¿Sabías que San Maximiliano Kolbe fundó una Brigada de Bomberos?
En Varsovia, el santo reunió a los frailes de su comunidad y fundó un Cuerpo de Bomberos local, en 1931
Este grupo de bomberos de Polonia que podría parecer común, pues sus miembros llevan los clásicos uniformes pesados y cascos duros y se movilizan en un camión rojo, está integrado por los frailes franciscanos de la Brigada de Bomberos que fundó San Maximiliano Kolbe.
Maximiliano Kolbe, el fraile franciscano que murió mártir en un campo de concentración nazi, era muy devoto de la Virgen de la Inmaculada. Al punto que no solo creó “La Milicia de la Inmaculada”, un movimiento que promovía la consagración a la Virgen María y buscaba construir el Reino de Dios, sino que además, fundó una ciudad en su honor.
En 1927, el santo fundó la “Ciudad de la Inmaculada” (Niepokalanów, en polaco), a 40 kilómetros de Varsovia, capital de Polonia. Preocupado porque las casas y estructuras de la ciudad estaban hechas de madera y eran proclives a incendiarse, el santo reunió a los frailes de su comunidad y fundó un Cuerpo de Bomberos local, en 1931.
“Esto lo hemos recibido de la gente, no es nuestro, por lo que tenemos que asegurarnos de que no se destruya”, les dijo el santo. Tras ello, los frailes organizaron una guardia contra incendios. Hoy el Cuerpo de Bomberos Frailes de San Maximiliano María Kolbe es considerado uno de los más importantes de Polonia.
El 1 de octubre, el programa EWTN News In Depth transmitió una entrevista al P. Jacek Szczepanik, un sacerdote que recientemente se unió al Cuerpo de Bomberos Frailes de San Maximiliano María Kolbe, y que junto a otro religioso relató su experiencia como parte de este singular equipo de voluntarios.
El P. Jacek dijo que cuando la obra inició, en 1931, la brigada respondía a una necesidad local “desafiante” y recordó un evento milagroso en el que un religioso se salvó de morir durante un incendio en un establo.
El sacerdote dijo que “en un momento, le cayó encima alquitrán caliente, tanto en su casco como en su hábito”, y que sorprendentemente, no se hizo casi ningún daño. “Teóricamente, debería haber estado muerto, pero resultó que estaba un poco herido y no tenía ropa, ni hábito”, dijo.
Por otro lado, el P. Jacek dijo que “ser bombero, para nosotros, es uno de los aspectos de la vida religiosa y el sacerdocio”, y explicó que todos los días cinco frailes bomberos hacen guardia en la ciudad y otro les asiste permaneciendo en vigilia constante.
Por su parte, el Hermano Janusz Kulak, quien tiene 35 años de experiencia en extinción de incendios y dirige la unidad de bomberos, dijo que “tenemos mucho trabajo, porque siempre hay diferentes accidentes cada año”.
“Estos van desde el gato en el árbol hasta el sótano inundado y la ayuda en caso de desastre. Se puede decir que cualquier accidente que requiera ayuda es trabajo para la unidad de bomberos religiosos”, precisó.
Además, explicaron que su brigada de bomberos está particularmente ocupada durante el verano y el otoño, cuando el clima es cálido y seco.
Para el P. Jacek, la brigada fue una vocación y un sueño de infancia realizado. “Mi lectura favorita, como la de muchos niños en la escuela primaria, fue un libro llamado ‘Cómo Wojtek se convirtió en bombero’”, recordó.
“Cada uno de nosotros realiza muchos otros servicios, cada uno de nosotros está completamente preparado para abrazar varias profesiones, y el ser bombero es una de las formas, una forma muy espectacular”, dijo.
De hecho, es “la única [forma] en el mundo que me permite ser monje, sacerdote y hermano al mismo tiempo”, concluyó.
ACI Prensa
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.