Oscar Arnal:
Sin unidad opositora participar en estas regionales es cosa de locos. Si en las próximas horas la llamada plataforma unitaria va a declarar que acudirá al proceso, también debe acordar un reglamento de primarias. Hasta finales de septiembre se pueden sustituir nombres en el tarjetón lo que permite que se realicen estas elecciones de base que filtrarán las candidaturas que no tienen el respaldo necesario, pero que de llegar hasta el final restan oportunidad a los principales aspirantes de la alternativa democrática. De igual manera, en las próximas horas el CNE debería prorrogar el día para finalizar las primeras postulaciones en vista de la idiosincrasia nacional de dejar todo para la última hora, lo que han hecho la gran mayoría de las organizaciones políticas.
El régimen sigue jugando sucio. Ahora acaba de anunciar la rectora oficialista del CNE que los inhabilitados injustamente, podrán o no participar en las regionales dependiendo de quienes sean, a pesar de que habían anunciado que el que se postulaba quedaba habilitado y que unos cuantos opositores volvieron del exilio para inscribirse. La contradicción tiene como objetivo seguir promoviendo la abstención y la división de la oposición, sin ceder en nada en relación a las negociaciones que ocurren en México. Lo mismo pasa con aquello de que las elecciones no van a posponerse, ni habrá más tiempo para ponerse de acuerdo en materia de condiciones electorales de cara a las regionales.
En este momento encuestas serias hablan de una abstención que podría estar en el 60%, la inmensa mayoría de los que no van a votar, en caso de hacerlo le sumarían a la oposición, y a esto hay que agregar a todos aquellos que emigraron o que están fuera de sus estados y que tampoco van a ejercer el derechos al voto.
Para colmo de males, al no existir una ley de primarias, la oposición está presentando múltiples candidaturas en cada municipio y región. Esta división de mantenerse asegura pésimos resultados a nivel nacional. Es increíble que en un país donde el 80% es opositor, el gobierno pueda todavía ganar elecciones. Y la cuenta es que un 20% se convierte en alrededor de un 50%, con 40% de participación y cerca de dos terceras partes de la población electoral absteniéndose. Los oficialistas van a votar casi que obligados y chequeados. “El que no vota no come” espetó uno de los jefes del régimen en los pasados comicios.
El escenario es incierto. Aquí se lanzó como dice el refrán “Raymundo y todo el mundo”. En las semanas venideras la oposición tiene la opción de convocar primarias en todo el país y unificar a sus candidatos. Otro método podría ser el de las encuestas, donde las ventajas sean claras. Hoy más que nunca en la unión opositora y en la participación electoral está la fuerza.
Los candidatos de la alternativa democrática con sus aspiraciones abrieron la caja de Pandora. Al final, después de que salgan todos los fantasmas, quedará la esperanza, representada esta vez en la resurrección del ave fénix…
@OscarArnal
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