Testimonios

Benedicto XVI: «Su vida, su estilo, sus relaciones, sus obras y gestos y su fe sin manipulación mediática son el Testamento de Ratzinger»

Luis Badilla:

«Será relevante conocer las provisiones que dejó para su funeral, entierro y otros asuntos relacionados»

 

«Será igualmente relevante conocer las reflexiones póstumas que deja al Pueblo de Dios al que guió y alimentó con su ministerio y magisterio»

 

Estamos a la espera de conocer, y tal vez leer, parte o todo el texto del testamento espiritual del Papa Benedicto XVI. Todos sabemos que Joseph Ratzinger, hace casi 10 años, en Castel Gandolfo, el 28 de febrero de 2013, comenzó «la última etapa de su peregrinación en esta tierra: ‘la noche oscura'» (Cap. 1, J.Ratzinger «Introducción al cristianismo», Queriniana). Unos minutos antes del comienzo de la sede vacante por renuncia (20.00 horas), el Papa Benedicto XVI se despidió con unas palabras que constituyen la primera parte de su testamento:

«Queridos amigos, estoy feliz de estar con vosotros, rodeado de la belleza de la creación y de vuestra simpatía, que me hace mucho bien. Gracias por vuestra amistad, vuestro afecto. Sabéis que este día mío es diferente de los anteriores; ya no soy el Sumo Pontífice de la Iglesia católica: hasta las ocho de la tarde lo seguiré siendo, luego ya no. Soy simplemente un peregrino que comienza la última etapa de su peregrinación en esta tierra. Pero aún quisiera, con mi corazón, con mi amor, con mi oración, con mi reflexión, con toda mi fuerza interior, trabajar por el bien común y por el bien de la Iglesia y de la humanidad. Y me siento muy apoyada por vuestra simpatía. Avancemos juntos con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo. Gracias, ahora les imparto mi Bendición de todo corazón. Que Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo nos bendiga. Gracias, buenas noches. Gracias a todos».

Benedicto

Benedicto

 

Han pasado casi otros 10 años desde entonces, y este testamento ha adquirido sin duda nuevas formas y contenidos. Entre ellas, será relevante conocer las provisiones que dejó para su funeral, entierro y otros asuntos relacionados. Será igualmente relevante conocer las reflexiones póstumas que deja al Pueblo de Dios al que guió y alimentó con su ministerio y magisterio.

A muchos expertos les parece que el Papa Benedicto en su biografía, escrita por Peter Seewald, y en el libro «Últimas conversaciones», ha entrado en más detalles tanto sobre su renuncia como sobre su muerte, pero seguramente podría añadir más en su testamento. En cualquier caso, serían reflexiones abordadas a la luz de lo que ya ha dicho:

«Hay que prepararse para la muerte», afirmó Benedicto XVI. No en el sentido de realizar determinados actos, sino de vivir preparándose para pasar el último examen ante Dios. Dejar este mundo y presentarme ante Él y los santos, amigos y enemigos. Para, digamos, aceptar la finitud de esta vida y ponerse en camino para alcanzar la presencia de Dios». –

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