubiera Él” (Sl.13,3). No se trata, sin embargo de una imitación externa y material de las acciones de Jesús, sino de procurar, por medio de la meditación devota del Evangelio, captar y penetrar las disposiciones íntimas  de su corazón para apropiárselas, según el consejo de San Pablo:  “Tened…los mismos sentimientos que tuvo Cristo”  (Fil 2,5). De este modo la imitación de Jesús  capta lo que en Él hay de más profundo y vital, o sea  las disposiciones que constituyen el principio interior de todas sus acciones; y al mismo tiempo se torna accesible a todos en cualquier estado o condición de vida, mientras que la imitación  material de las acciones del Señor, nunca puede ser completa y varía según las circunstancias en que cada uno puede encontrarse.

Así todo cristiano “Reflejando como en un espejo la Gloria del Señor”, es decir, reflejando en la propia conducta el resplandor de la vida de Cristo, se irá transformando en su imagen.

 (2 Cor.3,18).

Hermanos, nuestra misión como Cristianos, es predicar la Palabra de Dios, con el encuentro y el compartir entre hermanos, porque todos somos hermanos en Cristo Jesús

 En estos días de encierro, dentro de nuestras casas debemos hacerlo en familia : Orar, compartir la misa diaria por los medios de comunicación, mantener a los niños activos, acompañar a los mayores de la casa y a los vecinos guardando siempre las reglas  de este tiempo de pandemia.

Leer La Biblia en familia, hacer el Rosario, leyendo y meditando las citas Bíblicas, darle a los niños la oportunidad de participar, leyendo y comentando, ayudados con los medios de comunicación de que disponemos para que se cumpla la frase: ¿Quién es tu hermano?…Tu vecino más cercano y no se limita a tu casa, si no en cualquier lugar que te encuentres, ese también es tu hermano en Cristo Jesús.

En Familia ganamos todos.-

 

Noris Mercedes Díaz de Bustamante

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