Opinión

Universidad Central de Venezuela

Adicionalmente, la Universidad Colonial se verá influenciada por la ilustración, en dos de sus hijos memorables: Juan Germán Roscio y Miguel José Sanz, hacedores de la nueva república, mostrada en su primer texto constitucional, la de 1811

Jesús Mazzei:

La creación de la Real y Pontificia Universidad de Caracas, significó un paso importante en la estructuración institucional y modernización de la sociedad colonial, que sigue con la creación de la Intendencia de Caracas el 8 de diciembre de 1776, la cual depende directamente del Rey. Sus atribuciones estaban centradas en la política fiscal, lo cual originó conflictos de competencia con los ayuntamientos locales. El Real Consulado, creado en 1793 con funciones de proteger el tráfico comercial y decidir pleitos mercantiles, así como fomentar las actividades económicas.

La creación del Real Consulado coincide con la incubación de los movimientos revolucionarios de la Independencia. Una parte de las funciones de gobierno tocantes al gobernador, a la Audiencia y al Intendente, pasarán a manos criollas por primera vez. Esta clase social, germen de los primeros escarceos independentistas, los criollos fundamentalmente caraqueños, ejercen autoridad sobre extensos territorios de la futura república. Este proceso culminará con la integración político-militar de la Capitanía General de Venezuela el 8 de septiembre de 1777 y se unificarán las funciones militares, de gobierno y judicial en 1786, alrededor del Capitán General. Con ello entonces, concluye la formación institucional-colonial venezolana, la Universidad es parte de ese proceso importante de consolidación institucional, que se le debe a Felipe V y Carlos III, que no debe dejar de mencionarse y reconocerse, por lo que heredamos de España, la madre patria, quieran o no los negadores de la herencia hispana (sangre ibérica -con toda la carga genética a los largo de varios siglos, que de ello se deriva -, mezclada con indios y negros, Idioma, cultura, religión, gastronomía y saber económico, entre otros).

Adicionalmente, la Universidad Colonial se verá influenciada por la ilustración, en dos de sus hijos memorables: Juan Germán Roscio y Miguel José Sanz, hacedores de la nueva república, mostrada en su primer texto constitucional, la de 1811 y la impronta de 22 diputados provenientes de la Universidad que marcarán las deliberaciones del congreso constituyente. La primera universidad tiene privilegios, es racista y desigual, esto cambiará con los estatutos del Libertador Simón Bolívar, al reconvertirla en una universidad laica, liberal, republicana, sin privilegios ni discriminaciones. Escoge como su primer rector al sabio Dr. José María Vargas, eximio médico venezolano de inicios del siglo XIX, quién reorganiza los estudios universitarios y ocupa la Presidencia de la República en 1835. La Universidad Colonial vivirá de 1721 hasta 1827, ya que los estatutos de Felipe V, los cuales fueron derogados el 24 de junio de 1827, con las decisiones del Libertador Simón Bolívar.

Por otra parte, y complementado lo anterior, debo citar inextenso, el extraordinario artículo del Dr. Alberto Navas, profesor de la UCV, hace dos semanas en este diario, donde manifestó entre otras cosas lo siguiente ” … La Universidad de Caracas, erigida por Felipe V en 1722, es la mejor prueba de esta continuidad histórica, nació con la etapa de expansión socioeconómica cacaotera esclavista, se desarrolló y consolidó desde 1780 con las reformas ilustradas de Carlos III desde afuera y de Baltazar de los Reyes Marrero desde adentro (en su Cátedra de Filosofía) y se hizo republicana desde 1827 con el Decreto del Libertador que la dotaba de Estatutos nuevos como Universidad Central de Venezuela. Este período y proceso terminó hacia 1870, simultáneamente con la crisis misma del proyecto liberal a nivel nacional, expresada principalmente con la Guerra Federal iniciada en 1859 y continuada como caos político hasta 1870, cuando la Revolución de abril de Guzmán Blanco acabó con la etapa caudillista del Liberalismo venezolano y fundó, a continuación, la etapa autoritaria de la Tiranía Liberal, como la denominó Manuel Caballero, a manera de corrección autocrática del rumbo Liberal desde la nueva perspectiva de la articulación con las tendencias expansivas del capitalismo industrial y financiero mundial del último tercio del siglo XIX. La Universidad Central también sufrió este nuevo cambio al ser intervenida su autonomía por el “Guzmanato” y despojada de sus bienes rentales, pasando a ser, hasta la muerte de Juan Vicente Gómez en 1935, una dependencia del gobierno sin presupuesto propio ni autonomía de gobierno propio por sesenta y cinco años entre cierres y persecuciones operadas por las tiranías de Antonio Guzmán, Joaquín Crespo, Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez…”

Por otra parte, la Universidad vive tres grandes etapas: La primera, Escolástica, la segunda de la filosofía moderna, con la convivencia y maridaje de escolasticismo y racionalismo, que se rompe con la tercera etapa que comienza en 1815 y termina en 1821. La Universidad cae en esos años en manos realistas, bajo el amparo y la dirección del Rey Fernando VII. Es una etapa de reacción absolutista, condena las innovaciones y progresos alcanzados por la Universidad desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta la proclamación de la Independencia en el año de 1811. Los estatutos republicanos contentivos de 289 artículos, en los cuales se consagraba la autonomía, el rol del claustro, se dota a la Universidad de patrimonio económico propio, del cual fue despojada por los diferentes autócratas del siglo XIX, que gobernaron el país y era prácticamente una dependencia del Ministerio de Instrucción Pública, con un mezquino presupuesto.

A continuación, el siglo XX, tiene varios periodos; la autocracia gomecista donde vivirá los años más oscuros, ocasionados por el largo cierre, pero la emergencia de tres generaciones importantes: la inigualable generación del 28, la del 36 y la de 1945, constructoras del período más brillante en la historia reciente. La república civil de 1958 a 1999, la apertura con López y Medina (el inicio de la construcción del complejo de la ciudad universitaria desde 1941 hasta el año 1952 y la mudanza del Palacio a lado de la Iglesia de San Francisco), la democratización en el Trienio 1945-48, el cierre en la era pérezjimenista, hasta su reapertura afines de los 50.

Desde 1958 hasta 1999, habrá diversas subfases, en las cuales tendrá mucha influencia en los años 60 el movimiento de la renovación y la insurrección armada marxista-leninista, en los años 60, que culminará con la intervención de 1970, realizada para poner orden y restablecer el gobierno universitario. El Dr. Caldera, tomó esta difícil decisión política, debido a una situación insostenible de ingobernabilidad en la universidad, en este sentido, para conocer más la situación planteada, recomiendo el Libro de la Dra. Graciela Soriano de García-Pelayo Sobre la Autonomía Universitaria, el cual es un texto que se acerca con bastante objetiva a la problemática planteada de lo que fue la utilización del campus universitario como zona durmiente o aliviadero de la subversión marxista-leninista en los años 60 e inicios de los 70.

 

A partir de los gobiernos chavo-maduristas, no ha habido intervención física y si se quiere directa, pero sí la conculcación más profunda de su autonomía presupuestaria y financiera, lo que ha limitado el campo de acción de la Universidad en la investigación y extensión, dos de sus principales funciones. Además, de lo anterior, hay serias limitaciones en la dotación y puesta al día de bibliografía de sus diferentes bibliotecas, renovación de cuadros profesorales por escalafón, e igualmente se le ha limitado la posibilidad de renovar sus autoridades universitarias en los últimos periodos, en los cuales se debieron realizar elecciones. Bajo estas circunstancias, estos últimos 26 años, mediante artilugios jurídicos, sin base en la actual Ley de Universidades, se le puso freno en el pasado entre otros aspectos, a la celebración de elecciones. Actualmente, sobre las Universidades autónomas pende pues, una intervención solapada realizada hasta los momentos, sin la consulta debida a las mentes más esclarecidas en materia universitaria, en materia de financiamiento, dotación de bibliotecas y laboratorios y gerencia de una institución de educación superior de tanta tradición como la UCV.

Confió en el espíritu ucevista de aggiornamento y lucha, que le ha dado al país aproximadamente más de 350.000 hijos graduados en diferentes campos del saber, a lo largo de su historia, que dicen mucho de lo que la Universidad le ha dado a la nación para su modernización, en una época hoy en día de cambios vertiginosos ocasionados por la evolución de la globalización y el intervalo de desarrollo del modelo económico dominante. Hoy, en un tiempo de postpandemia, ya la Universidad está en pleno funcionamiento, se renuevan los retos en la docencia a través de las clases a distancia o virtuales, o sistemas híbridos, implementadas en nuestra casa de estudios para llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje, de alto nivel.

En última instancia, recomiendo la lectura de dos estupendos textos para adentrarnos en la historia de la UCV, el libro del Dr. Idelfonso Leal Historia de la UCV y el del Dr. Alberto J. Navas Blanco El Rey Felipe V de España y la fundación de la Universidad de Caracas en 1721, hoy Universidad Central de Venezuela, además de su interesantes y esclarecedores artículos en este medio sobre nuestra universidad.
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Por cierto, hoy me embarga un sentimiento de alegría, cuando la Universidad, que en algún momento estuvo impregnada de pensamiento positivista afines del siglo XIX, e inicios del siglo XX, y en los años posteriores, en los años 60, tuviera influencia marxista- leninista, hoy, pues, celebra la canonización de San José Gregorio Hernández, su alumno y profesor, sin dejar de ser una universidad laica y republicana, haga suyo a uno de sus hijos más ilustre, sino el más ilustre de su historia. Como cristiano-católico y ucevista lo celebro.

En esta significativa fecha, al cumplir 303 años la Universidad Central de Venezuela, mi corazón y espíritu, se llenan de orgullo ucevista. La casa que vence las sombras y siempre las vencerá: a tener fe y esperanza. Viva la UCV

jesusmazzei@gmail.com

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