Trabajos especiales

Urgencia educativa

El Concilio Plenario de Venezuela se hacía eco de la enseñanza de la Conferencia de Santo Domingo (n. 263) acerca de la importancia de la Educación

Rafael María de Balbín:

 

<<El porvenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones futuras razones para vivir y razones para esperar>>  (CONCILIO VATICANO II, Constitución Gaudium et spes, n. 31).

 

El Concilio Plenario de Venezuela se hacía eco de la enseñanza de la Conferencia de Santo Domingo (n. 263) acerca de la importancia de la Educación: <<La misión de llevar la buena noticia de Jesucristo a todos los pueblos le exige a la Iglesia dedicar una atención especial al tema de la educación. La educación es un ministerio de servicio al hombre y al mundo. Proceso dinámico que dura toda la vida de la persona y de los pueblos. Recoge la memoria del pasado, enseña a vivir hoy y se proyecta hacia el futuro. Por esto, la presencia de la Iglesia en la educación es indispensable en la Nueva Evangelización>> (CONCILIO PLENARIO DE VENEZUELA,  La Iglesia y la educación, Documento conciliar Nº 12, n.1)

El Concilio Plenario  asume este mandato y ratifica la orientación de la Iglesia: <<El objetivo de toda educación genuina es humanizar, personalizar y socializar al ser humano, orientándole eficazmente hacia su fin último que trasciende la finitud esencial del hombre. La educación resultará más humanizadora en la medida en que se abra a la trascendencia, es decir, a la verdad y al Sumo Bien y al bien de las sociedades>> (Idem, n.2).

Se pueden apreciar diferentes rasgos característicos, unos positivos y otros negativos, de la educación en Venezuela:

-<<La preocupación por la educación ha estado siempre presente en la historia de Venezuela y ha sido muy diferente según épocas y gobiernos. Desde el inicio de su acción en Venezuela, la Iglesia ha hecho suya la labor educativa a través de su obra evangelizadora, creando escuelas, colegios, universidades, seminarios>>. (Idem, n.8).

– <<Desde el inicio de la República el Estado se atribuye la responsabilidad de brindar el servicio educativo y, desde 1830, se hace franca la tendencia de secularización de la instrucción y del peso creciente del Estado en ella>>. (Idem).

– <<En la última década del siglo XIX vuelven las Congregaciones Religiosas dedicadas a la Educación con un aporte significativo para el país. A partir de 1936, con el impacto del petróleo en la economía del país, la atención educativa en nuestra patria experimentó una notable expansión. Aumentó significativamente la cobertura de los niveles básico y medio, y se fortaleció la educación superior >>. (Idem, n. 9).

<<Esta notable expansión cuantitativa ha estado acompañada por la aspiración a una educación de calidad. Son numerosos los estudios, planes y esfuerzos realizados para conseguirla: congresos, cursos y talleres, publicaciones, investigaciones teóricas y experimentaciones prácticas, diagnósticos y propuestas >> (Idem, n.10).

<<A pesar de tantos esfuerzos positivos, y de las posibilidades económicas con que se ha contado, no se ha logrado la cobertura necesaria, ni se ha obtenido la calidad a que se aspiraba>>. (Idem, n-11).

<<A lo largo de la historia de Venezuela hemos asistido a diversos intentos por erradicar el analfabetismo y por incluir a la población no escolarizada, especialmente de sectores marginados; sin embargo, estos intentos no han logrado alcanzar el objetivo propuesto. En la actualidad se han multiplicado las oportunidades de educación en los diversos niveles, si bien estas iniciativas no están articuladas con la estructura educativa existente>>>. (Idem, n. 12).

<<Se lamenta, además, la insuficiente disponibilidad de recursos económicos para la educación, así como la injusta distribución del presupuesto educativo. En Venezuela, paradójicamente, se da menor asignación a los niveles de preescolar, básica y media, que al universitario >>. (Idem, n. 14).

<<El mundo universitario, en las últimas décadas, ha crecido significativamente, tanto en centros educativos como en carreras profesionales ofrecidas. Persisten, al mismo tiempo, problemas que afectan a todos los sectores: cuerpo directivo y docente, alumnado, personal administrativo y obrero. No se logran los ajustes necesarios para generar los cambios profundos que requiere el país ni se satisface la demanda de la población que aspira a formarse en este nivel educativo >>. (Idem, n. 15).

<<La afirmación de que el educando es el protagonista principal del propio aprendizaje y crecimiento personal, a menudo se queda en palabras, pues no va acompañada por enfoques y acciones que conlleven a la formación de personas dinámicas, activas, solidarias, participativas y comprometidas con el país >>. (Idem, n.22).

<<Es muy variada en nuestro ambiente la conciencia que se tiene acerca de la misión fundamental de la familia, como primera y principal educadora de los hijos, y de la incidencia de sus aportes en el desarrollo de la personalidad de los mismos, ya desde la gestación y de los primeros años de vida. Encontramos numerosas familias que asumen esa misión con gran responsabilidad: se preocupan por la salud física y emotiva de los hijos, por sus estudios, por inculcarles valores, por el mundo de relaciones que van estableciendo, por su formación religiosa… Pero hay otras muchas que tienen poca sensibilidad en este sentido o se sienten incapaces de asumirla>>. (Idem, n.24).

<<La necesaria relación entre las familias y los diferentes centros con los que comparten la misión de educación es, en general, deficiente y superficial, aunque se den ejemplos satisfactorios de colaboración y complemento. Algunos centros educativos ofrecen oportunidades de formación a los padres y madres de niños, adolescentes y jóvenes, para que desarrollen más adecuadamente su tarea educadora con resultados muy positivos. Pero constatamos, también, que estos programas de formación resultan insuficientes y que, a menudo, son pocos los padres que muestran interés en aprovechar lo que se les ofrece. Es significativa la ausencia del padre en esta relación con las instituciones; generalmente, se deja todo en manos de la madre>>. (Idem, ,n. 26).

<<Se constata una gran deserción escolar, especialmente desde la Tercera Etapa de la Educación Básica, justamente en esa edad de implicaciones tan importantes para dar sentido a la vida, descubrir la propia vocación y seguir una carrera o capacitarse para el trabajo técnico y artesanal. El sistema escolar no logra revertir esta tendencia >>. (Idem, n. 30).

<<Junto a centros educativos que funcionan en una excelente planta física, con frecuencia encontramos que las estructuras de muchas escuelas son absolutamente inadecuadas para la misión que se les asigna>>. (Idem, n. 31).

<<El país cuenta con numerosos profesionales que sienten un gran entusiasmo en su vocación de educadores y dan lo mejor de sí para llevar adelante esa misión, tanto en las escuelas públicas como en las privadas. Otros, en cambio, en su práctica educativa reflejan poca o desactualizada preparación, o ausencia de vocación>>. (Idem, n. 32).

<<Tanto las organizaciones oficiales como privadas, entre ellas las de la Iglesia, han hecho esfuerzos significativos para ofrecer formación a los educadores, conscientes de la importancia de su misión. Muchos docentes aprovechan con interés estas oportunidades, pero, es evidente, que el número al que se puede llegar es limitado y que no son pocos los que dejan de lado esta actualización >>. (Idem, n. 35).

<<Los diferentes gobiernos han establecido sus políticas, con mayor o menor insistencia, respetando, en algunos casos, los derechos de los otros actores o pretendiendo imponer, en otros, su visión del hombre y de la sociedad. La constante más característica de la relación ha sido de colaboración y respeto, aunque no faltaron las confrontaciones, en especial entre los poderes públicos y las instituciones privadas, Iglesia incluida. En algunos sectores gubernamentales prevalece la tendencia a imponer sus criterios en desmedro de la libertad y convicciones de las personas, familias y grupos>>. (Idem, n. 38).

<<Entre estos actores destacan los medios de comunicación social y las nuevas tecnologías que, por su fuerte incidencia en la determinación de aspiraciones y paradigmas, constituyen una inmensa posibilidad educativa. El proceso de globalización que caracteriza nuestra época, amplía y complica enormemente esta realidad, pues multiplica los más diversos agentes de información y comunicación y ofrece a las personas gran variedad de opciones de todo tipo. Es frecuente escuchar quejas sobre la escasa conciencia de muchos medios acerca de su responsabilidad en este campo. La subordinación de los medios a las exigencias de una publicidad, que, para promover el consumo, utiliza el sexo y la violencia, desvirtúa el carácter educativo y de servicio social de los mismos >>. (Idem, n. 42).

<<Es importante resaltar el influjo educativo que aporta lo que podríamos denominar “la calle”, ese conjunto de interacciones del que forman parte los amigos, los modelos o ídolos de moda, los espacios reservados a niños, adolescentes y jóvenes, las diversiones y las formas de pasar el rato, así como los valores transmitidos vivencialmente por los adultos, las actividades y aspiraciones de las personas, el ambiente en las comunidades, las relaciones y el ambiente laboral en las empresas… Este mundo de relaciones tiene gran resonancia, de por sí, y, más aún, por la debilidad educativa y afectiva de la familia, en los comportamientos y valoraciones de las personas, especialmente de los niños y jóvenes, y se convierte en importante comunidad referencial y en paradigma de conductas, con una tendencia frecuente a reproducir modelos limitados o superficiales. Por otro lado, es significativa la escasez de propuestas e iniciativas para hacer de “la calle” un recurso que incida positivamente en la educación >>. (Idem,  n. 44).

<<La Iglesia en Venezuela ha dedicado una atención prioritaria a la acción educativa, tanto a través de las comunidades cristianas y parroquias, como de instituciones y personas dedicadas a esta labor: sacerdotes diocesanos, laicos educadores, congregaciones religiosas, movimientos apostólicos, asociaciones… Es obligatorio hacer un reconocimiento a tantas mujeres y hombres que han entregado sus vidas siguiendo su vocación de educadores >>. (Idem, n. 47).

<<Se constata que la presencia eclesial en la escuela pública es escasa; no se valora suficientemente la acción de los educadores católicos que en ella laboran, ni es abundante la relación con otras organizaciones de interés educativo >>. (Idem, n. 49).

<<La Iglesia se ha preocupado de la orientación general de la educación y de las políticas educativas en el país y se ha hecho presente, expresando y defendiendo sus convicciones y principios, en aquellas circunstancias en que han estado sobre el tapete temas importantes, tales como la Constitución Nacional, la Ley Orgánica de Educación, el Proyecto Educativo Nacional, la Ley Orgánica de Protección al Niño y al Adolescente (LOPNA). En varios de estos temas se ha logrado una relación de cooperación con otros actores>>. (Idem, n. 50).

<<La razón por la que la Iglesia dedica tantos esfuerzos a esta área es el cumplimiento de su misión evangelizadora de anunciar a Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador, y de favorecer una adhesión personal que produzca cambios en la vida de las personas >>. (Idem, n.  52).

<<Hay que valorar el gran esfuerzo que ha realizado la Iglesia para poder dedicarse a los sectores menos favorecidos. El convenio que el Estado venezolano ha suscrito con los colegios católicos, representados por AVEC, ha hecho posible esta dedicación, y se ha ganado el aprecio de la sociedad al considerarlo un medio idóneo para que el Estado, con la coparticipación de las familias y de las escuelas católicas, cumpla su responsabilidad de garantizar que los padres puedan educar a sus hijos en los centros de su elección. A pesar de estos esfuerzos se logra atender sólo a una porción minoritaria de la numerosa población excluida del sistema, y hay muchos campos y áreas que reclaman la presencia de alguna institución eclesial >>. (Idem, n. 56).

<<Se han fortalecido algunas organizaciones de educación alternativa que la Iglesia viene promoviendo desde hace años. Es importante nombrar a APEP, INVECAPI, y a tantos Centros de Capacitación promovidos por diferentes congregaciones religiosas o laicales asociadas en AVEC, o independientes. Son experiencias exitosas y estables con continuidad y eficacia>>.  (Idem, n. 62).

<<En el año 1992 se firmó un Convenio entre la Iglesia y el Estado para dar respuesta al derecho de las familias establecido en la legislación venezolana de exigir la educación religiosa en las escuelas para sus hijos e hijas. El programa de Educación Religiosa Escolar (ERE) se convirtió en el cauce oficial que concretó este convenio para las dos primeras etapas de la Educación Básica, y ha sido factor clave que complementa la formación del eje transversal de valores>>. (Idem, n. 66).

Presencia de la Iglesia en la educación superior: <<Se aprecia un agudo contraste entre la cultura tradicional y familiar de los estudiantes, que es cristiana, aunque no sea muy ilustrada, y la educación que reciben en las aulas universitarias, que a menudo tiene un sesgo relativista, positivista y materialista. No se percibe que se dé respuesta a esta realidad que condiciona notablemente toda la labor de evangelización>>. (Idem, n 71).

<<La situación familiar de muchos niños y jóvenes no es, en absoluto, propicia para un desarrollo educativo positivo. Además de la situación económica y la precariedad del trabajo, la ausencia frecuente de la figura paterna; la configuración de muchos hogares sin que se dé estabilidad en las parejas, que muchas veces son fruto de circunstancias fortuitas, pero sin un proyecto de vida; la alta tasa de divorcios; la falta de valores éticos que sirvan de referencia, entre otros, inciden determinantemente en los procesos educativos>>.  (Idem, n. 77).

<<El tema de la educación, fuertemente vinculado con la cultura de los pueblos, recibe un impacto significativo del fenómeno de la globalización. Los estereotipos son cada vez más planetarios e inciden cada vez más en los esquemas locales. Esta nueva cultura, además, ha encontrado en los medios de comunicación, especialmente en los audiovisuales, un poderoso vehículo para su propagación. La cultura de la imagen seduce la imaginación y pone la satisfacción de los sentidos como un valor absoluto, lo que no auspicia el crecimiento integral y moral de la persona. El alcance de su influencia y el uso concreto de estos medios, en especial la televisión, la publicidad, la radio, los videojuegos, las producciones escritas y musicales, invade de tal manera el pensamiento y los sentimientos de la persona que, si bien constituyen un recurso útil para una educación humanizadora, se convierten con frecuencia en obstáculo para la tarea educativa >>. (Idem, n. 78).

<<La orientación de la educación en cualquier sociedad va a estar determinada por el proyecto de país que se elabore como fruto del diálogo entre las diferentes tendencias o que logre imponer un grupo determinado por la fuerza o por la exclusión de los demás. La coyuntura política y social que vive nuestra nación tiene repercusiones en materia educativa y causa perplejidad con relación al futuro. Las prioridades que se están estableciendo, desde el poder, hablan de progresiva ruptura con el pasado y de creación de una nueva organización que lo vaya suplantando. No se adelantan visiones globales, que pudieran dar pie a un gran diálogo nacional sobre la educación, sino que se van dando pasos en la imposición de un modelo de país, que implican un cambio radical en la dirección de la misma>>.  (Idem, n. 86).

<<La educación tiene como objetivo “la formación de la persona humana en la búsqueda de su fin último y del bien de las sociedades”. Debe responder a la aspiración de los seres humanos a realizarse biológica, intelectual, volitiva, afectiva, cultural y socialmente, según su dignidad esencial de seres espirituales y libres, creados a imagen y semejanza de Dios Padre. Las condiciones para que se respete este derecho inalienable de los seres humanos incluyen una adecuación de los contenidos y metodologías a las características de edad, carácter, sexo del propio educando, y una explícita referencia a su contexto social, histórico y cultural>>. (Idem, n. 88).

<La educación es un derecho inalienable de “todos los seres humanos, de cualquier raza, condición y edad.”  Y debe ser una oportunidad para todos, sin más diferencia que la de privilegiar, siguiendo el ejemplo de Jesús, la atención a los más necesitados>>. (Idem, n.89).

<<La educación tiene un carácter activo y transformador, y debe ayudar a la persona a tomar conciencia de la realidad en que se desarrolla su vida para transformarla. La educación está destinada a humanizar y, por ello, a transformar la realidad en que vive, o, como dice Pablo VI, a “crecer en humanidad”  y que esté abierta a las relaciones fraternas con otros a fin de fomentar en la tierra la verdadera unidad y la paz>>.  (Idem, n. 91).

En vista de todo lo cual el Concilio Plenario de Venezuela planteaba los siguientes desafíos:

Desafío 1: Toma de conciencia de que la educación es tarea de todos.

Desafío 2: Renovación pastoral de la escuela. Desarrollar una propuesta pastoral que responda a las exigencias de la educación integral, animada por el espíritu evangélico de caridad, y que favorezca iniciativas que estimulen el crecimiento en la fe, el compromiso con la transformación de la sociedad y la construcción del Reino de Dios.

Desafío 3: Revalorización de la vocación docente. Dedicar una atención especial a los educadores y comprometerse como Iglesia a enfocar sus esfuerzos hacia la dignificación de la profesión; promover su profesionalización e idoneidad académica y moral; reforzar la mística vocacional, y solicitar de ellos una esmerada dedicación a su misión.

Desafío 4: Articulación de esfuerzos. Aunar esfuerzos entre todos los actores educativos y procurar su articulación en una pastoral de conjunto.

Desafío 5: Ampliación de la educación alternativa. Llamar la atención a la sociedad sobre la situación de exclusión; multiplicar y fortalecer obras para la atención integral de los excluidos; afianzar servicios para la capacitación laboral; y articular su acción con otras instituciones que persiguen la misma finalidad.

Desafío 6: Fortalecimiento de la educación religiosa escolar y del Programa ERE. Profundizar la dedicación de la Iglesia a la educación religiosa en las escuelas, ampliar y fortalecer el programa ERE mejorando su calidad y promoviendo formas alternativas de realización que lo hagan más efectivo.

Desafío 7: Renovación de la pastoral universitaria. Hacer presente el mensaje del Evangelio en la Educación Superior con una pastoral universitaria renovada, e impulsar la articulación de las instituciones católicas dedicadas a ella.

Estos desafíos continúan vigentes y señalan una situación de urgencia educativa.-

(rbalbin19@gmail.com)

 

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