Lecturas recomendadas

“Gloria al Dios Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”

Noris Mercedes Díaz de Bustamante:

Padre Nuestro (Mt.6,9-13). Ustedes pues, oren de esta forma:

Padre nuestro que estás en los cielos, ¡santificado sea tu Nombre!.

Venga a nosotros, tu reino. Que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy el pan de cada día.

Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros, perdonamos a los que nos ofenden.

No, nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal.

Amén.

Líbranos de todos los males: pasados, presentes y futuros.

“Queda bien claro que si ustedes perdonan las ofensas de los hombres, también El Padre celestial los perdonará. En cambio si no perdonan las ofensas de los hombres, tampoco El Padre, los perdonará a ustedes.”

¡Líbranos del mal!

Líbranos Señor, de todos los males: pasados, presentes y futuros, por la intercesión de la Santa y Gloriosa Madre de Dios, siempre Virgen María, con su ropaje de Palermo-Italia, “Salve Rosalía preciosa, Salve del cielo amorosa, líbranos, por tu piedad de esta peste contagiosa del corona-virus del (Siglo XXI), tú que eres bondadosa y tienes de Dios poder para quitar y expeler de este mundo todo mal, quítala del mundo entero y hacednos esa merced”.

Por tus santos apóstoles: Pedro, Pablo, Andrés Juan, Mateo, Marcos, Lucas, Felipe y de todos los Santos, concédenos la paz en estos días de pandemia, para que ayudados por tu misericordia vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación en este encierro, y podamos recuperar la seguridad y el equilibrio en el mundo entero.

Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que por ser Dios, vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo. Amén.

Incentivemos a los abuelos, a los jóvenes y a los niños para prepararnos para la celebración de La Navidad, de la venida de Jesús al mundo, para nuestra Salvación: con la elaboración del pesebre, y del arbolito, de forma creativa con materiales de desecho, para aquellos que no los han conservado como tradición, coloquemos el ambiente de la Navidad. Porque Jesús es nuestra esperanza y “vino al mundo para que tuviéramos vida y vida en abundancia”  (Jn.10,10). No dejemos que la situación nos agobie, Jesús, es nuestro auxilio y nuestra fortaleza.

Leamos los capítulos del Evangelio de Mateo:

Capítulo 1.

Los antepasados de Jesús. (Capítulo 1,1-17)

Jesús nace de una madre virgen (Capítulo.1, 18-25)

Capítulo 2

Del Oriente vienen unos Magos. (2,1-12)

La huída a Egipto. (2,13-18)

José y María vuelven a Nazaret. (2,19-23)

2-Del Oriente vienen unos Magos. (Capítulo 2,1-12)

“¡Ven, Espíritu Santo! Amor sustancial del Padre y del Hijo, amor increado que habitas en las almas justas”.  Ven sobre este mundo en pandemia, con un nuevo Pentecostés, trayéndonos la abundancia de tus dones, de tus frutos, de tu gracia y únete a nosotros, como esposo dulcísimo de nuestras almas, en esta hora de encierro, de confusión y violencia, especialmente a los más débiles; a los niños y a los ancianos.

Dale a los adultos de la familia: sabiduría, gracia, creatividad e imaginación para mantener activos  a todos los integrantes del hogar, dentro de este encierro y participar a diario en La Santa Misa en familia por los medios de comunicación disponibles.

Dale el Descanso eterno a todos aquellos que han muerto por causa de este virus que no ha respetado ninguna condición humana y por las personas depresivas que se han suicidado.

Por los sacerdotes:

El Padre Antonio José Velázquez Delgado y otros religiosos, que han perdido la vida.

Padre Antonio: ¡Qué sorpresa nos ha dado El Señor!, y que vacío de esperanzas y planes incumplidos, te extrañaremos, estabas siempre con nosotros. Que El  Señor, te reciba en su seno y te dé Su Salvación, bien merecida. Te extrañaremos, siempre nos visitabas y 20 días después muere: Mons. Urosa  Sabino quien siempre te acompañaba. ¡Que descansen en paz! Amén.

Sentido pésame a tu madre y todos tus familiares, que descansen en paz.

Espíritu Santo: Sánanos, desátanos, libéranos de esta peste contagiosa; danos fortaleza, valentía y luz para permanecer en Cristo Jesús, proclamarlo y dar testimonio de vida entre los que nos rodean especialmente entre los abuelos, los padres, los hijos, los hermanos, los   vecinos, a través de los medios de comunicación.

“!Ven Espíritu Santo!, nos consagramos a Ti, totalmente… invádenos, tómanos, poséenos. Sé luz penetrante que ilumine nuestro entendimiento, suave moción que atraiga y dirija nuestra voluntad, energía sobrenatural que dé vigor a nuestros cuerpos. Completa en nosotros tu obra de santificación y de amor.

Haznos puros, transparentes, sencillos, verdaderos, libres, pacíficos, suaves, quietos y serenos, aún en medio del dolor, ardientes de caridad hacia Dios y hacia el prójimo.

¡Ven, Espíritu vivificante!, sobre esta pobre sociedad y renueva la faz de la tierra, preside las nuevas generaciones, danos tu paz que el mundo no puede dar.

Asiste a tu Iglesia, dale santos sacerdotes, fervorosos apóstoles, solicita con suaves invitaciones a las almas buenas, sé dulce tormento a las almas pecadoras, consolador refrigerio a las almas afligidas, fuerza y ayuda a las tentadas, luz a las que están en las tinieblas y en las sombras de la muerte!” . Amén.Sor Carmela del Espíritu Santo.

Escritos Inéditos  Intimidad Divina…

¡Ven Espíritu del amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ven a sanarnos, ven a liberarnos, ven a desatarnos de las fuerzas oscuras del mal, para que ante tu nombre toda rodilla se doble y toda lengua proclame: “JESÚS, ES EL SEÑOR”!.

 

Si Dios está con nosotros, ¿Quién contra nosotros?

 

Noris Mercedes Díaz de Bustamante

noridibus@gmail.com

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