El Mundo

Ortega jura para su quinto mandato rodeado de dictadores y prófugos de la justicia

El exguerrillero sandinista, de 76 años, que gobierna sin contrapesos en Nicaragua desde 2012, cumple 15 años seguidos en el poder

El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo fue juramentado como los gobernantes de Nicaragua en un evento agridulce, en el que los grandes ausentes fueron los países democráticos del globo. Los únicos dos jefes de Estado que arribaron este 10 de enero a Managua fueron Nicolás MaduroyMiguel Díaz-Canel. De ahí, Ortega estuvo acompañado de dos prófugos de la justicia: Salvador Sánchez Cerén, expresidente de El Salvador y Mauricio Funes, también exmandatario salvadoreño con procesos judiciales abiertos en su país.

La ausencia de Estados Unidos como potencia y aliado intentó llenarse con China, presidida por el Partido Comunista de tintes autoritarios. Al evento asistió Cao Jianming, enviado especial y vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, con una numerosa comitiva que, horas antes de la investidura, se reunión con los dictadores sandinistas para firmar un tratado que busca revivir la ruta de la seda, la gran ambicioso del país asíatico que abarca un plan expansionista por América.

En su discurso, Ortega se encargó de tildar de «imperialistas» y «colonialistas» a Estados Unidos y a la Unión Europea, que el lunes impusieron nuevas sanciones a funcionarios y familiares del régimen, incluidos tres miembros del grupo de negocios del Ejército, uno de los más rentables del país. Así, la toma de la pareja presidencial estuvo marcada por un ritmo vertiginoso que podría definir su próximo mandato.

Ortega también se encargó de revivir viejas rencillas con los estadounidenses y a reclamar una millonaria indemnización por los daños provocados por la guerra de los ochenta, que sumió al país en la violencia. «El presidente Biden tiene la oportunidad de hacer un giro histórico y valiente, donde indemnice al pueblo nicaragüense. No estamos pidiendo limosnas, es de justicia», agregó. Para congraciarse con sus invitados, pidió también el levantamiento del bloqueo contra Cuba y la liberación de Alex Saab, el operador político de Maduro que enfrenta un proceso judicial en Estados Unidos por un rosario de delitos.

La tarima fue llenada por activistas y figuras diplomáticas de bajo perfil. «El Gobierno yanqui no manda delegados, qué mejor expresión qué mayor orgullo que tener aquí como representante y delegado del pueblo norteamericano a ciudadanos dignos que luchan por el país», agregó en alusión al veterano de guerra Brian Wilson, quien estuvo sentado en la tarima principal.

Finalmente, la banda presidencial le fue impuesta al caudillo sandinista, bajo un costo político elevado. Ortega y Murillo llegan a este punto después de haber encarcelado a más de cuarenta activistas y críticos de su gobierno, incluidos a siete aspirantes de oposición. En las elecciones del 7 de noviembre no tuvo competencia, más que el colaboracionismo de cinco partidos cómplices. Los resultados fueron denunciados y rechazados por la comunidad internacional, la misma que exige nuevas elecciones para Nicaragua.-

Francisco Villalta/CORRESPONSAL EN MANAGUA

ABC de Madrid

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