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Shevchuk: El Papa Francisco ofrece una voz única para la paz

En una entrevista con Vatican News, el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk, líder de la Iglesia greco-católica ucraniana, afirma que en esta Pascua, Cristo les da esperanza y certeza de un futuro mejor por delante, y expresa su gratitud al Santo Padre por ser una voz singular en el trabajo por la paz

A pesar de la trágica guerra en curso en Ucrania que trae muerte y destrucción, el jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana dice que, al celebrar la Pascua, Cristo, como su fuente de esperanza y resistencia, les permite mantener la esperanza de un final de la guerra, y que la paz, la vida y la resurrección, tendrán la última palabra.

En una entrevista concedida a Radio Vaticana – Vatican News, el arzobispo mayor de Kyiv-Halyc, Sviatoslav Shevchuk, así lo expresó, manifestando su gratitud al Papa Francisco por su constante cercanía y sus llamamientos, y, en particular, por ofrecer una voz única sobre cómo encontrar soluciones pacíficas.

Su Beatitud habla de la Pascua greco-católica ucraniana en medio de los escombros y la guerra, de la oportunidad de las advertencias del Santo Padre a lo largo de su pontificado sobre las armas nucleares y de cómo trabajar por la paz incluso cuando su país se enfrenta a la guerra y al sufrimiento desde hace más de un año, tras la invasión rusa.

Su Beatitud: en Ucrania, en Pascua, los creyentes se saludan con las palabras «Cristo ha resucitado, en verdad ha resucitado». ¿Qué significado tiene este saludo en el contexto de la guerra que dura desde hace más de un año?

Pues bien, para nosotros, este no es un simple saludo, sino la proclamación de la fe cristiana y también de una revelación de la autenticidad de nuestra existencia como cristianos. Recuerdo cuando, en la época soviética, cuando era niño, con estos saludos, me dirigí a un representante del Partido Comunista sin ser consciente de ello. Y le dije: «Cristo ha resucitado». Y él respondió: «Sí, gracias. Ya estaba informado». Pero estar informado y tener derecho a proclamar «En verdad ha resucitado» son dos perspectivas distintas. Y hoy podemos compartir nuestra experiencia de la trágica situación, de los trágicos momentos del pueblo ucraniano. Cristo ha resucitado. Él está con nosotros, y es fuente de nuestra resiliencia y fuente de nuestra esperanza, esperanza en el futuro, esperanza en que un día esta guerra terminará, y entonces, la paz, la vida y la resurrección, tendrán la última palabra en nuestra historia.

El Santo Padre ha hecho innumerables llamamientos en favor de Ucrania y para ayudar a los que sufren. ¿Qué ha significado para usted y qué valor han tenido esos llamamientos?

Para nosotros es muy importante que no nos abandonen, que en nuestros sufrimientos no estemos solos. Y el Santo Padre habla no solo a los ucranianos, sino también en nombre de los ucranianos al mundo. Y cada vez que intenta anunciar al mundo la tragedia que está ocurriendo en Ucrania, para nosotros sus palabras son vivificantes. Gracias a la solidaridad mundial, hemos podido soportar las consecuencias de esta guerra. Gracias a Dios y gracias al Santo Padre, esta crisis humanitaria, provocada por la guerra, la tragedia humanitaria no se agravó. Nadie en Ucrania murió de hambre, sed o frío. Pudimos prestar nuestra ayuda a los que son víctimas de esta invasión rusa. Por eso, cada oración, cada llamamiento del Santo Padre al mundo por nosotros, es un mensaje de vida.

El Papa Francisco ha animado a encontrar soluciones pacíficas a la guerra. En su opinión, ¿se vislumbra un posible camino hacia la paz que haga hincapié en la mediación y los esfuerzos de consolidación de la paz en lugar de en las armas y la violencia? ¿Y cómo?

Rezamos por la paz. Luchamos por la paz. Por supuesto, esta paz ahora mismo suena como un milagro, como algo que debería estar sucediendo, pero cuándo, no lo sabemos. No hay perspectivas humanas de un alto al fuego inmediato en esta guerra. Pero creemos que los milagros ocurren. Quizá algún día disfrutemos de la paz en nuestra tierra ucraniana.

A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco ha advertido constantemente contra los peligros de las armas nucleares. ¿Por qué es especialmente importante su mensaje en este momento?

Porque ahora mismo, el mundo se encuentra de nuevo al borde de un enfrentamiento nuclear. Cuando el derecho internacional ya no funciona, nadie en el mundo se siente seguro. ¿Y qué seguridad, qué argumento, [tienen] muchas, muchas naciones hoy en día? Solo armas nucleares, potencias nucleares. Y eso es muy triste porque estamos siendo testigos de cómo la escalada y la militarización de las relaciones internacionales se están produciendo ahora mismo. Y el Papa Francisco es casi una voz única para el mundo diciendo: «Por favor, deténganse. No usen ese argumento como argumento en sus negociaciones». No podemos discutir, con chantajes, utilizando la energía nuclear, porque este hecho provocará un desastre para todo el mundo.

Cristo Resucitado se manifestó primero a las mujeres. ¿Qué papel desempeñan las mujeres ucranianas, y en particular dentro de la Iglesia, en estos tiempos difíciles?

Las mujeres en Ucrania son una piedra angular de nuestra sociedad. Muy a menudo, diríamos que en la cultura ucraniana tenemos un matriarcado. Así, una madre, una mujer, es la persona que más ha anunciado, proclamado la fe cristiana en Ucrania. Y el segundo domingo después de Pascua, tenemos un domingo dedicado a las mujeres portadoras de mirra.

El papel de las mujeres en la misión de evangelización hoy en Ucrania es crucial. Casi el 99% de los catequistas de nuestras comunidades son mujeres, pero también nuestro clero está casado en su mayoría, por lo que el papel de la esposa del sacerdote es muy importante en la parroquia y en la comunidad parroquial. Muy a menudo, la gente se dirige primero a la esposa del sacerdote, y luego a él, sobre todo en algunas cuestiones delicadas para las mujeres. La madre es una imagen de Ucrania hoy en día. Una Iglesia como madre es algo muy, muy importante, diría yo, elocuente para los ucranianos de hoy especialmente. La Madre Iglesia, madre y maestra, madre y protectora, es un icono de nuestra Iglesia de hoy.

¿Que tan difícil es transmitir esta fe cuando hay tanto dolor y tantas muertes alrededor? ¿Cómo ofrecer un mensaje de esperanza y de fe en medio de tanta tristeza en estos momentos?

En esas circunstancias, nosotros mismos experimentamos que el mensaje cristiano no es una idea, sino una experiencia que da vida. Por eso, al compartir nuestro mensaje, compartimos nuestra experiencia. Compartimos nuestra propia fuente de esperanza, nuestra propia fuente de resistencia. Así que la gente nos escucha, pero también nos mira: ¿Cómo encarnamos nosotros mismos este mensaje en nuestra propia vida? Muy a menudo asistimos hoy a un momento excepcional de conversión de tantas personas en Ucrania, porque buscan un sentido profundo a esas circunstancias tan difíciles: Por qué nos está pasando a nosotros. ¿Qué debemos hacer? ¿Es correcto lo que estamos haciendo? Y muy a menudo esos mensajes o esas preguntas sólo pueden tener respuesta si estamos a la escucha de la Palabra de Dios, y sólo si somos miembros de una comunidad que vive ese mensaje, esa buena nueva, que proclamamos cada día.

¿Desea añadir algo más, Su Beatitud?

Bueno, desde el fondo de nuestro corazón, desde Ucrania, desde la capital de Ucrania, Kyiv, nos gustaría transmitir la autenticidad de ese mensaje: Cristo ha resucitado. Cristo ha resucitado».  Cristo está con nosotros. Tenemos una esperanza porque participamos en Su Resurrección. Este mensaje, «Cristo ha resucitado», no sólo se refiere a Él, sino también a nosotros, y a la proclamación de la esperanza cristiana para hoy.-

Deborah Castellano Lubov – Vatican News

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