José Gregorio había acabado los estudios de post grado en la ciudad de Nueva York y decide visitar a su sobrino el médico Temístocles Carvallo, que se encontraba residenciado en la ciudad de México. Nos cuenta su sobrino Ernesto Hernández Briceño la siguiente anécdota:
“Cuando acababa de llegar a la ciudad de Méjico; estuvo a punto de ser víctima de un accidente, el coche que tomó para ir a la casa de nuestro primo, nos contó que durante el trayecto, observó que había mucho bullicio en las calles por ser día de Navidad, un automóvil desembocó a gran velocidad por una boca calle al mismo tiempo que desembocaba el coche en que viajaba, atropellando al caballo y volteando el coche, gracias a Dios no tuvo consecuencia que lamentar este incidente tanto para él como para el cochero.”
Alfredo Gómez Bolívar
*Tomado del libro de su sobrino
“Nuestro tío José Gregorio” de Ernesto Hernández Briceño de 1.956.