Entrevistas

“Praedicate Evangelium”. Arrieta: Un estilo pastoral de gobierno más dialogante

Este domingo de Pentecostés entra en vigor la Constitución Apostólica con la que el Papa Francisco reforma la estructura y operatividad de la Curia Romana y los Dicasterios. Una misión que para el secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos imprime un “estilo de gobierno" de diálogo y colaboración

Praedicate evangelium: es la tarea que el Señor Jesús ha confiado a sus discípulos”. Este mandato constituye el primer servicio que la Iglesia puede ofrecer a cada hombre y a toda la humanidad en el mundo de hoy”. Con estas palabras abre el texto de la Constitución Apostólica sobre la Curia romana y su servicio a la Iglesia en el mundo, que por voluntad de Papa Francisco entra en vigor, este 5 de junio, Solemnidad de Pentecostés. Publicado el pasado 19 de marzo, en la Fiesta de San José, el documento retoma los cambios estructurales y operativos que ya había introducido Francisco desde el inicio de su pontificado y relanza nuevos equilibrios y dinámicas de acción de la Curia Romana, que “no se coloca entre el Papa y los Obispos, sino que se pone al servicio de ambos”.

El reto de la  Curia Romana, comenta a Vatican News, monseñor Juan Ignacio Arrieta, Secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, es el de adoptar un nuevo “estilo de pastoral de gobierno” que implica, además de esa “sinodalidad” que el Papa pide a toda la Iglesia, una estructura menos intermediaria, que privilegie la organización, el diálogo y la comunicación, y que no se quede “en el propio edificio”, sino que salga a realizar “el cometido Dios le ha confiado, que es el de predicar el Evangelio.

Mons. Arrieta: Colaborar más con el Papa, los episcopados y entre las personas que forman parte de la Curia.

¿Esta Constitución Apostólica solo reorganiza la Curia romana y los Dicasterios o tiene otras expectativas, cuáles serían?

La Constitución, en primer lugar, resume y recoge todas las modificaciones que ha hecho el Papa a lo largo de su pontificado y las pone en orden, con la experiencia que ha ido surgiendo a lo largo de estos años, sobre todo, respecto a los nuevos organismos que se han ido creando en el terreno, principalmente de control económico y de vigilancia, como lo exige la sociedad actual. Por tanto, pone en solfa todo lo que ya se ha hecho. Sin embargo, objetivamente, esta Constitución apostólica trata de dar un particular dinamismo apostólico, tratando que la Curia y los organismos que la forman participen más activamente y sigan más de cerca, la actividad pastoral de la Iglesia. Y esto, se nota desde el comienzo de la Constitución Apostólica cuando habla sobre cuáles son los principios en los que se inspira la nueva ley y que son fundamentalmente tres: Colaborar con el Papa, colaborar con el episcopado y colaborar más entre las personas que forman parte de la Curia para hacer un trabajo mejor.

Mons. Arrieta: A los dicasterios de la Curia se les pide mucho más diálogo con las instancias episcopales.

 ¿Cuál es elemento más importante de la Constitución, es la insistencia en la sinodalidad?

Si, me parece que es el trabajo en comunión, es la comunión de la Iglesia. Es decir, la sinodalidad es una variante, un modo de hablar de la comunión, de la comunión eclesial, de la comunión entre las instancias locales y el Papa, de la comunión entre las personas que forman parte de la Iglesia. Esto supone, lógicamente un reto de estilo de gobierno, porque a los dicasterios de la Curia se les pide mucho más diálogo con las instancias episcopales, que resuelvan los problemas que se van planteando, no como una instancia intermedia entre el Papa y los obispos, sino en diálogo, en colaboración con los obispos. Eso es es gobierno en comunión, y yo creo que ese es el objetivo que persigue fundamentalmente, más que como organización,  entes o estructuras, como un estilo de Pastoral de gobierno.

Mons. Arrieta: Todo está en una clave de evangelización

¿Qué revela esta Constitución de la visión de Papa Francisco de la Iglesia Universal?

Desde el principio, el Papa está hablando de la Iglesia en salida, una iglesia que no puede quedarse dentro del propio edificio, sino que tiene que salir a realizar el cometido que Dios le ha confiado, que Cristo le ha confiado a la Iglesia, que es el de predicar el Evangelio. Por tanto, todo lo que esta en esta ley, esta Constitución Apostólica, sobre los dicasterios, sobre eso que hablaba de la comunión, todo está en una clave de evangelización. De hecho, el primer dicasterio que se pone como más importante, más relevante, hasta el punto que es el mismo Papa su perfecto, el que lo guía, es el Dicasterio de la Evangelización. Entonces, ese es el cometido, la característica más importante, y que ya lo había anunciado el Papa, la Iglesia debe realizar eso, debe superar cualquier tentación de burocratización, y predicar y dedicarnos a la misión que Dios nos ha confiado.-

Vatican News

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