Opinión

El sector agropecuario es vital

Egildo Luján:

Todo parece indicar que, a corto plazo, en Venezuela  habrá un cambio de rumbo. Sin ánimo de polemizar sobre el fracaso  de la actual administración, es inevitable, indudable e irrefutable que, en los últimos 25 años, la ruina y el deterioro han sido superiores a la de cualquier época en la historia nacional. Expresar lo contrario equivale a no admitir que este régimen ha logrado destruir el país y, consecuencialmente, a la calidad de vida ciudadana criolla en todos sus aspectos.

Ahora bien, esto no traduce  que, en épocas anteriores, la conducción del país haya sido   la mejor o la más apropiada, porque los efectos de su desempeño evidencian que también pudo haber sido mucho mejor. De hecho, no se debe olvidar que,  al igual que en la administración actual, en las anteriores también ingresaron cuantiosas sumas de dinero, aunque en mucho menor cantidad que en la actual, pero suficiente como para haber logrado un mayor grado de desarrollo y de bienestar nacional.

De haber  sido así, de ninguna manera, habría sido posible ni aceptable que el actual régimen hubiera ganado elecciones en otros momentos. Hay que admitir que el ex Presidente Hugo Chávez Frías triunfó en  esas elecciones en el año 1998, por haber estado el país para ese momento inmerso en un deterioro económico-social de alta intensidad, y con un rechazo colectivo a la dirigencia política, como a los partidos políticos, la corrupción, la inseguridad y la complicidad deficiente en su desempeño administrativo.

Hoy, de acuerdo al resultado a lo equivalente a unas masivas  ¿encuestas? (primarias y referéndum), el 90% -o más- de los ciudadanos, estos quieren un cambio de rumbo para un gobierno democrático de «Derecha», ya hartos del comunismo. Igualmente, desean que ese cambio se haga en paz y ajustado a la vigente CONSTITUCION NACIONAL. Es decir, convocando a unas elecciones presidenciales  y, de ser posible, convirtiendo el hecho en la alternativa para elegir todos los poderes públicos simultáneamente. Y libres, además de  ajustadas a derecho, y debidamente supervisadas con MAXIMAS GARANTIAS DE PULCRITUD.

Los razonamientos anteriores obedecen al hecho de que, luego de haber estudiado las propuestas  o «Programas de Gobierno» formuladas por la Oposición, es importante señalar que un país no se arregla a los REALAZOS, más allá de lo expuesto anteriormente en la comparación de los gobiernos y manera de gobenar en Venezuela.   Lo más importante es administrar e invertir bien y con criterio de eficiencia .

El enfoque debe ser: estabilización económica, propiciar la creación prioritaria de EMPRESAS, creando fuentes de trabajos con sueldos dignos, para que el dinero drene y se diluya llegando a todos los sectores y familias venezolanas. Hay que descentralizar al país y ampliar su autonomía administrativa regional, y  propiciar un desarrollo competitivo y acelerado.

Por otra parte, y ante las opciones de que próximos comicios abrirán alternativas evolutivas en lo político,   es oportuno señalar como tema preocupante el hecho de que, en los respectivos programas y propuestas como posibles Programas de Gobierno, apenas se mencione un tema tan importante como es el referente al Sector AGROPRODUCTOR. Inclusive, se proyecta en una subestimación de que  la gran mayoría, o no menos de 16 de los 24 Estados del país, dependen de este sector. De hecho, en su conjunto, se trata de una actividad productiva que, incluyendo la agroindustria (bebidas y alimentos), empleaba más del 40% de la mano de obra del país, además de garantizar la seguridad alimentaria de la nación, lo cual se traduce en que comprende la obligación tácita de todo gobierno, como la considera la Constitución Nacional.

Es imperativo prestarle atención a las regiones del país, como propósito fundamental de la economía. El agro y su producción son expresión cierta y seria de la mayor importancia para el país. Es indispensable priorizar el desarrollo del campo, garantizando algo tan vital, como significa la seguridad alimentaria y, con su expansión, frenar el éxodo del campo  hacia las ciudades. ¿Cómo hacerlo?:  Construyendo carreteras, vías de penetración, poblar el campo y cuidar las fronteras, sin desestimar la construcción de escuelas, de  instituciones docentes, de universidades, centros de salud u hospitales, represas, sistemas de riego, viviendas dignas, entre otras.

Como solución y plan de emergencia adicional,  creando  fuentes de trabajo y oportunidades, todo en respuesta al aprovechamiento de  nuestras ventajas competitivas, y teniendo en cuenta que disponemos de una enorme cantidad de tierras cultivables,  excepcionales reservas hídricas y un clima tropical favorable para cultivar durante  todo el año.

Es oportuno recordar una frase certera y precisa del ilustre político y escritor venezolano Arturo Uslar Pietri expuesta  en el año 1936, cuando  señaló que  «HAY QUE SEMBRAR EL PETRÓLEO». Definitivamente, hay que recordar siempre que las ciudades consumen y que el campo produce.-

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