«El concepto katolikos significa universal y es precisamente como se entiende y aplica el concilio de Nicea»
El obispo auxiliar de Barcelona (España), Mons. David Abadías, explica en una entrevista concedida a Javier Navascués la trascendencia del Concilio de Nicea, primer concilio ecuménico que unificó doctrina y costumbres en toda la Iglesia. Destaca su papel en la formulación del primer Credo universal, la defensa de la divinidad de Cristo y la consolidación de la unidad de la fe cristiana

El Dr. David Abadías Aurín. Obispo auxiliar de Barcelona. Nació en Barcelona, el 31 de julio de 1973. Licenciado en Teología, especialidad Sagrada Escritura, por la FTC, y en Historia de la Iglesia por la Facultad de Historia Eclesiástica de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Es doctor en Historia de la Iglesia por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido decano de la Facultad Antoni Gaudí de Historia, Arqueología y Artes Cristianas (FHEAG) desde el año 2016 hasta el 2022. Ha sido profesor de Historia de la Iglesia medieval (FTC y FHEAG) de Metodología y fuentes Históricas (FHEAG) y de Cultura y Cristianismo en la edad moderna y contemporánea (FHEAG). Ha sido el Jefe del Departamento de Historia de la Iglesia de la FTC (hasta 2014), y Jefe de Publicaciones de la FTC y de la FHEAG, además de coordinador académico de la FHEAG.
El próximo jueves 12 de noviembre impartirá una charla sobre el Concilio de Nicea a las 19: 30 en el salón de actos de la iglesia de Montalegre de Barcelona.
¿Qué importancia tuvo el Concilio de Nicea en la Historia de la Iglesia?
Fue el primer gran concilio ecuménico y tuvo grandes e importantes repercusiones para toda la Iglesia universal. Por primera vez, un concilio marcó doctrina y costumbres para todas las Iglesias cristianas.
¿Cómo valora el hecho de que lo convocase el emperador Constantino?
Fue el segundo concilio que convocaba. Antes se celebró uno en Arles en el 313, también convocado por Constantino, pero éste concilio solo afectó a las iglesias de la parte occidental del Imperio. En Nicea por primera vez, encontramos convocadas a todas las iglesias cristianas, y además, al ser convocado y presidido por el emperador (o sus representantes), se abre una nueva etapa en las relaciones entre Iglesia y estado que marcará profundamente los siglos venideros.
¿Por qué era tan importante restablecer la unidad de la fe?
Porque la comunión es esencialmente vital entre las comunidades cristianas. Que sea uno, es el deseo que encontramos expresado preciosamente en el evangelio de Juan. Puede haber tradiciones o costumbres, o liturgias propias y diferentes, pero en lo esencial de la fe y de la doctrina cristiana hemos de vivir la unidad. Las herejías, como el arrianismo, ponen en peligro precisamente esta unidad y la comunión de la iglesia.
¿Qué importancia tuvo el primer Credo promulgado en este concilio?
Fue el primer credo universal. Hasta ese momento, cada iglesia tenía un credo propio, y era el que recitaban en las celebraciones y el que se entregaba a los catecúmenos. Estos credos locales tenían una gran tradición e historia. A partir de Nicea, queda un único credo, (llamado entonces Credo de los obispos) como modelo, y que poco a poco seria aceptado y proclamado en las diversas iglesias cristianas. Es un signo muy fuerte de unidad doctrinal y eclesial.
La gran cuestión del Concilio de Nicea fue refutar la herejía arriana, que negaba la divinidad de Cristo…¿Por qué era tan importante reafirmar la divina de Cristo?
Porque es el centro de nuestra fe, afirmar la encarnación de Dios en Cristo, y reconocer a Cristo como Dios y Señor es el centro de nuestro credo y de nuestra experiencia salvífica. Arrio reducía a Cristo a un “mediador», una especie de demiurgo, una figura intermedia entre la Divinidad y los hombres. La herejía arriana tocaba el corazón del anuncio evangélico y de la experiencia salvífica.
¿Qué otros asuntos importantes se definieron en Nicea?
También se trató de la celebración de la fecha de Pascua, que en aquel entonces, era motivo de discusión pues había varios calendarios en las diversas iglesias. Se unificó el calendario de la celebración de la Pascua.
A los católicos se les llamó también nicenos en esa época, precisamente por ese concilio, ¿no es así?
En aquel momento, el concepto católico era asumido en oriente y occidente como identitario. Todo creyente cristiano, vinculado a la fe nicena era católico (pertenecía a la iglesia universal) y ortodoxo (de fe recta). Las distinciones venían por el rito latino o el rito oriental. El concepto katolikos, significa “universal” y es precisamente como se entiende y aplica el concilio de Nicea, como universal. Pero en realidad, el termino niceno era para indicar a los cristianos que habían aceptado el Concilio de Nicea, para distinguiros de los que lo rechazaban (y que era los llamados arrianos o semiarrianos).
¿Qué padres de la Iglesia tuvieron una actuación destacada en Nicea?
En aquel momento son bastantes, pero para destacar, tenemos especialmente a Alejandro de Alejandría, que fue el gran defensor de la fe nicena, como después será Atanasio de Alejandría, su sucesor, y a Osio de Córdoba, un gran personaje hispano, que fue asesor y hombre de confianza del emperador Constantino. Estos son los grandes promotores y defensores de Nicea.
¿Por qué es importante recordar en nuestros días el Concilio de Nicea?
Porque es parte de nuestra historia, y sin este momento la Iglesia de hoy no seria como es. Tenemos un legado doctrinal y moral que nos precede y configura. Hay que conocerlo, agradecerlo y hacerlo vivo hoy.
Javier Navascués/4.11.25-Infocatólica




