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El cura que casi gana MasterChef Celebrity con el postre favorito de Juan Pablo II

Sucedió en Uruguay y tuvo como protagonista a “El Gordo” Juan Andrés Verde, un joven sacerdote (32) que estuvo muy cerca de convertirse en el nuevo maestro de la cocina tras llegar a la final del certamen televisivo (y con un postre que vio en Aleteia).

Sí, en uno de los países más laicos de América Latina, un cura casi se convierte en el campeón del certamen de televisión MasterChef Celebrity. Y lo hizo rompiendo todo tipo de prejuicios, mostrando su parte humana, pero también con estela de solidaridad, excelencia y trascendencia.

“Ha sido un tremendo regalo de Dios haber podido compartir esta lindísima experiencia”, decía a través de sus redes“El Gordo” Verde (su historia la pudiste conocer en Aleteia) luego de conociera el triunfo de la actriz Paula Silva, a quien felicitó.

Es que el pasaje de este cura por la cocina más famosa del país no dejó a nadie indiferente. Desde la imagen curiosa de ver a todos los participantes repitiendo al unísono el lema de “El Gordo” Verde (“Hasta el cielo no paramos”), hasta platos verdaderamente logrados dignos de los mejores restaurantes del mundo. En Aleteia también pudiste ver cómo ha sido ese proceso.

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La gran final con sabor a Juan Pablo II

Como era de esperar, la última etapa, no estuvo exenta de emociones. Fue una final muy disputada donde los participantes debían presentar tres platos (entrada, principal y postre). Mientras presentaban sus propuestas, “El Gordo” también sintió el apoyo y la cercanía de dos de sus hermanos, quienes lo acompañaron. Lo mismo que la de su párroco, el sacerdote Gonzalo Estévez.

 

Fue ahí donde apareció la personalidad y el estilo de Juan Andrés, quien decidió presentar platos familiares (como una polenta cremosa mar y tierra con langostinos y chorizos) y hasta con puntos de contacto con la Navidad como el tradicional vitel toné.

 

Pero la gran sorpresa se dio con su última presentación, un postre más que especial. «El Gordo» se jugó su gran posibilidad de ganar con la Papieska Kremowkael dulce favorito del papa San Juan Pablo II.

“El postre para mí es mi punto débil. Acá el que me puede salvar es el papa Juan Pablo II”, dijo Juan Andrés entre risas durante el certamen.

 

Ese plato, fiel a su condición, fue su elección y también homenaje. “Ojalá algún día se lo pueda hacer al papa Francisco”, también dijo.

«Quería tratar de trasmitir un mensaje en cada plato. En el primero, la importancia de la familia, la Navidad con Jesús. Después con el plato polenta mar y tierra quería hacer algo que estuviese presente en cualquier hogar. Y levantar un producto como la polenta a una comida gourmet. Estaba unida al último plato. Juan Pablo II se recorrió mar y tierra el mundo evangelizando. Creo que yo estaba ahí un poco para eso, para evangelizar. Por eso me inspiró él. La razón de haber estado en un programa así fue tratar, al modo uruguayo, de llevar a Cristo», expresó «El Gordo» Verde a Aleteia.

«Por eso la Papieska», agregó, quien también confesó que el postre lo vio y sacó de Aleteia.

Con ese postre, al igual que los otros platos y todo su gran pasaje por el concurso, Juan Andrés Verde casi se convierte en el nuevo MasterChef Celebrity Uruguay.

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Ganó, claro que ganó (un «trofeo inesperado»)

Pero “El Gordo” Verde ganó (y no por el trofeo o los aplausos). Pues en definitiva  el premio mayor lo consiguió.

“Feliz de haber podido cumplir los objetivos del barrio, de haber conocido gente tan buena, y de poder humildemente dejar un mensaje de alegría, esperanza y Fe. ¡Se puede! ¡Siempre se puede! ¡Con la ayuda de Dios!”, exclamó.

Efectivamente, la causa que lo llevó a presentarse al concurso, conseguir fondos para ayudar a personas vulnerables del barrio montevideano Santa Eugenia, también se logró.

El propio Juan Andrés así lo confirmó al final del concurso al contar que una persona le había prometido hacerse cargo con la causa a través de la donación del dinero que hubiera obtenido de haber salido ganador.

Esto incluso lo llevó a obtener un «trofeo inesperado», el recibimiento y agradecimiento de la gente a quien ayudó y que se acercó hasta la iglesia, tal cual contó a Aleteia y con quien quiso compartir algunas imágenes:

“A todos les digo: Vale la pena la VIDA! ¡Dios los bendiga mucho!! Y HASTA EL CIELO NO PARAMOS!!!”, finalizó Juan Andrés, quien también reconoció haberse sentido liberador de no “cargar” con la responsabilidad de ser campeón. “Como ‘segundo chef’, ¡trataré de seguir aprendiendo a ser un mejor cura!”, sentenció.

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Pablo Cesio – Aleteia Uruguay – publicado el 10/12/21

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