Varón o mujer
Rafael María de Balbín:
En el libro del Génesis (1:27) se enuncia el plan divino para las personas humanas: “Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó”. Varones o mujeres son personas humanas a los ojos de Dios, dotado de la dignidad que les confiere haber sido hechos a imagen de Dios. Esta es una consideración esencial: aparte de consideraciones accidentales prevalece siempre la condición de persona varón o persona mujer.
Por consiguiente siempre hay que tener en cuenta esa condición y dignidad, sea la que fuere la circunstancia accidental de aquella persona. No debemos relativizar la dignidad esencial de la persona. Tal como aparece en esta ajustada consideración: “Me gustaría comenzar subrayando que no podemos reducir a una persona a su orientación sexual. Yo prefiero no hablar de los «LGBT», sino de personas con conductas o tendencias homosexuales. Son personas tan amadas por Dios como cualquier hombre y cualquier mujer. Durante su Pasión, el Señor derramó su sangre por cada uno de ellos. Tenemos que mostrarles toda nuestra compasión” (CARD. IOSEPH SARAH. Se hace tarde y anochece, cap. v: El odio al hombre).
Dirijamos una mirada llena de consideración hacia toda persona: “Creo que las primeras víctimas de la ideología LGBT son las personas que practican una tendencia homosexual y, guiadas por sus militantes, acaban reduciendo toda su identidad a su conducta homosexual. Por eso hemos acabado hablando de la «comunidad gay» como si se tratara de personas aparte con una cultura común, con un modo concreto de vestir y de hablar, con unos barrios exclusivos para ellos en las ciudades e incluso con sus propias tiendas y restaurantes. ¡Están considerados como una comunidad étnica! A veces tengo la impresión de que la ideología gay promueve inconscientemente cierto comunitarismo. Pido a los creyentes tentados por la homosexualidad que no se dejen encerrar en esa prisión que es la ideología LGBT. ¡Sois hijos de Dios por el bautismo! Vuestro lugar, como el de todos los cristianos, está en la Iglesia. Y, si a veces el combate espiritual se hace demasiado duro, contáis con la ayuda de la caridad fraterna” (Ibidem).
Recordar el designio divino para el varón y la mujer forma parte importante de la misión evangelizadora de la Iglesia. En una cuestión tan esencial como la familia, los pueblos del mundo entero esperan de la Iglesia una enseñanza clara, firme y estable. “No tenemos derecho a abandonar a quienes esperan de nosotros que les indiquemos el camino que lleva a la santidad, también en el ámbito de la sexualidad” (Ibídem).
Así el Papa San Juan Pablo II en su exhortación Ecclesia in Europa (n. 90) escribía: «La Iglesia en Europa, en todos sus estamentos, ha de proponer con fidelidad la verdad sobre el matrimonio y la familia. Es una necesidad que siente de manera apremiante, porque sabe que dicha tarea le compete por la misión evangelizadora que su Esposo y Señor le ha confiado y que hoy se plantea con especial urgencia. En efecto, son muchos los factores culturales, sociales y políticos que contribuyen a provocar una crisis cada vez más evidente de la familia. Comprometen en buena medida la verdad y dignidad de la persona humana y ponen en tela de juicio, desvirtuándola, la idea misma de familia. El valor de la indisolubilidad matrimonial se tergiversa cada vez más; se reclaman formas de reconocimiento legal de las convivencias de hecho, equiparándolas al matrimonio legítimo; no faltan proyectos para aceptar modelos de pareja en los que la diferencia sexual no se considera esencial. En este contexto, se pide a la Iglesia que anuncie con renovado vigor lo que el Evangelio dice sobre el matrimonio y la familia, para comprender su sentido y su valor en el designio salvador de Dios».-
(rbalbin19@gmail.com)