Iglesia Venezolana

Iglesia y Educación

¿A quien le corresponde educar? Clave en nuestro Concilio es la identificación de un variado conjunto de actores educativos, superando la acostumbrada polarización en las escuelas

 Mons Ovidio Pérez Morales:

“El porvenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones futuras razones para vivir y razones para esperar” (GS 31). Con esta frase del Vaticano II el CPV abre su documento sobre el tema educativo.

Por su misión evangelizadora la Iglesia dedica una atención especial al tema de la educación, la cual es “un ministerio al servicio al hombre y al mundo. Proceso dinámico que dura toda la vida de la persona y de los pueblos” (IE 1). Toda educación genuina tiene como objetivo “humanizar, personalizar y socializar al ser humano, orientándole eficazmente hacia su fin último que trasciende la finitud esencial del hombre” (IE 2). Se asume y reafirma “el derecho y deber de la Iglesia de actuar en el terreno educativo” como inherente a su misión (IE 3).

¿A quién le corresponde educar? Clave en nuestro Concilio es la identificación de un variado conjunto de actores educativos, superando la acostumbrada polarización en las escuelas: los educandos mismos (quienes, más que actores, son sujeto y centro de la educación), la familia (primera y principal educadora), la escuela, los educadores, el Estado y los sectores gubernamentales, la sociedad (aquí aparecen los MCS, “la calle”, la ciudad educativa) y la Iglesia. Entre otros temas se tocan: las nuevas tecnologías comunicacionales, las pretensiones absorbentes del  estado educador y la importancia en nuestro país del programa Educación Religiosa Escolar (ERE) mediante convenio  entre la Iglesia y el Estado.

Los desafíos que nuestro Concilio formula en la Tercera Parte (Actuar) de su documento  y están acompañados de concretas orientaciones pastorales, son los siguientes:

1.Toma de conciencia de que la educación es tarea de todos. 2.Renovación pastoral de la escuela. 3.Revalorización de la vocación docente. 4.Articulación de esfuerzos. 5. Ampliación de la educación alternativa. 6. Fortalecimiento de la educación religiosa y del Programa ERE. 7. Renovación de la pastoral universitaria. En las Normas  determina: “El Obispo establecerá en su Iglesia particular un Departamento o Secretariado de Educación, con funciones de orientación, asesoría y apoyo a los centros escolares, tanto católicos como oficiales y privados.

“Educar es dar razones para vivir y ofrecer oportunidades para conseguir el pleno desarrollo de sí mismo” (IE 6).-

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