Según el obispo Alfredo Torres, además de la destrucción de infraestructura, se otorgaron terrenos de la institución a terceros, lo que pone en riesgo el derecho a la educación de 280 niños campesinos que estudian en el recinto.
Los hechos ocurrieron entre el 4 y 5 de febrero, cuando una familia irrumpió en la escuela, destruyendo paredes, espacios comunitarios y el sistema de internet.
De acuerdo con la denuncia, el Instituto Nacional de Tierras (Inti) habría entregado el terreno en un proceso administrativo irregular. Además, los agresores habrían amenazado verbalmente al vigilante y al personal del colegio.
Ante esta situación, el equipo directivo del colegio, encabezado por el padre Randall Pinto, inició los trámites legales correspondientes. La iglesia local ha manifestado su firme postura en la defensa de la institución, asegurando que actuarán con determinación para proteger su propiedad.
La Diócesis de San Fernando agradeció el respaldo de diversas autoridades, incluyendo jueces, el Ministerio Público, cuerpos de seguridad y la gobernación del estado Apure, quienes han mostrado disposición para abordar el conflicto y restablecer la normalidad en el colegio.-
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