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Uniapac: “El coraje del cambio”, poner a las personas antes que a la economía

Uniapac, la organización de inspiración ecuménica que reúne a asociaciones y empresas cristianas en más de 40 países de Europa, América del Sur, Asia y África, emitió un comunicado en el cual invita a la UE a “apoyar una acción eficaz para garantizar que los salarios mínimos legales existentes no dejen a los trabajadores y sus familias en la pobreza”.

Ciudad del Vaticano

«La pandemia del coronavirus nos ha enseñado muchas lecciones, una de las más importantes es el beneficio de trabajar juntos», este es el centro del Comunicado titulado: «El coraje del cambio» emitido por Uniapac y firmado conjuntamente por el Presidente de Uniapac, Bruno Bobone, y Esther Lynch. Uniapac es una organización de inspiración ecuménica que reúne a asociaciones y empresas cristianas en más de 40 países de Europa, América del Sur, Asia y África y representa a más de 45.000 empresas líderes en sus sectores de la economía mundial, promoviendo una idea de economía al servicio de la dignidad humana y el bien común.

Las personas están antes que la economía

«La cooperación ha sido crucial para la protección de los trabajadores y sus puestos de trabajo, la supervivencia de las empresas y el bienestar de las personas y la sociedad.  Debemos anteponer la persona a la economía. Sin embargo, de cara a la recuperación pospandémica, ¿cómo podemos garantizar que los lugares de trabajo se conviertan en lugares que mejoren la calidad de vida de sus trabajadores, asegurando que serán recompensados justamente con un nivel de vida decente y motivado en el futuro?», se pregunta a continuación. De hecho, no siempre ha sido así en el pasado, según los datos: los bajos salarios, la precariedad, las malas condiciones de trabajo y los contratos ficticios han caracterizado las últimas décadas de forma tan completa que se han convertido en un patrón vicioso de crecimiento en algunas partes de Europa.

Los salarios mínimos no dejen a los trabajadores en la pobreza

«El número de trabajadores en riesgo de pobreza aumentó en la mayoría de los Estados miembros entre 2010 y 2019, a pesar de la mejora de la economía, dejando a alrededor de uno de cada diez trabajadores europeos por debajo del umbral de riesgo de pobreza», especifica el comunicado. En cambio, según Uniapac, «los salarios justos son sociales, equitativos y buenos para el crecimiento, la demanda, la productividad y la sociedad en general. Veintiún países de la UE han establecido salarios mínimos legales nacionales. La UE debe apoyar una acción eficaz para poner fin a esta situación y garantizar que los salarios mínimos legales existentes no dejen a los trabajadores y sus familias en la pobreza».

Se necesita un replanteamiento de la economía

La recuperación pospandémica, por tanto, debe suponer un replanteamiento de la economía europea, no sólo una vuelta a la «normalidad»: «Ya en mayo de 2019, el Papa Francisco hizo un llamamiento al cambio y desafió a imaginar otro tipo de economía que «incluya y no excluya, humanice y no deshumanice, cuide de la creación y no la devaste» – continúa – la injusticia del sistema actual está minando la estabilidad de la sociedad y generando peligrosos movimientos populistas. El Papa Francisco ha propuesto una transformación revolucionaria hacia una sociedad más humana con el bienestar y la felicidad de las personas en el centro.»

Garantizar el trabajo y una vida digna

«Hace falta valor para liderar, valor para cooperar, y valor es lo que se necesitará para garantizar que la UE hace lo necesario para avanzar y convertirse en un lugar más justo y civilizado en el que todos los salarios alcancen un umbral decente», prosigue la organización, «los gobiernos y los empresarios europeos deben aprovechar la oportunidad de actuar de forma responsable para mejorar las vidas, de modo que todos los trabajadores puedan llegar a fin de mes, pagar su alquiler y poner comida en la mesa para ellos y sus familias». Un salario mínimo adecuado es muy importante para garantizar un trabajo y una vida dignos a todos los trabajadores, pero no es suficiente. Un salario digno puede entenderse como el que permite cubrir el coste de la vida, la educación de los hijos, la plena participación en la sociedad y el desarrollo personal. Los salarios deben proporcionar una parte justa y reflejar la contribución de los trabajadores a los beneficios de la empresa».-

Vatican News

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