Venezuela

Emergencia en la opacidad: ¿por qué Venezuela no tiene alertas de desastres en celulares?

Los organismos técnicos del país, como el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología o la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas, monitorean las variables de riesgo. Sin embargo, su labor culmina al emitir avisos a las autoridades de Protección Civil

Venezuela enfrenta una paradoja en su gestión de riesgos. Pese a estar expuesta a amenazas geológicas y climáticas (sismos, inundaciones, deslaves), carece de un Sistema de Alerta Temprana (SAT) nacional que utilice la infraestructura de telecomunicaciones.

Mientras países vecinos envían notificaciones directas a los teléfonos celulares, en el territorio nacional la alerta masiva sigue dependiendo de métodos obsoletos. Esta deficiencia tecnológica y operativa expone a millones de ciudadanos a un riesgo innecesario.

El silencio del celular ante el riesgo

La falla más notoria del sistema venezolano es la ausencia de alertas a través de mensajes de texto (SMS) o notificaciones push directas a los teléfonos celulares. En una era de hiperconectividad, la herramienta más eficaz para avisar a la población de un peligro inminente, como un sismo o una crecida fluvial, permanece inactiva. Los ciudadanos, por lo tanto, no reciben un aviso prioritario, lo cual pone en peligro vidas y bienes.

Los organismos técnicos del país, como el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) o la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), monitorean las variables de riesgo. Sin embargo, su labor culmina al emitir avisos a las autoridades de Protección Civil. El “último eslabón” de la cadena de alerta, crucial para salvar vidas, se rompe en el momento de la difusión masiva.

La brecha tecnológica: Cell Broadcast ausente

La razón principal es la falta de implementación de tecnología especializada para la difusión de emergencias. A diferencia de Chile, México o Japón, Venezuela no ha puesto en marcha un sistema de Cell Broadcast (difusión celular). Esta tecnología permite a las autoridades enviar un mensaje prioritario y simultáneo a todos los teléfonos celulares en una zona geográfica específica, incluso si la red está saturada.

La inacción se debe a dos grandes obstáculos entrelazados. El primero es la brecha tecnológica: implementar y mantener esta infraestructura masiva requiere de una inversión significativa en hardware y software. El segundo es la coordinación política entre el Estado y las operadoras de telefonía, un acuerdo que la prolongada crisis económica y la falta de divisas han hecho inviable.

Degradación de la infraestructura de telecomunicaciones

La operatividad del SAT depende intrínsecamente de una red de telecomunicaciones funcional y robusta. La crisis económica y la falta de inversión sostenida han deteriorado la infraestructura de las operadoras móviles y fijas. Una red débil no puede garantizar que las alertas lleguen de forma oportuna a la población en momentos de emergencia, cuando la demanda de la red se dispara.

Esta situación condena a las comunidades a depender de sistemas de alerta muy localizados, a menudo rudimentarios. Existen ejemplos de éxito, como los desarrollos comunitarios para monitorear el río Milla en el estado Mérida, que utilizan pluviómetros o murales de colores. No obstante, estos esfuerzos son la excepción y no sustituyen una estrategia de alcance nacional.

Reto del financiamiento y las prioridades

El gobierno ha manifestado en ocasiones la intención de “perfeccionar y modernizar” los sistemas de alerta temprana. Incluso se ha mencionado la cooperación con países como China para la adquisición de tecnología. Sin embargo, estas declaraciones no se han traducido en una ejecución efectiva o en la activación de la plataforma de difusión móvil.

La inversión en seguridad y prevención de desastres compite directamente con otras necesidades primarias y urgentes del país. Los recursos limitados se priorizan, y la modernización tecnológica del SAT, pese a su importancia vital, queda relegada frente a la crisis general de la infraestructura venezolana. Esto mantiene a la mayoría del territorio nacional en estado de vulnerabilidad.

¿Qué se requiere para activar los alertas por celulares?

Venezuela posee el conocimiento técnico para el monitoreo de riesgos, pero sufre de una parálisis en la difusión de las alertas a la población.

La ausencia de un sistema masivo y moderno, transmitido por teléfonos celulares, es un reflejo directo de la profunda crisis económica y la consecuente desinversión en infraestructura tecnológica. Superar el riesgo del “aviso de palabra” requiere de voluntad política, acuerdos con el sector privado de telecomunicaciones y una inversión estratégica que eleve la protección de la ciudadanía a una prioridad nacional ineludible.-

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