Testimonios

Jaime Peñafiel: «Como solo una vez al día, plato único, y camino siete kilómetros»

El veterano periodista se convierte hoy en nonagenario con optimismo y sin visos de soltar la pluma

Alcanzar los 90 años no es algo que extrañe en estos tiempos, pero sí se sale de lo común hacerlo como Jaime Peñafiel: en plenitud de facultades físicas y mentales que le permiten seguir deleitando a sus lectores con su afilada pluma después de siete décadas marcando el paso en la profesión periodística. Incluso se permite el lujo de publicar un nuevo libro, ‘Alto y claro’ (Penguin Random House), en el que desvela secretos -no todos los que le gustaría, ya que por respeto jamás entraría en la esfera íntima de nadie- que hasta ahora había guardado con recelo para iluminar las sombras de algunos de los personajes clave que ha tenido oportunidad de entrevistar. No se había planteado hasta ahora contar lo escrito en su trabajo, pero, como dice en conversación con ABC, «con 90 años, uno se siente con más libertad».

¿La receta para continuar en la profesión? La constancia y el optimismo. A día de hoy sigue trabajando ocho horas diarias y, por supuesto, le debe mucho a su disciplina para seguir en forma: «Como una vez al día, a las seis de la tarde, un plato único y camino siete kilómetros después de comer. Voy de Moncloa a la Puerta de Alcalá», cuenta a la vez que recalca la importancia de ser optimista: «Te mantiene vivo; la tristeza es lo que envejece». De ahí que encare esta nueva década, que celebrará con una comida con amigos, con gran entusiasmo y descartando por completo jubilarse: «Moriré trabajando».

Buena parte de esa vitalidad también se la debe a su mujer, Carmen Alonso, con la que lleva casado casi 40 años. «Estoy como estoy gracias a los cuidados y la alegría que me da. Me hace la vida mucho más agradable y a mí me gusta la gente con carácter, como ella», reconoce. Todos los años, su esposa se viste de novia para demostrar que le sigue queriendo y «eso es un milagro», dice.

Entrevista anhelada

Aunque le cueste presumir de ello, nada le queda por hacer, y menos en la profesión: «He entrevistado a reyes, famosos, sinvergüenzas, tiranos, santos… todo. Me queda seguir viviendo, que no es poco». Es a la conclusión que llegó cuando estuvo «casi agonizando» en el hospital por culpa del Covid. Pensó que moriría, como así le dijeron los médicos a su esposa, y le dio tiempo a hacer examen de conciencia y llegar a la conclusión de que a lo largo de su vida no ha hecho «mal a nadie» y de que ha sido fiel a sí mismo, como le obliga su apellido, asegura.

Con algún arrepentimiento que otro, lo único que anhela es hacerle una entrevista a Don Juan Carlos para conocer en detalle la conversación que mantuvo con su hijo, el Rey Don Felipe, después de volver de Galicia tras su marcha de España.-

Gema Conty/ABC Madrid

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