Lecturas recomendadas

Fortalecer la familia

Responde al designio original de Dios como raíz de la sociedad humana

Rafael María de Balbín:

Una constante que aparece siempre, con unas u otras modalidades, es la  familia. Responde al designio original de Dios como raíz de la sociedad humana. <<La pequeña familia doméstica y la gran familia de todos los seres humanos mantienen una relación íntima y originaria… La familia fue constituida, desde su mismo origen, como la imagen terrena de la familia trinitaria y como ámbito insustituible de la existencia humana>>. (CONCILIO PLENARIO DE VENEZUELA.  Iglesia y familia: Presente y futuro. Documento conciliar N° 6, n.2).

Dentro de sus rasgos fundamentales, cabe destacar las peculiaridades de la familia en distintos ámbitos y época.  <<La familia venezolana hay que describirla desde sus estructuras constitutivas, esto es, desde los vínculos que en ella se establecen y desde su función en el grupo humano donde convive. En Venezuela, tenemos un modelo que predomina sobre todos los demás: la familia matricentrada>> ( Idem, n. 7).

Aparece así una anomalía de fondo: <<Esta modalidad de familia está constituida en su estructura interna por la madre y sus hijos. A veces, los hijos provienen de distintos padres, fruto de la convivencia en concubinatos transitorios. En esta estructura familiar, la madre y los hijos son lo permanente como grupo familiar, mientras que el varón no es determinante; la madre, y no la pareja, es el centro de todos los vínculos, por lo que se la conoce como familia matricentrada y funciona tanto en sectores populares como en sectores de clase media o alta. Aunque en términos generales es común en todo el país, no es uniforme y hay diferencias según las regiones>> (Idem, n. 8).

Estas situaciones hacen ver la grandeza de la maternidad y a la vez restringen la adecuada función de la paternidad: <<En el seno de la familia matricentrada se forma un tipo de mujer y de varón profundamente marcados por la función de madre y la función de hijo, respectivamente. La mujer, desde niña, aprende a percibirse e identificarse con la función materna, así como el varón se forma e identifica como hijo, con las dificultades psicológicas y culturales para su identificación con la función de padre y ejercer a plenitud la paternidad. Igual dificultad existe en la mujer para permitir en el varón el ejercicio de esa paternidad, favoreciendo así el machismo>> (Idem, n.10).

Todo ello ha contribuido a la riqueza de las relaciones interpersonales: <<Por otra parte, la mujer en la familia matricentrada ha favorecido la transmisión de los valores de la fe, y ha forzado una identidad cultural que da especial relevancia a lo afectivo, la acogida, la capacidad de llegar a acuerdos, a la comprensión y solidaridad; a lo relacional por encima de lo individual, lo que conlleva grandes dosis de sacrificio. Los comportamientos no se dan en base a una disciplina impuesta, sino en base a acuerdos. Pero esta realidad tiene también sus aspectos negativos como la permisividad, una disciplina poco exigente y la ausencia del componente masculino de la autoridad>> (Idem, n. 11).

Hay también factores muy positivos. <<En el marco familiar se sigue manteniendo un concepto extensivo de familia, que incluye abuelos, tíos, padrinos, primos. La familia extensa funciona a todos los niveles como un importante instrumento de ayuda y solidaridad para que no se enfrente sola a los graves problemas que hoy se plantean como la salud, la educación, el trabajo y el disfrute del tiempo libre>> (Idem, n. 14).

Perviven restos del pasado, más o menos reciente. <<<Hay que considerar también, la familia tradicional, donde el padre es la cabeza de familia e impera una relación desigual y donde es tolerada la frecuente infidelidad del varón. Este modelo patriarcal funciona todavía como referencia de fondo por su estabilidad y por la ayuda que proporciona a sus miembros>> (Idem, n.15).

En la familia nuclear de padres e hijos se reconoce la igual dignidad de ambos cónyuges. <<La promoción de la mujer en la educación y su participación en el mercado laboral, son los factores que más influyen en esta tendencia, sin descartar la influencia positiva de la labor de la Iglesia, sobre todo en los sectores populares> (Idem, n.16).

El matrimonio ante la Iglesia necesita del apoyo y de la evangelización para que desarrolle todas sus virtualidades. Hay prejuicios y se desconoce con frecuencia la importancia y el valor del Sacramento. <<Si bien es cierto que en Venezuela muchas familias viven sacramentalmente su matrimonio, es frecuente la realidad de concubinatos estables, de cónyuges separados, de divorciados -y divorciados unidos en nueva pareja-, de madres solteras y adolescentes, realidad esta última de preocupante crecimiento>> (Idem, n. 18).

El deterioro general del mercado económico y laboral incide negativamente en muchas familias. <<El creciente número de mujeres solas con hijos constituye el nuevo rostro femenino de la pobreza. Estas mujeres son padre y madre al mismo tiempo, y tienen que recurrir a cualquier forma de trabajo, con graves consecuencias morales y sociales, como la violencia social, la esterilización, la prostitución y el aborto, generando una situación precaria de la familia>> (Idem, n. 20).

<<El deterioro galopante del poder adquisitivo durante los últimos veinte años ha golpeado tan duramente a la familia que la ha obligado a dar de sí sus mejores energías para atender a las necesidades básicas>> (Idem, n. 24). Al igual que el desempleo y la carencia de viviendas.

El matrimonio y la familia son fermento para la vida cristiana de toda la sociedad. <<La familia venezolana, inspirada en un sentido cristiano, fomenta y mantiene valores de gran influencia en la transformación de la sociedad, como son la solidaridad, la hospitalidad y el sentido de religiosidad. El “padrinazgo” es una institución muy tenida en cuenta por muchas familias y personas. Es digno de resaltar la acogida que algunas familias dan a hijos provenientes de familias en abandono o en situaciones precarias, lo que ha constituido una tradición muy arraigada y ha dado origen a los llamados “hijos de crianza” y resolvió en el pasado la actual realidad de los hijos de la calle>> (Idem, n. 21).

La sociedad actual está permeada y en parte configurada por las tecnologías informáticas. <<Los medios de comunicación social son vehículos de cultura y transmisión de valores que informan y unen; pero, en cuanto al tema de la familia, estos medios, en muchas ocasiones, resaltan una nueva cultura ajena a los valores cristianos. La exaltación de la homosexualidad, el permisivismo sexual, la mentalidad anti-vida, la violencia, la promoción de la infidelidad y de la inestabilidad del matrimonio, contribuyen a agravar el proceso de desintegración familiar>> (Idem, n. 28).

Hay un objetivo permanente: <<La Iglesia impulsa el matrimonio sacramento y defiende el protagonismo irreemplazable de la familia que, por derecho natural, tiene la función de procreadora, educadora y formadora de comunidad de amor y de vida>> (Idem, n. 31).

Se trata de fortalecer la institución familiar. Para ello hay que implementar iniciativas variadas (Idem, nn. 38 y ss.):

-Cursos de preparación para el matrimonio;

-Grupos apostólicos y movimientos familiares;

-Atención a las familias en situaciones especiales;

-Catequesis sobre los Sacramentos del Bautismo, Confirmación, Eucaristía y Penitencia y sobre el       Sacramento del matrimonio;

– Promover la figura integral del padre;

-Ayudar a construir matrimonios consistentes y estables que, unidas por el amor y el compromiso, sean generadoras de familias, ayudando, cuando sea necesario, a la santificación de los hogares;

-Ayudar a afrontar y resolver los conflictos provenientes tanto del interior de la familia cuanto de los ámbitos sociales, políticos y económicos que inciden en ella.-

(rbalbin19@gmail.com)

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