Ciencia e Iglesia Católica: el nacimiento medieval y religioso de las universidades
Cuando se habla en forma peyorativa de la Iglesia como oscurantista, se olvida que muchas de las principales universidades europeas fueron creadas en la Edad Media bajo el influjo del catolicismo. Cómo se formaron y las diferencias en el origen de cada una
Muchas cosas se le endilgan a la Iglesia Católica: que es oscurantista, que está en contra del desarrollo y del estudio, que niega a la ciencia, y varios etcéteras más. Todas estas consideraciones negativas recién aparecieron a principios del S. XX. Si bien la Iglesia Católica tuvo errores muy notorios, fue la gran promotora de las artes y las ciencias en la Europa medieval y en los albores del modernismo. Sin el patrocinio de la Iglesia no hubieran existidos los grandes filósofos y teóricos medievales, ni las grandes catedrales y, para asombro de muchos, la creación de las universidades tal como las conocemos hoy. Comenzaron como gremios escolásticos y se desarrollaron en analogía con los gremios de comerciantes y los posteriores gremios de extranjeros, que surgieron en los siglos XIII y XIV en la mayoría de los grandes centros urbanos europeos.
Después del punto bajo intelectual de la Edad Media, habían surgido centros de aprendizaje en varias de las principales ciudades de Occidente, en muchos casos a partir de las escuelas monásticas y catedralicias. Hacia finales del siglo XII, algunas de las más importantes afirmaban, por la excelencia de su enseñanza, tener algo más que una importancia meramente local. Estas grandes escuelas comenzaron a denominarse “studia generalia”, o lugares a los que acudían estudiosos de todas partes de Europa. Las primeras universidades en desarrollarse estaban en la actual Italia. En Salerno, durante el S. IX, se trazó el primer esbozo. Si bien no fue más que una escuela de medicina y no una “universitas litterarum”, su amplia reputación la convertía en una “studia generalia”, aunque sólo fuera en ese campo de estudio. Recién en 1970 se fundó en Salerno una universidad moderna. En Bolonia, en el año 1088, durante el siglo XI, comenzó una facultad de derecho, pero amplió su alcance hasta convertirse en una verdadera “universitas litterarum”, algo que Salerno nunca hizo. Por lo tanto, la Universidad de Bolonia quedó como la más antigua que se conserva.
Sin embargo, siempre hubo algunas dificultades a la hora de elaborar el ránking de antigüedad de las primeras universidades. Es imposible hacerlo con precisión, en gran parte porque las primeras (aquellas que tuvieron sus orígenes entre los siglos XI y XIII) fueron el resultado de desarrollos sociales espontáneos. A medida que surgieron desde las asociaciones de estudiantes, se constituyeron a través de la migración de alumnos de un centro a otro. Así, Padua fue creada por eruditos de Bolonia. París, se distinguió por ser creada por sus maestros.
En un decreto de 1225, el emperador Federico II pretendió conferir a su nueva escuela de Nápoles el prestigio que los estudios anteriores habían adquirido por su reputación y consentimiento general, y ese ejemplo fue seguido por el Papa Gregorio IX en Toulouse en 1229. Posteriormente se crearon otros “estudios generales” fundados por bulas papales o decretos imperiales. En 1292 las antiguas universidades de París y Bolonia consideraron deseable obtener bulas similares y se llegó a aceptar que sin una licencia del Papa, Emperador o Rey, ningún “Studium Generale” poseería el derecho de conferir títulos o licencias para enseñar. Sin embargo, algunas escuelas, como Oxford, estaban demasiado bien establecidas para ser seriamente cuestionadas y fueron consideradas estudios generales “ex consuetudine”. Es decir, por tradición, aunque no contara con avales papales o regios. En total, antes del año 1300 se fundaron en Europa unas veintitrés universidades: 11 en Italia, 5 en Francia, 2 en Inglaterra y 5 en la Península Ibérica.
El término “universitas”, en su origen, podía significar cualquier comunidad o corporación, a menos que estuviera calificada por el uso de expresiones como “universitas magistrorum et scharium” o similares. El término más antiguo y habitual era “studium” y posteriormente “studium generale” limitándose el término específico “universitas” al gremio escolástico dentro del studium. La “universitas” a menudo significaba simplemente el cuerpo estudiantil, generalmente llamado la nación, organizado para la protección comunitaria del cuerpo estudiantil extranjero, hombres que de otro modo estaban a merced de los posaderos y comerciantes locales. La fusión de muchos de estos lugares de estudios en una única “universitas” fue un proceso gradual, pero al final del período medieval estas distinciones se habían perdido de vista y el término “universitas” se utilizó para toda la gama de estudios.
Aunque no exista una total certeza, lo que hoy es la Universidad de Oxford -según el sitio oficial de esa casa de estudios- nació en 1096, con entre 60 y 100 estudiantes reunidos en torno a los cánones agustinos del Priorato de St Frideswide. Sin embargo, la primera referencia a Oxford como “Studium Generale” no se produjo hasta 1163. Y debía sus orígenes a la llegada de eruditos y profesores de las escuelas recientemente creadas en París, atraídos por la proximidad del palacio del erudito rey Enrique. La Universidad de Cambridge se creó hacia 1209, aunque al principio su crecimiento fue relativamente lento y sólo fue reconocida como estudio general por la bula del Papa Juan XXII en 1318.
La universidad de Bolonia obtuvo inmunidad total de la jurisdicción civil en 1317. El conflicto entre la “túnica y la ciudad”, una característica de la vida universitaria medieval, se dirimió entre maestros y estudiantes y fueron los últimos quienes controlaron la organización interna de la universidad. Mientras tanto, las universidades inglesas, las del norte de Francia y las de Alemania estaban dominadas por sus fraternidades docentes, siguiendo el modelo de París.
Las de Italia, España y el sur de Francia, siguiendo el ejemplo de Bolonia, estaban controladas en mucho mayor grado por sus estudiantes, que tendían a ser hombres mayores que los que se encontraban comúnmente en las universidades del norte. Sin embargo, la combinación de varias características de cada modelo no era infrecuente, y esto se demostró más claramente en las universidades de Francia en el siglo XV.
Las universidades creadas luego del período medieval combinaban algunas características de las instituciones anteriores. En Inglaterra, sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que se fundó una nueva universidad, producto del orgullo cívico provincial, y debieron su existencia a un creciente deseo de educación, más que a la producción de caballeros. La tradición universitaria escocesa estuvo más influenciada por el modelo continental y por un mayor énfasis en la educación popular que el que se encontraba en Inglaterra antes de finales del siglo XIX.
Desde el siglo XIX, los cambios estructurales que han enfrentado las universidades han sido más una consecuencia de la necesidad económica y la imposición del gobierno, y no de una reflexión académica.
El sistema de títulos en las universidades entonces existentes surgió durante el siglo XIII. Los tres grados comunes a todas eran los de Académico, Licenciado y Maestro (a veces llamado Doctor o Profesor). La maestría era el grado más alto en cualquier facultad y llevaba la obligación de dar clases en la universidad durante dos años después de su inicio. ‘Doctor’, al igual que ‘Maestro’ y ‘Profesor’, originalmente no significaba más que ‘hombre instruido’. Los tres términos fueron sinónimos al principio, pero durante el siglo XIV comenzó a utilizarse el título de “Doctor”, especialmente en el sur de Europa, en lugar de “Maestría” para el título principal en las Facultades de Derecho Canónico, Derecho Civil y Medicina, pero no en las de Teología y Artes. Los Maestros en Teología pasaron a ser conocidos más tarde como Doctores, excepto en Francia, donde en 1584 todavía se les llamaba como al principio.
El sistema de títulos de las tres universidades originales fue aceptado más o menos de la misma forma por todas las fundadas posteriormente. Con el paso del tiempo se produjeron diferencias en varios países, algunas de las cuales vale la pena mencionar. Así, en Francia, el título de Licenciado en Artes llegó a ser poco más que un primer examen público, y la Maestría en Artes se obtuvo después de apenas dos años de estudio en filosofía. En Inglaterra, la Maestría en Artes se volvió de suma importancia y sin ella era imposible ser miembro del Parlamento (Así es, los miembros del parlamento británico debían poseer estudios universitarios). En Italia, un doctorado se convirtió casi en una necesidad para tener éxito en el mundo académico. En Alemania, el título de Licenciado en Artes desapareció en el siglo XVI. Muy pronto la licenciatura se convirtió en un título real en la Facultad de Derecho de las universidades francesas.
Poco a poco se fue imponiendo una regla de precedencia para las facultades y los títulos, que era prácticamente la misma en todas las universidades. Una ley de la Universidad de Viena de 1389 ordena que se respete la precedencia en las procesiones religiosas públicas. Primero se llevará el estandarte de la universidad, luego vendrán los Licenciados en Artes, luego los Licenciados en Medicina, seguidos por los Licenciados en Derecho, los Licenciados en Teología, luego los Maestros en Artes, los Doctores en Medicina, los Doctores en Derecho y los Doctores de Teología; a los Nobles se les otorgaba el derecho de ir caminando con los Doctores en las procesiones, sobre todo en el Corpus Christi; con los Licenciados caminará el grupo de Académicos, y con los Maestros y Doctores los Licenciados. En muchos lugares, por ejemplo en la ciudad de Graz, Austria, este orden procesional no ha variado mucho al día de hoy para la fiesta del Corpus.
Si bien todo lo anterior refleja la historia de las primeras universidades de occidente, América también posee su historia universitaria, muy rica y bastante desconocida, la cual comentaremos próximamente.-
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