La calumnia
Gloria Cuenca:
“La calumnia e un venticello”, así comienza una de las áreas más famosas de la célebre opera El Barbero de Sevilla, de Joaquín Rossini. ¿El significado? Simplemente: la calumnia es una ventisca…con ello el personaje de la obra, nos da a entender cómo, al repetir una mentira, algo falso, tal como el viento sopla, se riega y se produce la calumnia. Luego advierte, que como el viento, tampoco se puede recoger. Se refiere por supuesto, a la calumnia ocurrida en la cotidianidad.
La palabra calumnia viene del latín, ‘’calvi’’, engañar. De eso se trata, de engañar. A veces con hechos. La mayoría de las veces sucede por vía de la palabra. Con las redes y los cambios tecnológicos, se puede engañar a través de imágenes, por la vía de los montajes fotográficos, elementos de la realidad virtual y sacando de contexto, sea de lugar, tiempo y condición, entre otros, una información o una información noticiosa.
Coloquialmente decimos: “me calumnió”, para referirnos a qué están diciendo algo que no es cierto, referido a nosotros. De inmediato se produce la protesta: “eso no es verdad”, saltamos y empezamos a esgrimir argumentos, probatorios de la mentira del otro. Si se trata de gente civilizada y con buen carácter, tal vez el agua no llegue al rio, pero pueden ocurrir tragedias por esa acción, muchos consideran no es grave.
Entre nosotros venezolanos, es bastante común decir, o repetir algo, sin ninguna comprobación. (Una gran irresponsabilidad) Replicar sin tomar en cuenta, si somos víctimas de un engaño o, peor, de las muy corrientes fakes. Es un comportamiento primitivo y según dicen, instintivo. No lo sé.
De lo que sí se da una cuenta es que, no hay consciencia del daño que se puede causar al decir falsedades. En el pasado reciente, ocasionaron desde muerte, exilio, abandono, juicios y demás pesares, a causa de alguna mentira. De manera ligera, se suelen hacer afirmaciones, sin ningún tipo de respaldo, provocando malestares y hasta delitos.
Desde el punto de vista jurídico, la calumnia, no es simple. Por lo contrario, es un delito contra la administración de justicia y tiene un castigo, bastante fuerte: puede alcanzar condena de hasta 10 años, dependiendo de las circunstancias.
¿A qué se llama calumnia? Jurídicamente hablando, el código penal establece, que quien se presente ante una autoridad, denunciando algo y qué por obligación, del ente, se deberá iniciar un juicio; bien sea, una autoridad policial o Tribunal de Primera Instancia, sabiendo que no es verdad, será castigado con prisión…. ¿Por qué resulta un delito de tan fuerte castigo? Por cuanto el acusado de calumnia, está tratando de engañar y desviar la atención de quien debe administrar justicia- el Estado, a través de sus órganos competentes- son utilizados y se desvía la posibilidad de hacer justicia. Las investigaciones cambian de dirección y se contribuye, a ocultar la verdad y por supuesto dificulta la administración de justicia. Inculpando a un inocente, sabiendo que no es el responsable del hecho que se le imputa.
Recordemos y aprendamos: es un delito grave. No entra dentro las características de la difamación y la injuria: delitos contra el honor o la reputación de las personas. Además, es un delito de acción pública, mientras difamación e injuria, son de índole privado.
Nos preguntamos los periodistas, ¿este delito se puede cometer a través de los medios? No parece fácil, por cuanto dadas las características de éste, requiere que se concurra ante la autoridad para hacer una denuncia falsa. De manera un poco retorcida, sí ocurre, lo que se conoce como ‘notitia crimines’, o noticia criminal. Pudiera darse la circunstancia en donde se comete calumnia a través de los medios. Pudiera suceder de la siguiente manera, un periodista desinforma, afirmando:” producto de las investigaciones, he encontrado que el culpable de tal o cual delito es fulano de tal”, sabiendo que, el verdadero responsable es otra persona, al aparecer en los medios, la autoridad se ve obligada a iniciar un procedimiento criminal, en la búsqueda del culpable. Como dije antes, es retorcido, más no imposible.
No confundir la calumnia, del habla cotidiana, con el delito de calumnia. Muy importante para los periodistas-comunicadores. Tener esto presente, es una manera de resguardar nuestra libertad de expresión y opinión, y la de los otros, al informar-noticiosamente con precisión y seriedad.