Sacerdote explica el celibato en la Iglesia: ¿Por qué los curas no nos casamos?
En medio de recientes llamados a que se abandone el celibato sacerdotal en la Iglesia Católica, entre ellos el del Arzobispo de Múnich y Freising (Alemania), Cardenal Reinhard Marx, un presbítero español explicó “por qué los curas no nos casamos”.
En una reflexión publicada en Twitter, el P. Francisco Javier “Patxi” Bronchalo, de la diócesis española de Getafe, explicó que “ciertamente el celibato obligatorio se da en la Iglesia Católica latina. Las Iglesias orientales valoran el celibato, pero permiten ser sacerdotes a hombres casados”.
El P. Bronchalo indicó que el celibato en la Iglesia “es una cuestión que podría cambiar, no hay un mandato directo del Señor en esto”.
Sin embargo, precisó, “en ocasiones detrás de sacerdotes, obispos y cardenales que piden esto puede haber también heridas personales dentro de la vivencia (de) su sacerdocio. Digo ‘puede’, no afirmo tajantemente”.
El sacerdote español hizo “una pregunta para que me entendáis: ¿Qué pensáis (que) denota un hombre casado que se dedicase más a hablar de las nuevas formas matrimoniales que tendría que aceptar la Iglesia en vez de hablar de la belleza de su propia vida matrimonial?”.
Además, lamentó, “hay gente que pide el celibato para nosotros diciendo que no nos han dejado elegir, lo cual es falso”.
“Claro que nos han dejado elegir. Libremente hemos dicho que sí al celibato al recibir la ordenación, es algo que sabíamos que es parte esencial del sacerdocio”, subrayó.
“Y digo ‘esencial’ porque para entender el celibato en la Iglesia hay que darse cuenta de que está en el núcleo de lo que significa ser sacerdotes. El celibato no es un añadido o un complemento de quita y pon según los tiempos”, señaló.
“¿Qué está en el núcleo de la vida de los esposos? La entrega esponsal. El aprender a amarse en donación de la propia vida el uno por el otro, en el plano físico, en el psíquico y en el espiritual”, indicó.
El P. Bronchalo recordó que San Pablo, en la Carta a los Efesios, “exhorta a los esposos a amar a sus mujeres ‘como Cristo ama a su Iglesia’. ¿Y cómo ama Cristo a su Iglesia? Dando la vida por ella, toda su sangre, para que ella viva”.
“La clave para entender el celibato es que los sacerdotes también somos esposos. ¿De quién? De la Iglesia”, resaltó.
El sacerdote español señaló que “como todo hombre, también nosotros llevamos en el corazón el deseo de entregarnos, de cuidar, de guiar, de sostener y de dar vida. Tenemos un corazón de esposos”.
“Como buenos esposos, queremos amar a una sola mujer y amarla durante toda nuestra vida”, precisó.
“Esa mujer es la Iglesia, por ella nos entregamos, a ella cuidamos, sostenemos y guiamos, por ella damos la vida, a ella la defendemos y no tratamos de cambiarla y modelarla a nuestra medida”, añadió.
El P. Bronchalo destacó que “el celibato es mucho más que una antigua tradición, o que una norma disciplinar, o que una cuestión de exigencia práctica. A esas cosas se agarran los que quieren cambiarlo”.
“El celibato es una cuestión de esponsalidad. Somos esposos, no solterones, ni funcionarios”, resaltó.
“El sacerdote es ‘otro Cristo’. Amamos con corazón de hombre a la Iglesia mujer. Este es el motivo por el cual está reservado a hombres. También por lo que no sea para hombres que manifiesten tendencias homosexuales arraigadas, lo cual es tratado con mucha delicadeza en la Iglesia”, explicó.
Al finalizar su reflexión, el P. Bronchalo pidió a los laicos que no vean a los sacerdotes “como un trabajador más que hace un servicio, sino como esposos que estamos dando la vida cada día”.-