Asoprogar: 35 años brindando cobijo a niños en riesgo social o abandono
La Asociación Civil sin fines de lucro lleva 35 años brindado hogar a más de un centenar de niños que, por estar en situación de riesgo, peligro o abandono, son objeto de una medida judicial por parte de un tribunal
Fabiana Ortega (RCL):
“Nuestra misión es formar y salvar vidas”. Así describe Asoprogar uno de sus miembros fundadores, Juan Carlos Zambrano. Él, junto a un equipo de casi 20 personas llevan adelante esta iniciativa dedicada a la construcción y mantenimiento de casas hogares para niños, niñas y adolescentes en situación de peligro, riesgo o abandono.
“Somos una asociación civil sin fines de lucro. Tenemos la misión de brindarles casa hogar a niños que son objetos de una medida judicial por parte de un tribunal. Estos niños son colocados en nuestras casas hogares, en principio, por un tiempo temporal; pero la experiencia ha demostrado que, en la mayoría de estos casos, los niños permanecen por largo tiempo, incluso hasta después de la mayoría de edad”, explica Mario González, director de Asoprogar.
Este mes de abril, Asoprogar cumplió 35 años proveyendo no solo de vivienda, alimentación, salud, educación, asistencia legal y psicológica a los niños que atiende, sino también inculcando valores católicos.
“La forma en la que Asoprogar trabaja es a través de convenios con congregaciones religiosas que son las que cuidan a los niños día a día; y nosotros nos encargamos de todo lo que tiene que ver con el tema legal, obtención de recursos, ropa, alimentos. Tratamos de transformar esas vidas —que vienen con problemas y dificultades— y les brindamos la oportunidad para que se puedan reinsertar en la sociedad, para que el día de mañana puedan ser padres de familia, con una vida íntegra”, agrega González.
Actualmente Asoprogar cuenta con cuatro casas hogares: dos casas ubicadas en Sabaneta, municipio El Hatillo, estado Miranda; y otras dos casas ubicadas en Los Teques, igualmente en la entidad mirandinda. Las primeras, a cargo de la Congregación Siervas del Santísimo y las últimas a cargo de las Hermanas Agustinas Recoleta del Corazón de Jesús.
“Tenemos una capacidad de 70 niños, aproximadamente. Nosotros nos debemos al Sistema de Protección. Normalmente los consejos de protección, tras recibir alguna denuncia de maltrato o abandono, son quienes nos llaman y nos solicitan algún cupo. Generalmente recibimos a niños entre 4 y 8 años. Pero dada las circunstancias del país, comenzamos a recibir hasta bebés, cosa que jamás había pasado”, lamenta González, quien a su vez precisa que actualmente atienden a tres niños menores de un año.
Adicionalmente, cuentan con dos casas en Caicaguana, municipio El Hatillo, pero aún no están en funcionamiento: “Lo más difícil de este apostolado es el cuido diario de los niños. Mientras no tengamos una congregación que pueda ocuparse de las casas, no disponemos de ellas y de esos espacios. Pero ahí está la capacidad que mañana pudiese ser llenada. Creemos que no hay un sueldo o un salario que pueda permitir atender a estos niños que vienen con tantas dificultades, de manera óptima. Para nosotros la filosofía es que debe haber alguna vocación y una entrega particular, sobre todo a Dios y al prójimo”, dice González.
La relación con Dios
González lleva al menos veinte años en la dirección de esta asociación, junto a dos hermanos, la cual surgió tras el sueño de un grupo de jóvenes católicos que regresaban de un colegio franciscano donde desarrollaron una gran sensibilidad social.
Su apostolado, como le define, lo lleva a la par con sus responsabilidades como esposo y padre de cuatro niños así como también con sus compromisos como ingeniero civil. Incluso, él mismo ha participado en la construcción de alguna de las casas.
Aunque asegura que al principio se involucró de forma tímida, por invitación de su hermana, fue a través de esta iniciativa, con el transcurso de los años, que conoció el verdadero significado de la caridad, a través de la fe. “Cuando tú ayudas a otra persona siempre te da satisfacción. Pero cuando tú lo haces desde el amor con Dios, la experiencia es más plena. Mi relación con Papá Dios se hizo más cercana y más humana”, afirma.
González, además es uno de los directores del Programa Coromoto 2020, un proyecto de un grupo de laicos comprometidos de la Iglesia Católica, sin fines de lucro, que surge como respuesta a la crisis alimentaria actual en Venezuela, a causa de la pandemia del Covid-19 y las dificultades de transporte, abastecimiento y la paralización de fuentes de ingresos.
“Son experiencias que le dan una trascendencia muy grande a mi vida. Quien no es capaz de abrirse a dar al otro, no está viviendo su fe como corresponde. Nosotros no seríamos personas coherentes si no nos fijamos en el prójimo; si no amamos al que no tiene; si no le damos la oportunidad a aquellas otras personas que no han tenido la fortuna de tener lo que uno tiene. Todos tenemos que ser responsables y corresponsables de ayudarnos entre nosotros”, sentencia González.
Dentro de sus mayores satisfacciones, cuenta González, está las historias de superación de muchos de los niños que albergaron. Entre ellos resalta la historia de un jóven de nombre Jonathan, quien vive hoy día en New Jersey, Estados Unidos, trabaja en una empresa de telecomunicaciones y tiene ya un hogar constituido. También destaca la del joven Manuel, quien por años vivió en una de las casas hogares y gracias al apoyo de una familia italiana, pudo viajar a España y estudiar en una de las escuelas culinarias más famosas en San Sebastián y ahora forma parte del equipo de cocina de un restaurante en Barcelona que tiene dos estrellas Michelín.
El contribuir al bien del prójimo y ver cómo también, además de edificios, puede construir vidas, es y seguirá siendo el impulso para seguir, no solo de González sino también de todo el equipo involucrado en Asoprogar, quienes apuestan al acondicionamiento de muchos más espacios para el fomento y la construcción de valores en la sociedad.
“Queremos que mucha gente se sume. Más allá de los recursos económicos, necesitamos profesionales que se sumen: psicólogos, odontólogos, médicos…¡manos que nos ayuden a pensar y trabajar! ¡Todo es útil!”, dijo Zambrano en un video institucional de Asoprogar.
Para más información puede consultar la página de Asoprograr www.asoprogar.org o a través de sus redes sociales @asoprogar, tanto en Instagram como en Twitter.