Pedro F. Carmona Estanga:
Concluyó en la ciudad de Los Ángeles la IX Cumbre de las Américas, foro que tiene lugar cada tres años, por segunda vez en Estados Unidos, la anterior en 1994 en Miami durante la presidencia de Bill Clinton. En esta ocasión le correspondió al presidente Joe Biden el papel de anfitrión, en un clima político más complejo, a pesar de que, en 2005 en la IV cumbre de Mar del Plata, Argentina, se dio la incómoda situación de que Hugo Chávez, enemigo de la iniciativa del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), se jactó de haberla enterrado allí. La idea del ALCA había surgido de la cumbre de Miami, planteada por EEUU, y en torno a la misma habían avanzado las negociaciones. A raíz de ello surgió un impasse por insultos de Chávez contra el presidente Vicente Fox, motivando la cancelación de credenciales al Embajador de Venezuela en México, y como derivación, la decisión de Chávez en 2006 de retirar a Venezuela del Grupo de los Tres (G-3) entre Colombia, México y Venezuela. En ese mismo año, Chávez retiró también a Venezuela del Acuerdo de Cartagena (hoy Comunidad Andina), para luego abordar la compleja y fallida adhesión de Venezuela al Mercosur.
La convocatoria y desarrollo de la IX Cumbre no fue fácil para Biden, pues el presidente mexicano López Obrador (AMLO) lideró un movimiento de boicot de la cumbre, secundado por otros países, por la no invitación a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Asistió en su representación el Canciller Marcelo Ebrard. La razón esgrimida por EEUU, según el Secretario de Estado Blinken, es que los países que por sus actos no respetan la democracia, no deben ser invitados. Al final, asistieron 30 delegaciones, 20 a nivel de Jefes de Estado (Uruguay no por COVID del presidente La Calle), y varios Cancilleres, entre ellos los de Honduras, Guatemala, El Salvador, y varios países del Caribe.
El presidente de Argentina Alberto Fernández asumió la vocería de los no invitados a petición de Nicolás Maduro, y recriminó en su discurso a Biden por arrogarse el derecho de admisión, anunciando, como presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), la celebración de una reunión cumbre del organismo, a la cual se invitaría a asistir al presidente estadounidense. Fue un desafío al anfitrión en tono altisonante, que ha generado críticas en Argentina por mostrar complicidad con regímenes totalitarios, sancionados mundialmente por irrespeto a los derechos humanos, y porque, para algunos, con ello buscaba además complacer a la polémica vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner. Otros presidentes manifestaron su desacuerdo con la exclusión en un tono respetuoso, dada la opción, aunque polémica, del país anfitrión de no invitar a países oprimidos por regímenes que contravienen los principios de la Carta Democrática Interamericana. El Secretario General de la OEA Almagro expresó: “No me habría gustado que Pinochet, Videla y Gregorio Álvarez (exdictadores de Chile, Argentina y Uruguay), estuviesen en esta sala. Y el presidente Iván Duque manifestó: ““No podemos guardar silencio ante la dictadura que agobia a Venezuela, Nicaragua y Cuba; ser indiferente a esos fenómenos es ser indiferente al dolor de los pueblos”.
Pese a las diferencias surgidas, algunos aspectos positivos hay que destacar de esta reunión:
- La preservación de las cumbres entre países del Continente, ya que la CELAC fue creada bajo una inspiración más política e ideológica de tendencias antinorteamericanas, para debilitar a la OEA y excluir a Estados Unidos y Canadá de sus encuentros y deliberaciones.
- La asistencia de presidentes de tendencia izquierdista, como Argentina, Chile y Perú, con lo cual se matizaron en parte las diferencias ideológicas y de criterios existente.
- El anuncio de la vicepresidente Kamala Harris de inversión de cerca de US$ 3.200 millones en los países del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras), con participación de por lo menos 10 empresas privadas, para generar empleo en esos países, y enfrentar así las causas de los altos flujos migratorios de ciudadanos de dichas naciones hacia EEUU.
- Además, un programa para conectar a más de 1,4 millones de mujeres y sus comunidades con el sistema financiero y la economía digital, acelerar su participación en la agroindustria, capacitar a más de 500.000 mujeres y niñas en habilidades laborales básicas, para elevar el papel de la mujer en las empresas de toda la región.
- La participación en la cumbre de decenas de representantes de empresas internacionales y regionales, así como de organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, incluyendo grupos indígenas de Guatemala y México, ansiosos de resultados concretos.
- El anuncio del presidente Joe Biden en la ceremonia inaugural, de creación de una asociación económica para mejorar la economía de la región. El pacto, bautizado como Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica, tendría como objetivo ayudar a las economías regionales a crecer, y asegurar un comercio sostenible y responsable con cadenas de suministro más resistentes, seguras y sostenibles: «Al trabajar con amigos para compartir nuestros valores, podemos asegurarnos de que ser menos vulnerables».
- En materia migratoria, 20 líderes firmaron un acuerdo con una hoja de ruta para manejar los grandes flujos migratorios de la región, considerado el logro más significativo de una reunión. Biden había planteado una responsabilidad compartida en los flujos migratorios, mediante el fortalecimiento de los controles de los países en la ruta migratoria, y el refuerzo de sus fronteras con medidas hacia personas no elegibles para el asilo.
- EEUU acogerá a 20.000 refugiados de América Latina en 2023 y 2024, y otorgará US$ 314 millones en ayuda a migrantes; México duplicará permisos de trabajo fronterizos y concederá 11.500 visas temporales a ciudadanos de Haití y Centroamérica, ante la escasez de mano de obra en EEUU. Un nuevo programa de trabajo mexicano favorecerá entre 15.000 y 20.000 guatemaltecos por año, ampliable a Honduras y El Salvador. Los fondos de EEUU estarán destinados a ayuda humanitaria, asistencia a refugiados y migrantes vulnerables, incluyendo un programa para migrantes venezolanos en 17 países de la región.
- El compromiso “Nuestro Futuro Verde” para abordar retos medioambientales de la región como pérdida de bosques, protección de biodiversidad, ecosistemas, transición energética, disminución de emisiones de gases de efecto invernadero y contaminación por plásticos.
- El esfuerzo en pro del fortalecimiento de las democracias en la región. El tema va sin duda en contra de la corriente promovida por México de ser flexibles en aras de la no injerencia en los asuntos internos de otros países (Doctrina Estrada), la cual se antepone a la Doctrina Betancourt (Venezuela 1959-1964), de no reconocimiento de gobiernos dictatoriales.
En suma, una reunión compleja pero positiva, en la búsqueda de espacios para la cooperación y acción compartida tan necesitada en el Continente, con un mayor involucramiento de EEUU.
Coletilla: Colombia llega a la segunda vuelta electoral del 19 de junio con empate técnico entre los dos aspirantes. El país se juega su futuro. Los deseos son porque no surjan episodios de violencia, y que gane al candidato más proclive a la defensa de la democracia y al régimen de libertades. Los escándalos en la tolda del candidato de izquierda reafirman la necesidad de ética y respeto por los adversarios. La tesis marxista de todas las formas de lucha para conquistar el poder, es inaceptable.