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Liderazgo, política y organización

Hay dos ideas que deseo enfatizar, por un lado, el liderazgo es una función de dirección en un contexto organizativo dirigido al logro mutuo. Por otro lado, el liderazgo actual debe tener un carácter ético-moral

Jesús Mazzei:

Este es un tema de permanente actualidad y más en la Venezuela hoy. Qué entendemos por liderazgo es una interrogante que nos solemos hacer muchas veces. Desde el punto de vista psicológico, su característica fundamental viene dada por la influencia que ejerce una persona sobre otra. Desde el punto de vista politológico es la conducción para el ejercicio del poder en búsqueda del bien común y la justicia. En términos comunes, se define como capacidad para conducir, dirigir, llevar adelante unos objetivos, un propósito. El liderazgo tiene dos bases fundamentales: es una función de dirección y de conducción. ¿Qué es ser líder? Esto nos lleva a analizar sus componentes.

En su último texto Henry Kissinger nos escribe sobre liderazgo, nos dice lo siguiente “…Para que las estrategias inspiren a la sociedad, los líderes tienen que ser didácticos: comunicar los objetivos, mitigar las dudas y movilizar apoyos. Si bien el Estado tiene por definición el monopolio de la fuerza, la dependencia de la coerción es síntoma de un liderazgo inadecuado; los buenos líderes despiertan en el pueblo el deseo de caminar a su lado. Además, deben motivar a su entorno inmediato para que traduzca sus ideas, de manera que estas guarden relación con las cuestiones prácticas cotidianas. Ese equipo dinámico que le rodea es el complemento visible de la vitalidad interior del líder; le proporciona apoyo en su camino y hace más tolerables los dilemas de la toma de decisiones. Los líderes pueden verse magnificados —o debilitados— por las cualidades de quienes les rodean. Los atributos vitales que necesita un líder para afrontar estas tareas, y el puente entre el pasado y el futuro, son la valentía y el carácter: la valentía para elegir una dirección entre diversas opciones complejas y difíciles, lo cual requiere voluntad para trascender la rutina; y la fuerza de carácter para mantener un curso de acción cuyos beneficios y peligros, en el momento de la elección, solo pueden vislumbrarse de forma incompleta. El valor emplaza a la virtud en el momento de la decisión; el carácter refuerza la fidelidad a los valores durante un periodo prolongado. El liderazgo es aún más esencial durante las transiciones, cuando los valores y las instituciones pierden relevancia, y el plan esbozado para un futuro digno es objeto de disputa….”

Aspectos importantes a ser tomados en cuenta. En ese sentido, la influencia es un elemento a ser tomado en cuenta. Ella se entiende como la habilidad social que posee un líder, para captar la voluntad de otros para dejarse invadir en su estructura personal, para cambiar en la dirección que sugiere el líder. Hay una relación interpersonal y además, de persona-grupo, en ella se da lo que algunos autores de acuerdo con Katz y Kahn, denominan influencia diferencial, es lo que caracteriza al liderazgo en términos políticos. Aquí deben presentarse varios aspectos que lo caracterizan: Carisma, es decir, que tengan capacidad de entusiasmar a sus seguidores, de transmitir valores (lealtad, orgullo, fe en el futuro, sentido de proyecto de sociedad, autoestima, entre otros). En esto el liderazgo político con fallado.

Hay líderes que son transformacionales y otros de carácter transaccional, unos inspiran, son carismáticos y visionarios, otros, buscan un acuerdo o gestionar un negocio y en el caso del político tratar de gestionar la cuestión pública. Por ejemplo, cuando es un sistema con varios actores con objetivos múltiples y distintos niveles jerárquicos como liderar, es una organización compleja de liderar y manejar.

El líder trabaja para sacar el máximo talento, y para ello debe haber respeto, confianza y motivación”, explica José María Gasalla, codirector del programa de coaching ejecutivo de Deusto Business School.

En el líder hay, además, una cierta consideración individual y personal. Esto quiere decir, una inclinación personal del líder hacia sus seguidores. Él sabe que su persona y figura son, en cierto sentido, un modelo para los suyos. Por último, la estimulación intelectual está relacionada con la capacidad del líder a pensar creativamente, a ser innovador en las ideas y a transmitir en los colaboradores la conciencia de los problemas y el modo de cómo resolverlos.

El otro componente es la relación individuo-grupo; el liderazgo no puede existir sin sensibilidad, sin conocimiento, comunicación y percepción de las necesidades del grupo o la sociedad. Hay una influencia interpersonal, de crecimiento mutuo y desarrollo personal. Indudablemente que para ejercer el liderazgo hay centrase en los procesos de toma de decisión, la logística y los detalles, aparte de tener cualidades de visionario y según algunos en lo micromanagement. El líder debe saber manejarse y moverse tanto en grupos pequeños como en grandes, la gestión de cada uno de ellos depende de la naturaleza de los problemas, el ambiente que los rodea. El líder debe desempeñarse bien en ambos contextos. Por ello se llega al elemental principio de Peter. Formación en liderazgo y comunicación, mentoring o coaching son algunas de las herramientas, que deben ser aprendidas por los líderes.

Deseo reiterar y subrayar una idea que quizás, la haya señalado antes la relación del liderazgo con el poder. El Poder, en efecto, no solamente se entiende como capacidad de influencia, sino como una relación. Todos los líderes tienen poder, pero no todos los que detentan poder son líderes. El poder es también algo que sobrepasa al puesto que ocupa al líder, porque es un aspecto de él. Ya que el liderazgo sobre seres humanos se ejercita cuando personas con ciertos motivos y objetivos movilizan recursos institucionales, políticos, psicológicos y además, potencian y satisfacen los motivos de sus seguidores. Aquí no nos referimos al poder como manipulación, opresión, sino como una relación cualitativa, en cuanto es valiosa tanto para el líder como para los seguidores. Hay decisiones en certidumbre como en riesgo y aquí se ejerce unos tipos diferentes de liderazgo.

Hay dos ideas que deseo enfatizar, por un lado, el liderazgo es una función de dirección en un contexto organizativo dirigido al logro mutuo. Por otro lado, el liderazgo actual debe tener un carácter ético-moral.

El último elemento son los valores. Esto es esencial porque va asociado a toda nuestra argumentación anterior, porque el liderazgo debe tener como marco unos valores; por ejemplo, ¿qué tipo de sociedad desearía contribuir a crea y potenciar? ¿Qué tipo de relaciones interorganizativas le interesa fomentar?, y así se pueden hacer otras interrogantes. Lo importante de los valores es que, en gran parte, el éxito de algunos líderes se basa en la existencia de creencias, de muchos valores, marcos de referencia (lealtad, perseverancia, fe). En fin, la base del líder es saber gestionarse. El liderazgo debe estar al servicio de lograr unos objetivos, liderar para la transformación.

En política, esto es esencial, el politólogo Manual Alcantará lo resume en lo siguiente “…La academia centra las explicaciones del éxito o, en estos casos, del fracaso de la política, en hechos que ocurren en tres tipos de ámbitos. El primero se relaciona con asuntos que están vinculados con el diseño institucional. Aquí la forma de gobierno, presidencialista o parlamentaria, con sus diferentes matices, tiene mucho que ver, sin olvidar aspectos que están relacionados con los niveles de descentralización o con la legislación electoral y partidista existente. El segundo se refiere a la capacidad que la política tiene de afrontar (y de resolver) problemas que la gente considera perentorios. Por último, existen condicionantes de naturaleza estructural en el marco societal y cultural que pueden dificultar el ejercicio de la política por la profunda carga de desigualdad que acarrean históricamente…” y añade con que “…Resulta chocante que al tratar de entender las razones de un fracaso se ponga el acento exclusivamente en factores de orden organizacional o procedimental, con lo que se dejan de lado los que están relacionados con los que atañen a la persona que lideró la acción. La experiencia, el conocimiento, las habilidades comunicacionales, la empatía, el carácter, la integridad, la salud suponen un hilo de elementos que configuran a quienes van a asumir la responsabilidad del mando en la esfera pública…”

Finalmente, Alcantará en otro párrafo, lo resume así” … Todo ello establece un conjunto de habilidades y de conocimiento. Son componentes que se requieren en cualquier profesión, entendida como una tarea a la que se dedica tiempo y esfuerzo con una remuneración como contrapartida y que en el ámbito de la política supone, además, el manejo del poder con una determinada finalidad…” afirmo, el ejerció de la justicia y el bien común, dentro de una sociedad política plural, abierta y competitiva. Y de esto adolece hoy el país en la presencia del liderazgo político de relevo generacional.-

jesusmazzei@gmail.com

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