Iglesia Venezolana

Mensaje por 94 años de la Acción Católica de Venezuela

Mensaje de Ayoze Pacheco, presidente de la Acción Católica de Venezuela, con motivo de la celebración de los 94 años del Movimiento Acción Católica

 

Buenos días a todos, gracias a nuestro querido Monseñor José Luis Azuaje, arzobispo de Maracaibo, por acompañarnos esta mañana en la que celebramos el 94 aniversario de la Acción Católica de Maracaibo; gracias a esta hermosa parroquia Santa María Niña por acogernos en esta nuestra celebración, gracias a su párroco padre Pineda por su constancia en esta hermosa misión de acompañarnos en la construcción de una Acción Católica en salida, expresión actual de una propuesta que nace de nuestros sumos pontífices, en especial Benedicto XV, PÍO X y PÍO XI quienes formalizaron su institución y que fue ratificada en varios documentos del Concilio Vaticano II.

Hoy también es propicio agradecer a todas las personas que durante 94 años han pasado por estas filas, creyeron en esta propuesta y sumaron su valioso aporte, aquellos que vivieron los altos y bajos, entregaron su tiempo y sus ilusiones y sobre todo pusieron en servicio su fe en el Evangelio y en la Iglesia.

Algunos de ellos ya partieron al regazo de Nuestro Señor con la esperanza del Reino y otros están aquí presentes, todos con un mismo sueño construir una iglesia de discípulos misioneros para esta tierra que tanto lo necesita.

Sin ellos no fuese posible celebrar esa hermosa historia.

Se que muchos de ustedes al igual que yo, en algún momento han considerado renunciar a esta misión, desistir de la difícil tarea de explicar lo que es la Acción Católica.

Queridos militantes, no se frustren por eso. Desde su fundación, han pasado varios sucesores de PEDRO, nuestros propios PAPA, que han hablado de manera constante sobre la importancia de este proyecto que ellos mismos formaron y fundaron.

Han explicado una y otra vez que ellos ven y definen a la Acción Católica como el propio Accionar del PAPA y de la iglesia en el mundo, han tratado una y otra vez de hacer ver que la Acción Católica representa de manera hermosa la verdadera comunión y sinodalidad del laicado pero la tarea no les ha sido fácil, ni siquiera para ellos mismos.

En este sentido, ¿qué puede quedar para nosotros?, ¿qué puede quedar para unos jóvenes que con la ilusión de transformar el mundo, llegan a una parroquia y se consiguen con estructuras de la propia iglesia a todo nivel que no conocen el proyecto, que no lo entienden y que incluso se atreven a decir que son propuestas personales, a pesar de tener muchas páginas escritas en el Concilio Vaticano Segundo que lo definen muy bien.

Y es que ser discípulo misionero no es una tarea fácil desde su origen, nunca ha sido fácil, ni para Jesús, ni para sus apóstoles, ni para sus discípulos, no es una pastilla de FE o un momento de nuestras vidas que funciona como el Alka-Seltzer, que solo dura un rato y luego te sientes totalmente vacío.

Ser discípulo misionero es construir un verdadero proyecto personal de vida cristiana inclusivo, es trabajar en todas las dimensiones espirituales para lograrlo, es insertarse en la periferia de las parroquias para cambiar entornos, es entregar tiempo, esfuerzo e incluso dolor y perdón a nuestras propias debilidades y la de nuestra propia iglesia, es ser MISIÓN con todos y para todos.

Es importante queridos militantes entender este punto, ser misión con todos y para todos es destruir nuestros propios YO y luchar de manera incansable por un enorme NOSOTROS en nuestras vidas y en nuestra iglesia, porque construir un proyecto de vida cristiana termina el día que nos morimos, el día que nos vamos a nuestro encuentro definitivo con el Padre y ahí solo ahí descubriremos cuánto cumplimos de la hermosa tarea de ser discípulos misioneros según el plan de Jesús en nuestras propias vidas.

Por eso los invito a vivir con pasión esta hermosa tarea de ser Acción Católica, por eso les invito a no desistir a pesar de las barreras, a pesar de las tentaciones, a no rendirnos, a seguir construyendo las bases de la sinodalidad y el encuentro de todos a través de nuestras filas.

A trabajar arduamente con cada sacerdote que abra las puertas y siempre de la mano de nuestros obispos en la diócesis donde cada quien esté.

Sin el obispo no hay Acción Católica y nosotros debemos estar al servicio de la iglesia que ellos construyen y pastorean, pues la diocesaneidad es uno de los pilares fundamentales de la Acción Católica desde sus orígenes.

Es importante que tengamos presente nuestra misión de servicio para la Iglesia a través de nuestra arquidiócesis, somos responsables de crear espacios de comunión y participación para todos los grupos, asociaciones y apostolados laicos, respetando las variadas espiritualidades y carismas, para que todo laico encuentre y entienda las guías pastorales de nuestro arzobispo, donde juntos podamos discernir el camino y caminarlo juntos hacia el encuentro con el Señor.

Hoy es más necesario que nunca esforzarnos y entender que vivimos en un mundo adicto, adicto al poder, al trabajo, a las redes digitales, a las drogas, al sexo, y un sin fin de etcéteras en adicciones, con una enorme carencia de valores, pero sobre todo la carencia de un JESUS vivo y resucitado.

Pero no todo está perdido, esa es la gran tarea que seamos capaces desde la propia iglesia, y desde nuestras filas de formas a esos jóvenes, adultos y matrimonios que pongan de moda lo bueno, la misión de Jesús, la construcción de la sociedad del amor y de la PAZ.

Maracaibo ha hecho un esfuerzo increíble en este sentido, hemos sido un factor fundamental para Venezuela. Gracias a nuestros militantes de Maracaibo se encendió la llama de otras diócesis de Venezuela que hoy caminan más vivas y relucientes que nunca, con muchas parroquias atendidas este año y cientos de nuevos militantes activos.

Aquí mismo en Maracaibo se consolida una estructura de matrimonios comprometidos que atienden, forman y acompañan a más de 100 matrimonios cada año en los valores y principios de nuestra Iglesia para LA FAMILIA.

Pudiera estar aquí años hablando de este tema porque realmente AMO este proyecto, porque AMO la familia que me regaló la Acción Católica en mi esposa que es la culpable de que esté aquí, bendita culpa, sin ella y sin la Acción Católica no amara tanto a nuestro señor Jesús y no luchara por construir mi propio proyecto de vida cristiana.

Por eso les puedo decir desde el corazón de un padre pecador:

– No se rindan, no se rindan de tocar puertas, de tender puentes.
– Sigan luchando
– Sigan los pasos de Jesús, no de los hombres que lleven las riendas
– Sean felices construyendo este hermoso proyecto.
– Y sobre todo griten duro y con orgullo:
¡Viva Cristo Rey!!!!

Un abrazo y que Dios los bendiga. Maracaibo 21 de agosto de 2022

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