Entrevistas

#Video «El catequista de hoy tiene que ser testigo, buen comunicador y mistagogo»

En el marco del Jubileo de los Catequistas Vatican.nes ha entrevisado a Mons.Gerardo Antón Zerdín Bucobek, OFM, Obispo del Vicariato Apostólico de San Ramón y Presidente de la Comisión de Catequesis y Pastoral Bíblica de la Conferencia Episcopal Peruana, quien ha llegado hasta Roma para participar en este Evento Jubilar

El Vicariato Apostólico de San Ramón, ubicado en la selva central del Perú, es una jurisdicción eclesiástica de misión que abarca territorios de las regiones de Junín y parte de la Amazonía.

Desde su creación en 1956, la Iglesia ha acompañado a comunidades indígenas, rurales y mestizas a través de una pastoral inculturada y cercana. Bajo la guía de monseñor Gerardo Antón Zerdín Bucobek, OFM, el vicariato ha impulsado iniciativas clave como la formación de catequistas amazónicos, la creación de albergues estudiantiles y la fundación de la Universidad Católica para Indígenas “Nopoki”, que forma jóvenes líderes indígenas en su propia lengua y cultura.

La acción pastoral se centra en la iniciación cristiana, el diálogo intercultural y el fortalecimiento de la fe en contextos de vulnerabilidad, pobreza y aislamiento geográfico.

El vicariato también es custodio del legado espiritual de la beata María Agustina Rivas López, “Madre Aguchita”, mártir amazónica y símbolo de la esperanza para las nuevas generaciones.

Entrevista

Hoy el mundo pone diferentes desafíos a la misión evangelizadora de la Iglesia. También vemos que los laicos están llamados a tener un rol activo en esta misión, a partir de ello, ¿Cuál es el perfil que debe de tener un catequista para nuestro tiempo?

Efectivamente, tenemos una imagen de catequista que prepara para la los sacramentos, especialmente dirigido a los niños. Y luego tenemos a otro catequista, entre comillas, que realiza su labor en las escuelas, que tiene un formato muy distinto. Ahora bien, necesitamos catequistas que trabajen en la iniciación a la vida cristiana, ya que gran sector de la población ya no tiene esa tradición de la fe, unos tienen, pero muchos ya no lo tienen y necesitan una iniciación completa no solo a los sacramentos, sino a la vida cristiana.

Y es eso lo vemos también en el documento que acompaña el rito de la institución de los catequistas. Dice que catequista hay que formar ahora y lo que necesitamos es para la iniciación a la vida cristiana y eso conlleva otros elementos también en cuanto a la entrada a la fe.

En su labor misionera ha llevado adelante diferentes iniciativas, una de ellas ha sido la formación de laicos como catequistas rurales y amazónicos. ¿Cuál es la característica principal del catequista rural y amazónico?

En la parte de la sierra del Perú se habla de los catequistas rurales. Los ocho vicariatos de Perú después del Concilio han establecido el concepto de animador cristiano. En primer lugar, decían «animador de las comunidades cristianas» y ahora decimos «animador cristiano de la comunidad». Sabiendo que la comunidad no necesariamente es plenamente cristiana, pero acoge la fe y entra en un dinamismo temporal de poco a poco ir evaluando la cosa y cuando llega el momento recibir el bautismo y considerarse cristiano.

Esos animadores no son doctores en la doctrina, saben lo básico, pero se identifican y saben quién está allá arriba. Está Dios. ¿Quién está allá, digamos, a cierta distancia? Está la Vicaría, está su parroquia, la que tiene referencia. Y luego, quién está alrededor mío es mi comunidad. Yo tengo una misión en esta comunidad. Y luego una referencia a su propia identidad, digamos, coherencia y eso se ha visto cuando ocurre algo, una pelea, tal vez un emborrachamiento, ellos se retiran y dicen a la comunidad, «mira, ha pasado eso, mejor, otro que anima la comunidad». Ellos preparan la llegada, digamos, de una comunidad realmente Eucarística, pero son los comienzos, o sea, ni siquiera lo llamamos catequistas propiamente, porque tenemos también catequistas, pero ellos tienen que pasar por la escuela de evangelización de 3 años y luego la formación permanente.

Desde su experiencia, a lo largo de 50 años como misionero en la selva peruana, ¿Cree usted que es necesario cambiar el paradigma de la iniciación cristiana? Y ¿Cuál sería el nuevo paradigma?

Los sacerdotes siempre alardeamos de que somos ungidos del Señor con el crisma y ese mismo crisma ha sido la unción de cada cristiano y nuestro sacerdocio se basa en el sacerdocio bautismal, sin eso no existe tampoco esto. Y eso hay que tomar en cuenta cada vez más, de una forma tranquila, serena y lo que necesitamos efectivamente es un cambio de ese paradigma de catequesis, pero no hablaría de cambio porque nos costó mucho en el Perú lograr una catequesis parroquial.

Antiguamente solamente existía en la escuela y un poquito de preparación. Luego se logró estructurar esa catequesis, digamos así, ahora es tradicional. Dejar eso. No necesitamos quitar cosas para poder implementar otros. Los que recién vienen a la Iglesia de un alejamiento, de un desconocimiento, a ellos les tratamos digamos de introducir a través de la iniciación a la vida cristiana. Hay una rica preparación, pero es solo el rito.

En Perú tenemos preparado la iniciación cristiana para todos los niveles, que son muy interesantes y el pueblo lo acepta especialmente por las celebraciones que acompañan esa iniciación a la vida cristiana. Les gusta mucho, ¿no? La entrega del padre nuestro, la entrega del credo, la entrega de la Biblia, esas cosas. Lo celebran. Es especialmente el rito del catequizado, donde corresponde la unción con el aceite de con el óleo del catequizado.

En su ministerio episcopal en el Vicariato Apostólico de San Ramón ha propiciado la creación de Centros Educativos y Albergues que favorecen a las comunidades amazónicas del Vicariato. En 2007 ha creado la Universidad Católica para Indígenas «Nopoki». ¿Cree usted que la formación de niños y jóvenes pueda contribuir a una transformación de la realidad amazónica?

Los primeros creyentes, los atraídos hacia el Señor son los niños. Se llena la iglesia de niños todos los días y detrás vienen los padres, pero como oyentes, como que así de pasito no más escuchan. Y vemos que la realidad de la escuela es muy difícil. No hay mucho control estatal y eso nos ha provocado siempre no sabe de qué hacer.

Entonces, hemos formado algunos profesores en Lima, pero era insuficiente. Entonces, a partir de ese año mencionado se empezó con un programa con la Universidad Católica «Sede Sapiencia» que nos puso generosamente a disposición, prácticamente no nos cobran nada, asumen ellos todos los costos, nosotros como Vicariato asumimos el albergue porque sin eso es imposible.

Ya trabajamos 20 años. Hay ya más de 300 profesores titulados, algunos ya maestros, magister. Y esperamos que sí se puede hacer una transformación de una forma, digamos, paulatina, constante, sin enfrentamiento, sin choques, sin esa política que le gusta siempre la lucha, el enfrentamiento, sino un proceso como la vida que corre, algo así.

En mayo de 2022 se ha Beatificado, en el Vicariato de San Ramón, a madre María Agustina Rivas López, «Madre Aguchita», que fue asesinada por odio a la fe por lo terroristas de Sendero Luminoso. ¿Cuál es el legado que deja a la Iglesia está primera mujer mártir y religiosa?

El Santo Padre ha aprobado la beatificación en 2021 y el 22 pudimos llevar a cabo la gran celebración de mucho impacto para nuestros pueblos. Hasta los hermanos evangélicos y adventistas pedían que la Iglesia reconozca el martirio de Aguchita. Pero no solo es el martirio, el proceso ha demostrado, o sea, toda su vida era hacia la santidad. Un ejemplo esplendoroso para todos nosotros, así que hemos proclamado ese lugar, santuario de Santa Rosa y de la Beata Aguchita, mártir, patrona de las vocaciones. Y los jóvenes tienen sus peregrinaciones durante todo este año, pero especialmente en este mes, hace pocos días, han realizado una gran peregrinación a nivel de Vicariato los jóvenes. Enfocando la vocación en su integridad, no solamente para religiosos, sacerdotes, sino también para laicos cristianos, para la familia, todo eso. Y efectivamente han empezado a surgir después del Covid-19 algunas vocaciones, gracias a Dios.-

(Vatican.news/InfoCatólica)

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