Lecturas recomendadas

La fuerza de la pequeñez

Editorial de Vatican News: En las palabras de León XIV a los cristianos turcos, una indicación para toda la Iglesia

Andrea Tornielli:

Al encontrarse con el «pequeño rebaño» de católicos turcos en la catedral del Espíritu Santo en Estambul, León XIV pronunció unas palabras que no solo reflejan la realidad de la presencia cristiana en esta tierra, sino que también contienen una valiosa indicación para todos. El Papa invitó a adoptar una mirada evangélica sobre esta Iglesia de pasado glorioso, hoy numéricamente pequeña. Invitó a mirar «con los ojos de Dios» para descubrir y redescubrir «que Él ha elegido el camino de la pequeñez para descender en medio de nosotros». La humildad de la pequeña casa de Nazaret, donde una joven dijo su sí permitiendo que Dios se hiciera hombre; el pesebre de Belén, con el Todopoderoso convertido en un recién nacido completamente dependiente de los cuidados de un padre y una madre; la vida pública del Nazareno, pasada predicando de pueblo en pueblo en una provincia en los confines del imperio, fuera del radar de la gran historia. El Reino de Dios, recordó León, «no se impone llamando la atención». Y en esta lógica, en la lógica de la pequeñez, reside la verdadera fuerza de la Iglesia. El Sucesor de Pedro recordó a los cristianos de Turquía que la Iglesia se aleja del Evangelio y de la lógica de Dios cuando piensa que su fuerza reside en sus recursos y en sus estructuras, o cuando hace que los frutos de su misión consistan en el consenso numérico, en el poder económico y en la capacidad de influir en la sociedad. «En una comunidad cristiana donde los fieles, los sacerdotes, los obispos, no siguen este camino de la pequeñez, no hay futuro… porque Dios brota en lo pequeño, siempre en lo pequeño», había dicho el papa Francisco en una homilía en Santa Marta citada hoy por su sucesor.

Es la total inversión de todas las lógicas humanas, que también puede penetrar en la Iglesia, cuando se hacen prevalecer las lógicas empresariales, cuando la misión se reduce a estrategias de marketing, cuando quien anuncia el Evangelio se pone a sí mismo en primer plano como protagonista en lugar de desaparecer para hacer brillar la luz de Cristo. En una época en la que solo parecen valer los clics y el número de seguidores, también la Iglesia puede verse tentada a añorar una cristiandad del pasado, con sus aderezos de poder, estructuras, influencia y relevancia social, colateralismo político.

En cambio, como nos enseña el Evangelio y nos repite hoy el Obispo de Roma, hay que mirar el mundo con los ojos de Dios, con la mirada de los pequeños, de los humildes, de los que no tienen poder. Es esta revolución copernicana del Dios, que ha derribado a los poderosos de sus tronos y ha elevado a los humildes, el camino de la misión, pero también el camino para construir la verdadera paz: en la Iglesia, en la sociedad, en las relaciones internacionales.-

Vatican News

 

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba