El Ejército ruso anuncia que concentrará su ofensiva solo en la «liberación» del este de Ucrania
El jefe de Estado mayor adjunto de las Fuerzas Armadas de Rusia, Serguéi Roudskoi, da por cumplidos los objetivos fijados al inicio de la invasión
A juzgar por el anuncio hecho este viernes por el general Serguéi Rudskói, jefe de la Dirección Operativa Principal del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas rusas, Moscú cambia radicalmente de estrategia en Ucrania y concentrará a partir de ahora todos sus esfuerzos solamente en conquistar lo que falta de las provincias de Donetsk y Lugansk, en el extremo este del país.
En la rueda de prensa celebrada este viernes, Rudskói aseguró que «se han completado con éxito las tareas principales de la primera etapa de la operación en Ucrania. El potencial de combate de las tropas ucranianas se ha reducido significativamente. Esto nos permite centrar todos nuestros esfuerzos en lograr el objetivo principal: la liberación de Donbass».
Según sus palabras, «antes del inicio de la operación especial en Ucrania, se consideraron dos escenarios de acción: limitarnos solo al territorio de las repúblicas populares -autoproclamadas- de Donetsk y Lugansk o llevar a cabo la desmilitarización y desnazificación en todo el país». «Como resultado, se eligió el segundo escenario», añadió el general ruso, que además es jefe adjunto del Alto Estado Mayor, y explicó que tal decisión se adoptó porque, de haber limitado la ofensiva solamente a Donbass, «nos hubiésemos enfrentado a la constante reposición del grupo de fuerzas por parte de la tropas ucranianas». Sin embargo, ahora, informó Rudskói, después de que «el potencial de combate del Ejército ucraniano se haya reducido significativamente», se ha hecho posible acometer la «liberación» de la parte este de Ucrania.
Ciudades «sitiadas»
El general ruso, no obstante, advirtió que, pese al cambio de estrategia, «no se puede descartar» que el Ejército ruso se lance a la toma de ciudades como Kiev, Járkov, Chernígov, Sumy o Mikolaiv, que están, según afirmó, «sitiadas». Rudskói dijo que el objetivo ahora consiste en «mantener inmovilizadas a las tropas ucranianas para evitar que refuercen sus efectivos en Donbass, hasta la completa liberación de Donetsk y Lugansk».
Manifestó además que Jersón y la mayor parte de la región de Zaporiyia «están bajo el control total de las Fuerzas Armadas rusas». Para ilustrar la supuesta debilidad del Ejército de Kiev, Rudskói subrayó que «las pérdidas de la tropas ucranianas ascienden a unos 30.000 efectivos, de los cuales 14.000 murieron», añadiendo que tales bajas son muy superiores a las sufridas por las tropas rusas, que cifró en 1.351 muertos y 3.825 heridos desde el 24 de febrero, cuando fue lanzada la invasión. Kiev, no obstante, habla de 16.100 militares rusos caídos en combate.
Al principio de la ofensiva rusa contra Ucrania, el presidente Vladímir Putin ya argumentó lo expresado ayer por el jefe adjunto del Alto Estado Mayor, es decir, que haber limitado la operación solamente a defender Donbass y recuperar todo el territorio de Donetsk y Lugansk con un Ejército ucraniano en las inmediaciones «reforzado en los últimos ocho años», subrayó, hubiera supuesto graves pérdidas.
Tras los acuerdos de Minsk de 2015, el Donetsk y el Lugansk rebeldes quedaron embutidos dentro de la llamada ‘línea de contacto’ con un territorio inferior al del conjunto de las dos provincias. Pero, después de que, en los días previos a la guerra, Putin reconociera a ambas formaciones como ‘estados independientes’, se tomó la decisión de que sus fronteras coincidieran, no con las establecidas en los acuerdos de Minsk, sino con el trazado oficial dentro de la demarcación ucraniana vigente desde la época soviética.
Contraofensivas
Así que había que arrebatar por la fuerza al Ejército de Kiev la parte de Donetsk y Lugansk bajo su control, ofensiva que, paralelamente a la invasión de todo el territorio ucraniano, fue lanzada por el jefe del Kremlin el pasado 24 de febrero. La sitiada, destruida y sumida en una brutal crisis humanitaria, Mariúpol, pertenece a la provincia de Donetsk.
Pero las fuerzas separatistas de Donbass con la ayuda del Ejército ruso y de unidades chechenas, pese a haber avanzado, no se han hecho todavía con ciudades importantes en esa zona ni en ninguna otra de Ucrania, salvo Jersón. El Ministerio de Defensa ruso reconocía ayer que los ucranianos mantienen todavía en su poder el 46 por ciento de la región de Donetsk, aunque si Rusia traslada tropas al este procedentes de las que tiene en otros puntos de Ucrania, la fuerza de empuje para arrancar a Zelenski todo Donetsk y Lugansk será mucho mayor.
Sin embargo, permitirá también a las tropas ucranianas recuperar terreno. De hecho, ya ayer, Kiev lanzó contraofensivas en varias direcciones aprovechando el repliegue ruso hacia Donbass. Según el asesor del Ministerio del Interior ucraniano, Vadim Denisenko, «estamos manteniendo las líneas y lanzado contraofensivas en la región de Kiev», lo que ha hecho posible recuperar las localidades de Berishevka, Hostomel e Irpín.
Según el asesor de la Presidencia ucraniana, Oleksiy Arestóvich, de los 12.000 soldados rusos presentes en los alrededores de Kiev, 3.000 se habían rendido y 4.000 han quedado embolsados. El alcalde de Borispil, Vladímir Borisenko, por su parte, sostiene que el Ejército ucraniano ha conseguido recuperar la localidad de Lukianovka.
Informaciones del Pentágono aseguran que las tropas rusas han perdido ya parte de la ciudad de Jersón, en donde estarían teniendo lugar combates con las fuerzas de Kiev. Mientras, el Ministerio de Defensa británico confirmaba ayer que Kiev ha recuperado 35 kilómetros al este de la capital en varios contraataques.