Opinión

Intenciones

La intención de lo perpetrado el 7 de octubre ha sido y es presentar a Israel como un estado cruel que pretende acabar con la población de Gaza. Al presentar a Israel como culpable, acusarlo de estado genocida, se pretende deslegitimarlo

Elías Farache:

 

Cuando han transcurrido ya veintidós meses del fatídico 7 de octubre de 2023, el Medio Oriente ha cambiado drásticamente en cuanto a la conformación de fuerzas y posiciones de países y movimientos. Pero no parece haber cambiado respecto a las intenciones de algunos de sus protagonistas. Justo al ocurrir los hechos, se mencionó con mucha claridad y más tristeza que Israel tendría que reaccionar militarmente, que las bajas y daños colaterales serían cuantiosas y que Israel perdería la guerra mediática a la brevedad. Así ha sucedido.

 

La situación que se vive en Gaza es insoportable. Un enclave gobernado por un movimiento que no reconoce a sus vecinos como estado, que mantiene a cincuenta personas presas, treinta de ellas cadáveres. No se negocia un acuerdo de rendición y se somete a todos a una presión física y psicológica extrema. Una presión que se vive en Israel, que se puede constatar solo leyendo la prensa del país, viendo los noticiarios locales y analizando los encontrados comentarios de todos los voceros de todos los espectros de una sociedad golpeada por todos lados.

 

La guerra de cohetes ha sido reforzada con una de imágenes y videos que destrozan los ánimos. El sábado se publicó un video de Eviatar David, un joven prisionero que relata su hambruna, se ve en piel y huesos y anuncia que está cavando la tumba donde será enterrado. Todo esto en medio de una campaña de acusaciones a Israel por el delicado tema de la ayuda humanitaria que se presta a todo tipo de manipulaciones. Con los ánimos exaltados, el enviado de los Estados Unidos para tratar de resolver este tema, Steve Witkoff, ha llegado a la tardía conclusión que Hamas no quiere negociar. ¿Entonces?

 

La intención de lo perpetrado el 7 de octubre ha sido y es presentar a Israel como un estado cruel que pretende acabar con la población de Gaza. La campaña de medios, las imágenes, las posiciones tomadas, la rapidez de los acontecimientos y los sesgos que prevalecen, son contrarios a Israel. Se ha logrado satanizarla, presentar al país como el villano. Pocos se recuerdan de lo que pasó realmente el 7 de octubre de 2023, lo que se presenta hoy ayuda a que se borre, se olvide. Salvo la existencia de los rehenes y sus familiares de una sociedad que no renuncia a sus víctimas.

 

Al presentar a Israel como culpable, acusarlo de estado genocida, se pretende deslegitimarlo. Vienen entonces aquellos comunicados tan sentidos que dejan saber que el problema del Medio Oriente es Israel, es decir, la creación del estado judío. Con esto se desconoce el derecho de los judíos a un estado. Cada comunicado expresando esto constituye un gran logro de las acciones del 7 de octubre de 2023. Algunos están escritos con intención expresa, otros con ignorancia. Todos cumplen el objetivo de tratar de deslegitimar a Israel, presentarlo como algo que no es.

 

Ante la imposibilidad manifiesta de lograr un cese de hostilidades que pase por la liberación de los rehenes y la deposición de Hamas, algo que se ha intentado sin éxito y gracias a oscuras complicidades, algunos países han optado por revivir con fuerza una solución de dos estados para dos pueblos. Esta carta se intentó antes, y en el camino se lograron dos enclaves palestinos enfrentados, el de la Margen Occidental y el de Gaza. Reconocer unilateralmente un estado palestino como reacción a lo que sucedió y sucede desde el 7 de octubre de 2023 constituye una bofetada para Israel. Pareciera que se premia la iniciativa de lo ocurrido. Más allá de esa percepción, no está claro como una declaración en setiembre de 2025 al respecto, de países como Francia, Gran Bretaña y Canadá, signifiquen una solución al conflicto entre Israel y los palestinos. ¿Este reconocimiento logrará que se desarmen los grupos que hacen vida en Cisjordania y Gaza? ¿Se abandonará la tozuda posición de los tres “no”: no reconocimiento, no paz y no negociaciones?

 

Las intenciones del 7 de octubre están claras, los resultados también. Las víctimas de Gaza son la mejor forma de denunciar a Israel como cruel, hasta genocida. La presión militar ejercida logra los efectos contrarios. Mientras más sufrimiento pueda capitalizarse en la media, más se gana porque se desprestigia a Israel. En una guerra donde no existe la figura de aceptar la derrota ni la rendición, y donde se tiene fuerza y voluntad para seguir, una de las partes está vencida de antemano frente a la opinión pública y las simpatías que se van con el más débil. Sufren los mismos de siempre, precisamente los más débiles en todos los sentidos.

 

El camino al infierno está plagado de buenas intenciones. En nuestro caso, plagado de malas intenciones y perores acciones.-

Elías Farache S.

3 de agosto de 2025

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