Entrevistas

Iñaki Ortega: «Humanizar la tecnología exige dar entrada a la cuarta generación de derechos humanos»

Coautor del libro La buena tecnología, el doctor en Economía y profesor en la Universidad UNIR y LLYC Iñaki Ortega charla sobre los retos a los que, a su juicio, se enfrenta una sociedad marcada por el avance de la tecnología y la brecha digital.

El título de su libro, La buena tecnología, invita a pensar rápidamente que hay una tecnología mala o, al menos, un mal uso de la misma…

Hay una mala tecnología. Hoy cualquiera de las grandes compañías tecnológicas son capaces de saber cuál es la sexualidad de un niño de 14 años antes que él mismo. Eso es malo.

Eso es un drama, ¿no le parece?

Esas empresas que saben eso lo pueden usar, por supuesto, lo pueden usar sin control porque mandan más que los Estados. ¡Por supuesto que hay una mala tecnología!

Igual por eso usted propone desde el principio «humanizar la tecnología». ¿Cómo se hace eso ya avanzado el siglo XXI?

Tendremos que poner al hombre en el centro de las decisiones para que el mundo progrese, no para ganar yo más dinero. Humanizar la tecnología supone lo que ya muchos científicos y muchos filósofos y pensadores dicen que es ‘una cuarta generación de derechos humanos’. Humanizar la tecnología supone dar cabida, dar entrada a una cuarta generación de derechos humanos. También está pendiente otra asignatura, la de los códigos deontológicos para programadores o altos ejecutivos de estas empresas.

¿Una suerte de derechos humanos tecnológicos?

Hace falta una regulación supranacional, por ese defiende este libro una cuarta generación de derechos humanos. Derechos humanos frente a la tecnología y frente a las anteriores generaciones. La primera generación de derechos fue frente al Estado;  la segunda, frente a las industria que explotaban; la tercera fue frente a los que destruían el medio ambiente, y ahora hay que hacer una cuarta generación de derechos humanos frente a la tecnología, frente la mala tecnología, y eso será la buena tecnología.

No puede ser que las ‘cookies’ te permitan saber todo de todos

Pero en realidad, las nuevas generaciones (youtubers, tiktokers, instagramers…) no parecen preocupadas por el control de sus datos. Renuncian voluntariamente a su privacidad…

¿Seguro que quieres que todo el mundo sepa lo que buscas en internet? Hoy la tecnología puede acceder a todo. ¡Que los ciudadanos puedan decir: ¡yo quiero que usen mis datos! Esa libertad tiene que estar en el campo de juego, un campo de juego en el que no puede haber abusos. No puede ser que las cookies nos permitan saber todo de todos.

¿Tenemos que resignarnos?

Las big tech tendrán que darse cuenta de que la tecnología con un buen mundo es lo que les interesa a ellas también, porque la tecnología con un mal mundo es una tecnología de populismo y es una tecnología de conflictos. Lo estamos viendo cuando actúan antes de unas elecciones los activistas digitales o los bots, que no sabemos de dónde vienen y que se cambia hasta el sentido de los votos. Lo vimos en Cataluña, lo hemos visto en el brexit, en Colombia…

La tecnología con un mal mundo es una tecnología de populismos y conflictos

¿Me preguntaba mientras leía su libro si usted no imagina nunca una distopía tecnológica: los hogares domóticos descontrolados, los robots gobernando el mundo, los hackers robando los cajeros…?

No, porque más distopía que la pandemia no hay nada, y se consiguió que el mundo no entrara en caos. Por supuesto que hay consecuencias negativas en la salud mental de muchos, pero no hubo caos. Y eso es porque hay un fornido, un resiliente sistema soportado tecnológicamente, [un sistema] que no se entiende sin tener la tecnología detrás. Estaba todo el mundo en casa y estando todo el mundo en casa, no falló nada.

¿Qué escenario imagina usted si nos hubiéramos enfrentado a la Covid 19 sin la tecnología de la que hoy disponemos? ¿Cuál cree que hubiera sido la deriva de la pandemia?

Es la gripe española de hace 100 años. El escenario es el de millones de muertos en España y en el mundo. Y aquí, en tiempo récord, gracias a la tecnología, se ha podido diseñar una vacuna, fabricarla y distribuirla. En una parte del mundo, efectivamente, no en todas las partes del mundo…, pero eso está salvando cientos de miles de vidas. Además, la tecnología ha ‘eficientado’ de tal manera el mundo económico que hemos podido también diseñar una batería de actuaciones privadas y públicas para salvar el mundo.

Pero igual estamos siendo algo cobayas tecnológicas, ¿o es el precio implícito a pagar?

No, soy rotundo. Creo que es una grandísima noticia, las vacunas están salvando millones de vidas . No tengo ninguna duda. Creo que es una grandísima noticia que hayamos podido diseñar, fabricar y distribuir la vacuna. Eso es muy complejo, el sistema logístico es complejísimo, y los Estados han podido asumir los gastos. ¿Pero, dónde estaba la tecnología para no predecirlo?

¿Dónde estaba la tecnología para no poder predecir la pandemia?

No lo predijo pero en su libro afirman sin complejos que “la buena tecnología permitirá reconstruir nuestros países”. ¿Puede perfilarme eso? ¿Cómo se sale de una coyuntura como la que ha generado la Covid19?

En esta parte del mundo hemos tenido la gran suerte de tener un escudo fiscal  gracias a los Gobiernos y a los impuestos que pagamos. Hemos tenido subsidios para los autónomos, hemos tenido ERTE para los trabajadores, hemos tenido subsidios para los desempleados y ayudas públicas para salvar empresas. Esto es un sueño, un sueño que de repente la catástrofe de la economía, que ha sido un agujero, de ese agujero se ha podido salir gracias a que ha habido una colaboración público-privada inédita en la historia.

Bueno, hay familias por debajo de su poder adquisitivo previo a la pandemia, ahora mismo los precios están disparados y mucha gente ha perdido su empleo.

Es que de la noche a la mañana se paró la actividad de un país y de una economía mundial. Eso hubiera tenido unas consecuencias dramáticas hace 50 años, dramáticas. Y no las ha tenido desde un punto de vista de impacto de pérdida de bienestar, de pérdida de poder adquisitivo y de pérdida de empleo. El escudo social ha sido tan fuerte que una gran mayoría de los damnificados ha visto su situación paliada gracias a eso. Tenemos la suerte de vivir en esta parte del mundo y tenemos la suerte de que la tecnología lo permite.

Usted sigue incidiendo en las bondades, pero siempre se ha dicho que a más robótica más destrucción de empleo…

En España se van a perder antes de 2030 cinco millones de empleos porque van a automatizarse esos empleos. Es casi la misma proporción que toda la población laboral de de Madrid y Barcelona juntas.

¿Usted es consciente de que está hablando de un periodo de solo ocho años? Es un auténtico drama.

Creo que por cada puesto de trabajo que se automatice se pueden crear dos en el ámbito digital. Tenemos una oportunidad como país, en este año de pandemia hemos avanzado 5-7 años de digitalización.

Por cada puesto de trabajo automatizado se pueden crear dos en el ámbito digital

¿Pero dicen los analistas que hay una brecha digital y un mundo excluido de la tecnología que usted no parece tener muy en cuenta?

Dicen que cada vez hay menos excluidos digitales. El acceso a internet es prácticamente universal incluso entre los mayores. No es verdad que hay una exclusión digital.

Acabamos de asistir a una protesta pública de los mayores que se sienten excluidos del sistema financiero…

El problema para mi gusto no es la tecnología que excluye, sino que hay mala tecnología. Las aplicaciones que no entiende nadie son mala tecnología. La buena tecnología es la aplicación que entiendes y todos sabemos diferenciar. ¿Por qué tiene tantos lectores 20minutos?

Igual porque somos un medio gratuito y de libre acceso…

Porque es una buena tecnología, porque es fácil, porque te apetece. Hay mil webs gratis y apps y no vas porque son confusas, no entiendes nada, te piden datos…

Dicen ustedes en su libro que «la tecnología lo impregnará todo, nuestra apuesta es que será para bien». Esto es un futurible y suena más a deseo que a posibilidad, ¿qué les lleva a esta conclusión?

Es un deseo pero siempre basado en datos. Aquellos países que se apalanquen en la tecnología generarán empleo y sus empresas serán más competitivas. Las pymes que se han digitalizado tienes un 200% más de empleo y de facturación que las que no. Esto es una motivación, los profesionales que se han reciclado tendrán acceso al mercado de trabajo. O te reciclas o tu trabajo va a desaparecer para cinco millones de personas.

¿Es una buena noticia?

Lo es. Lo que tenemos que hacer es formar y capacitar a mucha gente para que pueda tener empleo. La precariedad hoy es la brecha tecnológica.-

SUSANA GOZALO  // 20Minutos, España

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