Opinión

La Ley y el orden

 

Gloria Cuenca:

 

Como la maravillosa serie de TV, título del artículo de esta semana: su nombre es toda una síntesis verdadera y necesaria de la vida humana en sociedad. No resulta fácil ubicarse en el ámbito ético, tampoco en el jurídico. Por eso soy periodista y no abogada, como han dicho, algunas veces. No soy abogada-lo digo con sinceridad- por cuanto, considero esa profesión de las más difíciles del mundo. Si, como la medicina, por ejemplo. Nací y crecí en medio de abogados, mi padre y mi madre, ambos fueron profesionales del derecho. Estudié en Roma y en Venezuela 2 años de la ciencia jurídica. Al mismo tiempo comencé a estudiar periodismo y la “libertaria” que habita en mí, se fascinó con todo lo que implica esta bella y apasionante profesión. ¿Qué es de alto riesgo? Antes no se pensaba eso. Concuerdo con Gabriel García Márquez: “se trata, del mejor oficio del mundo”. En aquel tiempo, el problema era, que la ejercían mayoritariamente, varones. Otra historia.

El caso es que, en mi paso por la culta Universidad de Roma y en la milenaria ciudad, comprendí a fondo, lo que tanto cuesta a mis compatriotas:  la Ley hay que cumplirla, y su ignorancia no es una excusa para violentarla. Trato explicar, de manera resumida, que cuando hay ley, se produce orden, como consecuencia del acatamiento de la misma, dejando en suspenso el tema de sí es rígida o no, si me gusta o no, si la conozco o no. ¿Qué pasa cuando no se cumple la ley?

Las personas conscientes lo podemos decir: es el caos, la arbitrariedad y la sin razón, lo que impera. Todos estamos en riesgo. La ley está hecha para garantizarnos a los ciudadanos protección, estabilidad, seguridad, entre otros aspectos fundamentales para el desarrollo armónico de la vida. El caso es qué en nuestro país, la ley se hace para reprimir, agredir, encarcelar y molestar la vida de los venezolanos. Sin embargo, no debemos dejarnos llevar por eso, especialmente, quienes optan por salir del país, en busca de un mundo mejor. Al traspasar las fronteras, empieza una segunda visión de las cosas, donde la ley y su cumplimiento son imprescindibles.

En nuestro país, lamentablemente, se ha organizado al margen de la Ley, una estructura corrupta, podremos decir de “malandraje”, de “cuanto hay pa`eso”, “o, me das tanto, o no hay” sin que nadie pueda escapar de tal mecanismo de chantaje o extorsión. El régimen, recientemente, empieza a dar pasos tímidos, frente al desbarajuste que ellos mismos establecieron. Nadie cree nada. Algunos ingenuos se arriesgan, pretenden tomar fotografías a los “matraqueros y abusadores”. El régimen, como si no fuera con ellos no los respalda, ni apoya. Algunos de sus personeros, dicen: “Hay que permitir que los funcionarios ‘se resuelvan` porque sus salarios son miserables” ¿Qué tal? Este, especie de gran permiso, es para que, cada quien haga de las suyas. Contradice lo otro que se ha expresado: fotografiar o filmar a quien abuse. ¿Y, entonces?

No me canso de repetirlo, primero surgió el ethos, es decir, la ética como manera de ser o carácter del humano. Luego se pasó al mos, la costumbre, según los romanos, para llegar, finalmente al ius, el derecho. ¿Cómo ignorar el inicio de la civilización cuando el humano adquiere normas para la convivencia? ¿De dónde habrán sacado los marxistas esa idea espantosa de llegar al poder y quitar valor a las normas éticas y eliminar la estructura jurídica? Quienes me siguen y leen, saben que este es un tema que no abandono, ni abandonaré. Me preocupa, constantemente, que se formen más venezolanos sin estructura de valor, menos conscientes de la importancia de cumplir la Ley.

Cuando, se vayan (algún día se irán) uno de los problemas a resolver será- sin duda- la enseñanza de valores, de leyes, de normas y de reglas. Hay un montón de venezolanos, nacidos durante este desastre; no tienen idea de cómo debe ser la vida honesta y recta. Los han impulsado a vivir a “su aire” dirían los españoles, yo como caribeña, digo “medalaganariamente”, es decir, haciendo lo que les da la gana. No, literal, si, efectivamente.

Nunca es fácil este tipo de enseñanza, deben tener en cuenta que, además de la prédica, de hacer campañas educativas por los medios, de establecer materias desde primaria y durante la secundaria, también en las carreras universitarias, que se refieran a valores: ética y moral, además, resulta fundamental el ejemplo: si, es necesario predicar con el ejemplo. De nada valen las campañas, si en la República, en las regiones, en las comunidades, los dirigentes y líderes más importantes no demuestran en su vida cotidiana, en sus tareas y en su trabajo que son honestos, honrados, integrales en los procesos que les toca ejercer. Ojalá a la hora de elegirlos se piense en esas cualidades y no en temas frívolos, banales o mediocres.  Dios nos acompañe e ilumine en esa etapa.-

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