Siete de Octubre
Estos 2 años han sido terribles y no sabemos cómo terminará este drama y las secuelas de odio antisemita inoculado en Occidente

Miguel Truzman:
Han pasado 2 años desde aquel aciago sábado, en donde el amanecer presagiaba un fin de semana de alegría ya que se celebraba la fiesta de Sinha Torá, que indica el fin de la lectura del Deuteronomio último de los libros que conforman la Torá, para iniciar nuevamente el ciclo de lectura con el libro de Génesis.
A las 6:29 a.m. se hizo realidad lo inimaginable, Israel había sido invadida por su lindero sur con Gaza, a través del cual miles de terroristas y civiles Palestinos, acompañados de “periodistas” y miembros de la Unrwa, que es una agencia de la ONU para los refugiados Palestinos, arrasaron con toda vida que consiguieron a su paso, empezando por una fiesta de jóvenes que danzaban por la paz, pues solo ahí, asesinaron a casi 400 de ellos y otros 800 en los Kibutz (aldeas) que se encontraban en los alrededores.
La forma y manera de los cruentos asesinatos se pudo ver gracias a las cámaras Go-Pro que tenían los terroristas caídos ese día, por la heroica actuación de los mismos residentes de los Kibutzim y posteriormente de los testigos que milagrosamente pudieron salvar sus vidas, como mi sobrina Sharon que estuvo en el festival de música electrónica Nova.
A partir de ese momento hemos vivido un carrusel de emociones, iniciando el día siguiente domingo 08 con el lanzamiento de miles de cohetes desde el Líbano hacia Israel por parte del grupo terrorista Hezbollah y de ahí, ataques por siete (7) flancos diferentes, incluyendo dos (2) directos por parte del mismísimo Irán.
Pero quizás el más demoledor de todos fue el octavo frente, aquel que con gran astucia y dinero proveniente de Qatar, venía cultivando soterradamente por décadas un prejuicio antijudío en las grades universidades occidentales y movimientos de diversidad, que al unísono acompañados por una inmensa difusión mediática, empezaban a repetir textualmente toda la información que salía de Hamás, números de muertos, casi todos niños, hospitales destruidos, hambruna provocada como arma de guerra y el mundo enloqueció.
No había otra información, no había otro problema, no había otra discusión que no fuera Palestina y el horror de lo que ahí estaba pasando.
Del 07 de octubre no se habló, desapareció del radar informativo, las cifras de los muertos subían como la espuma o como lo indicara Hamás, ningún medio dudo de las mismas, ningún medio dudo de que había un genocidio en proceso, que en Gaza los Palestinos se estaban muriendo de hambre, en fin Israel era o querían convertirlo en un país paria, es decir, ya pasaba del judío errante al judío internacional paria, porque claro lo ideal hubiera sido, una Palestina del río al mar, pero como eso no pudo ser, bueno a conformarse con la expulsarlo de cuanta actividad se organice en el planeta, el boicot a todo lo que de ahí se produzca, pero ahora vemos que la cosa no sé queda ahí, pues cada negocio judío está siendo marcado, rota sus vidrieras, pintadas sus fachadas y eso que kristallnacht fue en noviembre, pero estos defensores de los derechos humanos, no podían esperar hasta noviembre porque la justicia no puede esperar.
Ahora bien, como la mentira tiene patas cortas, ni siquiera la Corte Internacional de Justicia pudo dictaminar, pese a todas las presiones y demandas, que se estaba produciendo un genocidio, por la muy sencilla razón de que Israel no tiene intención alguna en acabar total o parcialmente con la población Gazatí, es más, creo que el principal aliado para la supervivencia de las Gazaties es Israel, ya que los provee de rutas seguras de escape, le indica de un ataque a lugares específicos que son objetivo militar, deja entrar 300 camiones diarios de ayuda humanitaria, la supuesta hambruna ha sido desmontada a través de videos y fotos que demuestran escenas prefabricadas, la misma ONU ha desmentido la cifra de las víctimas, bajándolas casi a la mitad, de las cuales Israel ha dado de baja alrededor de 25.000 militantes de Hamás y la Yihad Islámica.
A todas estas el lunes pasado se inició otra ronda de negociaciones a través del Plan de Paz propuesto por el Presidente Trump, que en su primera fase incluye la liberación de los 48 rehenes que tras más de 2 años de cautiverio, se estima que a lo mejor 20 estén vivos, esperemos que todos, vivos o muertos regresen a la tierra de Israel, a cambio Israel deberá liberar a 250 prisioneros muchos de ellos con cadena perpetua por haber cometido asesinatos o atentados terroristas y otros 1.700 detenidos durante el conflicto.
Estos 2 años han sido terribles y no sabemos cómo terminará este drama y las secuelas de odio antisemita inoculado en Occidente, ya que los países de la Liga Árabe, que son 22, saben muy bien lo que es lidiar con el terror y por eso apoyan la salida de Hamás y la gobernanza de esa franja por Palestinos tecnócratas alejados de la Yihad, que quieran realmente construir un Estado Nacional Palestino no a costa de la destrucción del otro, sino con la ayuda de ese otro, que así sea y que podamos ver que el camino trazado en esa hoja de ruta se cumpla sin mayores traumas.
El pueblo judío celebra estos días Sucot, la fiesta de las cabañas, en donde se refugiaron en el desierto por 40 años a la salida de la esclavitud en Egipto, a pesar de la fragilidad de esa estructura (Sucá) la fe en el Todopoderoso nos hizo fuertes y resilientes y esos atributos se han mantenido en el alma de Am Israel por más de 3.000 años, así que desde esta tribuna les deseamos a todos Jag Sucot Sameaj, que esta festividad nos traiga buenas noticias y bendiciones para todos.-
migueltruzman
@miguel_truzman_tamsot
miguelt585@gmail.com