Testimonios

Nació una estrella

José Antonio Gil Yepes:

En los libros de astronomía y videos del ramo, uno ve como a las estrellas y asteroides a veces les ponen como nombre letras o números. Pero, en este caso, no me refiero a un cuerpo estelar sino a lo que me parece que será una nueva estrella de las artes plásticas.

La semana pasada asistí a la primera exposición de las obras de arte de Nicolás León Iragüen, hijo de mi socio Luis Vicente León y de María Estrella Iragüen. No puedo menos que manifestar mi impresión y beneplácito por ver que este joven de apenas 18 años haya logrado perfilarse desde tan temprana edad como un artista consumado y siendo que esas obras que presentó eran simplemente la tesis de grado para graduarse de bachiller en el British School!

Creo que su dedicación a esa profesión es un gesto muy valiente de su parte. Me recordó la película de mi vida: Estudiar sociología en un mundo de ingenieros civiles, abogados y médicos tomó agallas. Me imagino que hoy sigue siendo igual: optar por una carrera poco convencional y rodeado de profesionales tradicionales sigue siendo un reto: Uno como que se siente solo.

Sin embargo, creo que Nicolás me lleva dos grandes ventajas; primero él parece estar clarísimo de su vocación. Mientras que yo, cuando empecé a estudiar sociología en la mañana y economía por la noche estaba buscando; no tenía nada claro; sólo sabía que quería hacer algo para que la sociedad fuese mejor. Ya había intentado ser sacerdote y había llegado a la conclusión de que ese no era mi camino.

La otra ventaja que me lleva Nicolás es que él ya se perfila como un artista consumado. La calidad de sus dibujos a tinta y de sus piezas plásticas son de una belleza y madurez que serían excelentes en un artista de tres veces su edad.

Obviamente, yo no era un sociólogo ni economista consumado a los 18.

Encontrar la vocación es una tarea fundamental para vivir una vida plena y cumplir con la misión que Dios nos encomendó a todos al ponernos en la tierra, la cual es tan seria como “terminar de completar la Creación”; como lo expresó el jesuita, filósofo y paleontólogo francés Pierre Teilhard de Chardin, S.J. En todo caso, creo que eso de que cada quien viene al mundo a cumplir una misión y que cada uno tiene que buscar para encontrarla es un favor que nos hace la Iglesia Católica cuando nos insiste en ello. Desconozco si otras iglesias también ponen el tema sobre el tapete.

En todo caso, me imagino que para la mayoría de los seres humanos es muy difícil encontrar “eso para lo cual vinimos a esta tierra”; primero, porque a muchos nadie les presenta el concepto de encontrar la vocación o misión de su vida; y, segundo, porque, aún buscándola, muchos no la encontrarán. Es decir, que me temo que una buena cantidad de seres humanos no disfrutan el poder hacer eso que, en términos sencillos, denominamos “lo que me gusta hacer” y que los psicólogos tratan de identificarlo preguntándonos por “aquello que nos absorbe, nos hace ignorar todo lo demás y hace que el tiempo pase sin que nos demos cuenta”.

Me incluyo entre quienes nos costó mucho esfuerzo encontrar la vocación. Agradezco a Dios, a los excelentes profesores que tuve en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad de Northwestern, a la vida y a mi esfuerzo y persistencia la enorme satisfacción que se deriva de poder ejercerla. Por eso me sentí muy orgulloso de Nicolás, y también de sus padres y de Bernardo, su hermano y de su colegio; digo, porque me imagino que han sido parte de que Nicolás se haya identificado profundamente con su vocación y logrado ser un virtuoso en ella a tan pronta edad. Que la disfrute y que nosotros, su público, disfrutemos de su obra. Creo que surgió otra estrella venezolana. Tendremos noticias.-

@joseagilyepes

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