Cardenal Secretario de Estado del Vaticano recuerda en México que la Iglesia ha sido clara en distinguir lo religioso de lo político
En entrevista, el Cardenal afirmó: “No se pueden mezclar, cada uno tiene su ámbito de acción, su ámbito de competencias, de acercamiento, pero también hay necesidad de colaborar y esta necesidad parte del sujeto, de la persona, al cual se dirigen tanto la Iglesia y el Estado que es el ciudadano, el hombre, el fiel”
En el marco del encuentro académico que conmemora los 30 Años del restablecimiento de las Relaciones Diplomáticas entre México y la Santa Sede, el Cardenal Pietro Parolin ha recordado que la Iglesia católica siempre ha sido muy clara en distinguir que los ámbitos de lo religioso y lo político son distintos.
En entrevista, el Cardenal afirmó: “No se pueden mezclar, cada uno tiene su ámbito de acción, su ámbito de competencias, de acercamiento, pero también hay necesidad de colaborar y esta necesidad parte del sujeto, de la persona, al cual se dirigen tanto la Iglesia y el Estado que es el ciudadano, el hombre, el fiel”.
Aclaró que la libertad religiosa es un derecho de la persona no sólo de los creyentes, sino también de los no creyentes, en su derecho a vivir con plena libertad las opciones que en conciencia se realizan.
Respecto a la participación de los creyentes en la política y especialmente en el ejercicio de las libertades fundamentales que las instituciones deben garantizar, el Cardenal Pietro Parolin puntualizó que “la búsqueda personal de la verdad, así como la libertad de vivir -privada y públicamente- su fe”, es un derecho humano fundamental.
Por ello, afirmó que “la Iglesia tiene derecho a expresar su punto de vista también sobre la situación socioeconómica y política del país, no en aras de ponerse en contra de nadie, porque no es este el entendimiento de la Iglesia, sino el de dar aportes para mejorar la situación”.
Aseguró además que ha llegado el momento de un renovado pacto de mutua colaboración, marcado por un profundo respeto de la legítima distinción entre Estado e Iglesia, un pacto basado en el principio de la laicidad abierta.
Al respecto, el Secretario de Estado de la Santa Sede explicó que este principio no debe entenderse como una oposición, sino más bien como una necesaria renovación del compromiso y acción en favor del bien de todos.
Parolin aclaró que, desde hace algún tiempo, se habla de una laicidad positiva y constructiva; y consideró que, lejos de ser un motivo de división u oposición, el principio de laicidad tiene sobradas competencias para, por un lado, respetar y acoger la valiosa contribución que las convicciones espirituales ofrecen a la sociedad y, por el otro, actuar como barrera para cualquier tipo de desvío fundamentalista o secularista.
Firma convenio Códice de la Cruz-Badiano
Durante el encuentro académico y conmemorativo: “Laicidad abierta y libertad religiosa, una visión contemporánea” se ha firmado una carta de intención para promover el Códice Cruz-Badiano, documento de la medicina herbolaria antigua que estuvo en custodia por la Santa Sede durante más de un siglo y fue devuelto a México en 1992. El Códice Badiano es considerado como el texto más antiguo de medicina escrito en América.
El manuscrito fue elaborado en náhuatl por Martín de la Cruz y traducido al latín por Juan Badiano, ambos pertenecientes al Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco. Se deduce que los dibujos fueron elaborados por indígenas tlacuilos del mismo colegio.
Su nombre original es “Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis”, fue realizado a solicitud de Don Francisco de Mendoza, hijo del virrey de la Nueva España, para el Rey Carlos V en calidad de regalo.
El Códice Cruz-Badiano fue devuelto a México por el papa san Juan Pablo II, quien lo donó en 1992 a la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia como parte de los gestos de buena voluntad en el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre el Estado Mexicano y la Santa Sede y el reconocimiento en México de las asociaciones religiosas.-
(ZENIT Noticias / Ciudad de México, 26.04.2022)