Lecturas recomendadas

Una deuda saldada con Berenice

Cinco siglos después, podemos afirmar que América Latina sigue siendo una de las regiones con mayor población católica en el mundo

Julio César Arreaza B:

 

Hablando de mujeres gigantes, no podemos dejar de incluir en esa lista a Berenice Álamo Bartolome, de feliz memoria y hermana mayor de Alicia. Ambas vivieron al final de sus vidas en la acogedora quinta Nonavana, situada en La Carlota, en donde funcionó el Ateneo del mismo nombre. En las reuniones tratábamos los más variados temas de la literatura, música e historia. Alicia fue la líder del Ateneo. Berenice era una persona muy dulce, discreta y tranquila, también le daba tono al Ateneo con su presencia.

Recuerdo que en una oportunidad falló el conferencista y Alicia nos dijo, Berenice y yo tenemos más de 95 años, pero guardamos la memoria intacta, así que podemos referir hechos de su interés acontecidos en los últimos cien  años.

Durante el intermedio de los encuentros solíamos compartir los presentes, por gentileza de las anfitrionas, sabrosísimos postres y  jugos criollos. Aprovechaba ese momento para saludar y conversar con Berenice sobre su tesonero trabajo por años en “Acción Católica», un movimiento instituido por el Vaticano. Los laicos participan en la evangelización y transformación de la sociedad y en la defensa de los valores cristinos. Su lema es: oración, formación y acción. Ella tenía una formación y práctica religiosa sólidas.

Bere dirigió la revista Kerygma, y en alguna ocasión me pidió artículos. Una vez me llamó aparte y me encargó uno sobre la efectividad de la evangelización en el nuevo continente, que el propio san Juan Pablo II había ponderado como muy efectiva. Y sugirió adaptarla al mundo de hoy, particularmente en aquellas regiones en que ha disminuido el número de fieles, por la ausencia de una adecuada evangelización que conduzca  a la conversión y a la salvación.

Pasó el tiempo muy rápido y hoy quiero cumplir con mi querida Berenice y resaltar las bondades de la evangelización en América, que  exige una nueva mirada y tomarla en consideración para la evangelización en el siglo XXI.

El método de evangelización en América —de persona a persona (“uno a uno”)— fue altamente efectivo. Se caracterizaba por un contacto directo y personal. Los misioneros buscaban instruir y acompañar individualmente a los nuevos creyentes, no solo en masas, lo cual generaba un lazo de confianza entre evangelizador y evangelizado, un método de misión profundamente encarnado.

Insistimos , la evangelización se acomete de manera cercana y relacional. No se trataba simplemente de predicar, sino de construir una relación, de acompañar, de testimoniar con la vida y de presentar a Cristo como una persona viva, no una doctrina. Cuando decimos testimonial decimos que los misioneros daban la vida por sus comunidades.

Se enseñaban los fundamentos de la fe cristiana de manera progresiva, adaptándose al ritmo de cada persona. Muchos misioneros aprendieron lenguas nativas , lo que facilitó la comprensión y acercamiento. Elaboraron gramáticas y catecismos en idiomas locales.

La instrucción religiosa se reforzaba en la relación personal entre misionero y creyente. Se incorporaron elementos locales (música, fiestas, símbolos), para hacer más cercano el mensaje cristiano. La alta tasa de conversión duradera es uno de los resultados obtenidos. La mayoría de los pueblos indígenas y mestizos adoptaron la fe católica de manera estable, creando la base de la religiosidad popular latinoamericana.

Resaltamos que la formación no se limitaba al bautismo masivo, sino que buscaba una interiorización de la fe (doctrina, sacramentos, vida comunitaria). La religión católica se convirtió en uno de los elementos centrales de la unidad cultural latinoamericana hasta hoy.

Cinco siglos después, podemos afirmar que América Latina sigue siendo una de las regiones con mayor población católica en el mundo.

Preconizamos la necesidad de una nueva evangelización, hecha con ardor y nuevos métodos. Este ardor supone retomar el espíritu de los primeros evangelizadores: cercanía personal, discernimiento cultural y testimonio de vida.

Aunque la evangelización estuvo ligada al dominio colonial, debemos reconocer que el método personal, cercano y culturalmente adaptado fue clave para su éxito histórico, ya que no se trató solo de imposición, sino también de acompañamiento y formación profunda.

De esta manera querida Berenice he cumplido con tu deseo. Más vale tarde que nunca. Qué la sigas pasando súper con Alicia en el Cielo, y continúen intercediendo, seguro estamos, por nuestra sufrida Venezuela.-

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